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Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin

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ahora. Cuando surge un problema, debemos saber<br />

ver lo universal en lo particular. No es necesario<br />

atrapar todos los gorriones que haya y hacer su<br />

disección para demostrar que "el gorrión tiene todas<br />

las vísceras a pesar de su pequeñez". Los hombres de<br />

ciencia jamás actúan así. Para poder sacar<br />

conclusiones apropiadas, basta con que tengamos<br />

claridad acerca de algunas cooperativas. Aparte de la<br />

celebración de reuniones, existen métodos tales<br />

como los mensajes telegráficos, las llamadas<br />

telefónicas y los viajes de inspección, que también<br />

son métodos de dirección muy importantes. Además,<br />

con miras a asegurar un rápido intercambio de<br />

experiencias, cada provincia debe escoger personal<br />

idóneo para dirigir y mejorar los medios de<br />

información escritos. He aquí otra proposición que<br />

quisiera que ustedes la pusiesen en práctica a modo<br />

de ensayo. En once días leí más de 120 informes, les<br />

hice correcciones y los glosé. De esta manera hice<br />

"un recorrido por todos los principados", más largo<br />

que el de Confucio, ya que "llegué” hasta Yunnán y<br />

Sinchiang 2 . Consideren ustedes si es factible que<br />

cada provincia y región autónoma compile un libro<br />

cada año, o cada seis meses, al que contribuya cada<br />

distrito con un artículo, para facilitar así el<br />

intercambio de experiencias entre los distritos. Esto<br />

sería beneficioso para promover un desarrollo rápido<br />

de la cooperativización. Otro método de dirección es<br />

el despacho de boletines. El comité distrital del<br />

Partido debe enviar boletines al comité prefectural y<br />

éste, a su vez, al comité provincial o de región<br />

autónoma, y estos dos últimos, al Comité Central,<br />

para informar sobre la marcha de la<br />

cooperativización y sobre los problemas surgidos.<br />

Disponiendo de estos boletines, los organismos<br />

dirigentes a los distintos niveles estarán al día y<br />

sabrán cómo solucionar los problemas. Estas son<br />

algunas proposiciones sobre los métodos de<br />

dirección; espero que los camaradas presentes las<br />

consideren.<br />

IV. Sobre la lucha ideológica.<br />

Las experiencias del pasado han demostrado que<br />

la lucha ideológica debe ser certera. Ahora está en<br />

boga una frase: Debe haber confrontación<br />

ideológica. Es como una pelea en que tú me tiras una<br />

estocada y yo te respondo con otra, chocando en cruz<br />

las dos espadas; esto es lo que se llama<br />

confrontación. Sin confrontación ideológica, no<br />

habría claridad ni se podría llegar hasta las últimas<br />

consecuencias; esto no estaría bien. En la presente<br />

sesión hemos tenido una confrontación ideológica y,<br />

gracias a ella, hemos llegado a la claridad y a las<br />

últimas consecuencias. Este método tiene la ventaja<br />

de que, en primer término, ayuda a la gran mayoría<br />

de los camaradas a tener claros los problemas y, en<br />

segundo término, ayuda a enmendarse a los que han<br />

Mao Tse-tung<br />

cometido errores.<br />

Respecto a los camaradas que han incurrido en<br />

errores, pienso que sólo se requieren dos cosas: una,<br />

que ellos mismos quieran hacer la revolución, y la<br />

otra, que los demás les permitan continuar<br />

haciéndola. Hay quienes no quieren, ellos mismos,<br />

seguir haciendo la revolución; por ejemplo, Chen<br />

Tu-siu no quiso continuar haciéndola, e igual ocurrió<br />

con Chang Kuo-tao, Kao Kang y Yao Shu-shi; pero<br />

este tipo de gente constituye sólo una ínfima<br />

minoría. La gran mayoría quiere, pues, continuar la<br />

revolución. No obstante, se requiere la otra cosa: que<br />

se le permita hacer la revolución. No debemos actuar<br />

como el Falso Diablo Extranjero de La verdadera<br />

historia de A Q, quien prohibe a A Q hacer la<br />

revolución, ni como Wang Lun el Letrado de la<br />

Túnica Blanca 3 en la novela A la orilla del agua, que<br />

tampoco permite a otros hacer la revolución. Todo<br />

aquel que impone a otros esta prohibición corre un<br />

grave peligro. El mencionado Wang Lun prohibió a<br />

otros hacer la revolución, y terminó perdiendo la<br />

vida. Kao Kang no permitía a otros hacerla, y ¿acaso<br />

no acabó de la misma manera?<br />

La experiencia histórica testimonia que la<br />

abrumadora mayoría de los que han cometido errores<br />

de dogmatismo o de empirismo pueden corregirse.<br />

Para ello se necesitan dos condiciones: Una es hacer<br />

la crítica con seriedad, y la otra, tener una actitud<br />

magnánima. No está bien prescindir de esta última,<br />

pues así se volverían anormales las relaciones entre<br />

los camaradas. ¿Quién está libre por completo de<br />

incurrir en error? Toda persona, no importa quién,<br />

inevitablemente comete errores, ya grandes, ya<br />

pequeños. Siempre han constituido un pequeñísimo<br />

número las personas incurables por el estilo de Chen<br />

Tu-siu, Chang Kuo-tao, Kao Kang y Yao Shu-shi, o<br />

de Chen Kuang y Tai Chi-ying. Con excepción de<br />

una ínfima minoría, conformada por personas como<br />

éstas, todos los que han cometido errores son<br />

salvables, pueden rectificar sus errores con la ayuda<br />

de los camaradas. Debemos coadyuvar a esto y<br />

abrigar esta convicción. Los que han incurrido en<br />

errores deben abrigar esta misma convicción.<br />

Una parte de los camaradas del Departamento de<br />

Trabajo Rural del Comité Central y, en primer lugar,<br />

el camarada Teng Tsi-jui, han cometido errores. El<br />

error cometido recientemente por el camarada Teng<br />

Tsi-jui es, por su carácter, un error de derecha, de<br />

empirismo. El ha hecho una autocrítica y, aunque en<br />

las reuniones de grupo hubo camaradas que<br />

consideraron poco profunda esta autocrítica,<br />

nosotros; los miembros del Buró Político y algunos<br />

camaradas más, después de intercambiar opiniones,<br />

la estimamos satisfactoria en lo fundamental. Ya es<br />

bueno que en el momento actual él haya llegado a<br />

este grado de conciencia. Debemos reconocer que, en<br />

la prolongada lucha revolucionaria del pasado, el

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