Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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274<br />
hacer el trabajo conforme a las circunstancias,<br />
tensando unas veces las energías y otras<br />
distendiéndolas. El año pasado obtuvimos una<br />
victoria tan grande que los capitalistas, para mostrar<br />
su docilidad, desfilaron tocando gongs y tambores;<br />
en esas circunstancias, habría sido difícil negarnos a<br />
morigerar la lucha, pues habríamos carecido de<br />
razones de peso para ello. Hemos dicho que el<br />
problema de la propiedad se ha resuelto en lo<br />
fundamental, pero no que se haya resuelto por<br />
completo. La lucha de clases no se ha extinguido.<br />
Por eso, no se trata aquí de una concesión de<br />
principio, sino de una distensión exigida por las<br />
circunstancias.<br />
Mi opinión es que la campaña de rectificación se<br />
prolongue hasta el 1° de mayo del año entrante y no<br />
se haga más en lo que resta del año. El problema de<br />
si, en la segunda mitad del próximo, es necesario o<br />
no emprender otra campaña de rectificación y librar<br />
otro debate en las zonas rurales, lo veremos el año<br />
que viene. Pero, de todos modos, al año subsiguiente<br />
habrá que abrir otra campaña. Si nos abstenemos de<br />
hacerlo entonces e incluso durante varios años<br />
consecutivos, los viejos y nuevos derechistas y los<br />
que ahora están emergiendo se sentirán tentados de<br />
entrar en acción, siendo posible, además, que<br />
cambien de posición algunos elementos de centroderecha,<br />
de centro y hasta de izquierda. En el mundo<br />
hay personas tan extrañas que basta que aflojemos<br />
los esfuerzos, que los aflojemos durante cierto<br />
tiempo, para que manifiesten un estado de ánimo<br />
tendente a la derecha y para que se pongan a hacer<br />
comentarios malévolos y pronunciamientos<br />
derechistas. En nuestro Ejército es necesario llevar a<br />
cabo una constante educación en el espíritu de las<br />
Tres Reglas Cardinales de Disciplina y las Ocho<br />
Advertencias, pues con sólo suspender esa educación<br />
por algunos meses aparece allí un ambiente de<br />
relajamiento. Hay que insuflar este espíritu varias<br />
veces al año. Es preciso realizar una labor de<br />
educación entre los reclutas. Incluso entre los<br />
soldados y cuadros veteranos se presentarán cambios<br />
ideológicos si no hacemos campañas de<br />
rectificación.<br />
Hablaré aquí de paso sobre los puntos en que<br />
diferimos de la Unión Soviética. En primer lugar,<br />
sobre el problema de Stalin tenemos contradicciones<br />
con Jruschov. El ha desfigurado terriblemente a<br />
Stalin, y nosotros no estamos de acuerdo. ¡Es que lo<br />
ha afeado tanto! Esto ya no es asunto exclusivo de su<br />
país, sino un asunto de todos los países. Mantenemos<br />
el retrato de Stalin en la Plaza Tienanmen, lo cual<br />
responde al deseo del pueblo trabajador de todo el<br />
mundo y expresa nuestra divergencia fundamental<br />
con Jruschov. ¡De Stalin, de su persona, tú deberías<br />
hacer una apreciación de 7 a 3! Consideramos que<br />
los méritos de Stalin suman un 70 por ciento y sus<br />
Mao Tse-tung<br />
errores, un 30 por ciento. Es probable que esta<br />
apreciación no sea muy exacta, pues a lo mejor él<br />
sólo tuvo un 20 ó 10 por ciento de errores, o un poco<br />
más de un 30 por ciento. Sea como fuere, los méritos<br />
de Stalin constituyen su aspecto principal y sus<br />
defectos y errores, el secundario. Sobre este punto<br />
tenemos opiniones diferentes a las de Jruschov.<br />
Sobre el problema de la transición pacífica,<br />
también divergirnos de Jruschov y sus semejantes.<br />
Consideramos que el partido político proletario de no<br />
importa qué país debe tomar en consideración dos<br />
puntos: El primero es la paz y el segundo, la guerra.<br />
En cuanto al primero se refiere, el Partido Comunista<br />
exige a las clases dominantes un tránsito pacífico,<br />
siguiendo la consigna planteada por Lenin en el<br />
período que va de la Revolución de Febrero a la<br />
Revolución de Octubre. Nosotros, por nuestra parte,<br />
también propusimos en el pasado a Chiang Kai-shek<br />
negociar la paz. Esta es una consigna de carácter<br />
defensivo frente a la burguesía, frente a los<br />
enemigos, y sirve para demostrar que nosotros<br />
queremos la paz y no la guerra, lo que nos ayuda a<br />
ganar a las masas. Es una consigna dirigida a lograr<br />
la iniciativa, una consigna de carácter táctico. Sin<br />
embargo, la burguesía nunca entregará el Poder por<br />
su propia voluntad, sino que, invariablemente,<br />
recurrirá a la violencia. Para eso tenemos entonces el<br />
segundo punto: Si la burguesía quiere pelea, si<br />
dispara el primer tiro, nos veremos obligados a<br />
pelear. Tomar el Poder por la fuerza de las armas es<br />
la consigna estratégica. Si tú insistes en la transición<br />
pacífica, no te diferenciarás en nada de los<br />
socialistas. Así es justamente el Partido Socialista<br />
Japonés, que sólo tiene en sus manos un punto, esto<br />
es, no recurrir nunca a la violencia. Y lo mismo<br />
ocurre con los demás partidos socialistas del mundo.<br />
Como regla general, un partido político proletario<br />
debe atenerse a dos puntos: primero, acudir a las<br />
palabras y no a los puños, como es propio del<br />
caballero; segundo, recurrir a los puños cuando así lo<br />
hace el hombre mediocre. Esta Formulación está<br />
exenta de fallas, pues contempla todos los casos<br />
posibles. De otra manera, la cosa no funciona.<br />
Actualmente, los Partidos Comunistas de algunos<br />
países, como el Partido Comunista de Inglaterra,<br />
solamente levantan la consigna de la transición<br />
pacífica. Nosotros hablamos con un dirigente de este<br />
Partido, pero no llegamos a nada con él. Los de ese<br />
Partido, por supuesto, se sienten orgullosos de que su<br />
dirigente haya reclamado: ¿Cómo es eso de que<br />
Jruschov fue el que planteó la transición pacífica?<br />
¡Hace ya mucho que yo la planteé!<br />
Por otra parte, los camaradas soviéticos no<br />
comprenden nuestra política de "Que se abran cien<br />
flores y que compitan cien escuelas". Esta a la que<br />
nos referimos es una política que sólo se aplica<br />
dentro del marco del socialismo y en el seno del