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Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin

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120<br />

marxistas. Exterminar como especie a la burguesía y<br />

al capitalismo en un país como China, que cuenta<br />

con seiscientos millones de habitantes, es una cosa<br />

magnífica, una cosa buena de gran significación.<br />

Nuestro objetivo reside precisamente en exterminar<br />

el capitalismo, borrarlo de la faz de la Tierra y<br />

convertirlo en una cosa del pasado. Todo lo que<br />

surge en el proceso histórico tiene que desaparecer.<br />

En el mundo no hay nada que ocurra fuera del<br />

proceso histórico; si hay vida, hay muerte. El<br />

capitalismo es una cosa que surgió en el curso de la<br />

historia y también ha de morir; tiene un magnífico<br />

lugar adonde irá a parar: la tierra, bajo la cual<br />

"dormirá".<br />

La actual situación internacional coadyuva a<br />

nuestro cumplimiento de la tarea general para el<br />

período de transición. Debemos cumplir en lo<br />

fundamental la industrialización socialista y las<br />

transformaciones socialistas en un lapso de tres<br />

planes quinquenales. Tenemos que luchar por ganar<br />

este período de tiempo para la construcción pacífica.<br />

Ya han transcurrido tres de estos quince años; en<br />

doce años más podremos lograr nuestro objetivo. Al<br />

parecer, es posible ganar este período de tiempo;<br />

esforcémonos en tal sentido. Debemos redoblar<br />

nuestros esfuerzos en los asuntos exteriores y en la<br />

construcción de la defensa nacional.<br />

En este período de quince años, ha sido y será<br />

muy intensa la lucha de clases en los planos<br />

internacional y nacional. Nosotros ya hemos<br />

percibido su intensidad. En la lucha de clases, hemos<br />

obtenido muchas victorias y seguiremos<br />

conquistando otras. Así, en la lucha de clases<br />

desarrollada en el país durante el último año, hemos<br />

realizado principalmente las cuatro cosas siguientes:<br />

la lucha contra el idealismo, la represión a los<br />

contrarrevolucionarios, la solución del problema<br />

cerealero y la del problema de la cooperativización<br />

agrícola. Las luchas desplegadas en torno a estos<br />

cuatro problemas encierran un carácter de lucha<br />

contra la burguesía; en ellas le hemos asestado un<br />

golpe severo y seguimos propinándole golpes<br />

demoledores.<br />

Lleva ya un año la lucha contra el idealismo que<br />

empezó con el problema de El sueño del pabellón<br />

rojo y la subsiguiente crítica a Gaceta Literaria y<br />

continuó con la crítica a Ju Shi y la que se hizo a<br />

Liang Shu-ming. Debemos efectuar una seria lucha<br />

contra el idealismo, dedicándole todo un período de<br />

tres quinquenios. En ella, hay que formar un<br />

contingente de cuadros versados en materialismo<br />

dialéctico, versados en marxismo, de manera que la<br />

gran masa de cuadros y el pueblo puedan<br />

pertrecharse con conocimientos teóricos básicos del<br />

marxismo. Por lo que atañe a la represión de la<br />

contrarrevolución, nos proponemos realizar, en el<br />

resto de este año y en El próximo, el trabajo de<br />

Mao Tse-tung<br />

eliminación de los contrarrevolucionarios en una<br />

esfera que comprenda fábricas y establecimientos<br />

comerciales del Estado, cooperativas y una serie de<br />

organizaciones distritales, territoriales y cantonales,<br />

incluidos los cuadros del ejército y los obreros de las<br />

empresas industriales, es decir, en una esfera de unos<br />

doce millones de personas. Cuando se habla de<br />

contrarrevolucionarios, parecería que su número no<br />

fuera gran cosa, se los mira y no se los ve; pero, una<br />

vez que se investiga, se encuentra que existen<br />

realmente y, en efecto, ya hemos sacado a la luz<br />

cierto número de ellos. En el problema cerealero,<br />

también hemos librado una gran batalla. La<br />

burguesía se valió de él como pretexto para desatar<br />

un ataque contra nosotros y, al mismo tiempo, se<br />

desencadenó una ráfaga de rumores dentro del<br />

Partido; fue por eso que abrimos la crítica. En lo<br />

tocante al problema de la cooperativización agrícola,<br />

hemos efectuado numerosas luchas, y las discusiones<br />

sostenidas en la presente sesión también han girado<br />

en torno a él. Respecto a los cuatro problemas<br />

antedichos, hemos desplegado ingentes luchas y<br />

vencido la resistencia y los ataques de la burguesía,<br />

ganando así la iniciativa.<br />

La burguesía tiene miedo a las luchas que<br />

desatamos contra ella en torno a estas cuestiones y,<br />

sobre todo, teme a nuestra acción de reprimir a los<br />

contrarrevolucionarios. Hemos obrado bien al<br />

reprimirlos. En este trabajo debemos atenernos a los<br />

criterios ya establecidos, pues de lo contrario<br />

correríamos un grave peligro. Sólo pueden ser<br />

considerados como contrarrevolucionarios aquellos<br />

cuyos casos correspondan a tales criterios, lo que<br />

equivale a decir que es necesario sacar a la luz a los<br />

contrarrevolucionarios genuinos y no a personas<br />

falsamente inculpadas como tales. Al mismo tiempo,<br />

hay que prever la posibilidad de que se presenten<br />

casos de personas sindicadas de<br />

contrarrevolucionarios sin serlo; es difícil asegurar<br />

que no se presentarán. Pero exigimos que su<br />

ocurrencia sea mínima y que se hagan los mayores<br />

esfuerzos para evitarlos por completo. Los que<br />

saquemos a la luz deben ser contrarrevolucionarios<br />

auténticos, aquellos cuyos casos se ajustan<br />

totalmente a los criterios fijados y han sido ciento<br />

por ciento comprobados; debemos evitar injusticias<br />

con personas inocentes. Por otra parte, es posible que<br />

se nos escapen algunos verdaderos<br />

contrarrevolucionarios. La idea de que se puede<br />

eliminar esta vez a todos y cada uno de los<br />

contrarrevolucionarios, responde poco a las<br />

posibilidades. Es inevitable que se escapen algunos<br />

de ellos, pero tenemos que esforzarnos porque su<br />

número sea el menor posible.<br />

II. Balance del debate en torno a la<br />

cooperativización.

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