Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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198<br />
socialista y subvertir la dirección ejercida por el<br />
Partido Comunista, le aplicaremos la dictadura del<br />
proletariado.<br />
En el problema de los intelectuales se aprecia<br />
actualmente una desviación: El énfasis está puesto<br />
más en su acomodamiento que en su remodelación,<br />
empeñando muchos esfuerzos en lo uno y pocos en<br />
lo otro. Una vez introducida la política de "Que se<br />
abran cien flores y que compitan cien escuelas",<br />
algunos no se atreven a proseguir la reeducación de<br />
los intelectuales. Si hemos tenido el coraje de<br />
emprender la transformación de los capitalistas, ¿por<br />
qué no nos atrevemos ahora a reeducar a los<br />
intelectuales y personalidades democráticas?<br />
Pienso que se debe continuar aplicando la<br />
consigna "Que se abran cien flores". Algunos<br />
camaradas consideran que se debe permitir que<br />
broten sólo flores fragantes y no hierbas venenosas.<br />
Este punto de vista revela la escasa comprensión que<br />
tienen de la política de "Que se abran cien flores y<br />
que compitan cien escuelas". Por regla general, no<br />
permitimos, desde luego, la expresión de opiniones<br />
contrarrevolucionarias. Pero si ellas se presentan no<br />
con una faz contrarrevolucionaria sino<br />
revolucionaria, el único remedio es dejar que se<br />
expresen; sólo así podremos distinguirlas y luchar<br />
contra ellas. En los campos de cultivo crecen dos<br />
cosas: mieses y cizaña. Esta hay que escardarla todos<br />
los años, y repetidas veces cada año. Si tú sostienes<br />
que sólo deben brotar flores fragantes y no hierbas<br />
venenosas, en realidad estás exigiendo que en los<br />
campos crezcan exclusivamente cereales y no<br />
germine ni una brizna de hierba. Puedes decir lo que<br />
quieras, pero quien haya ido al campo sabe que, si no<br />
se escarda la cizaña, ésta no va a disminuir por sí<br />
misma. Las malas hierbas tienen su lado bueno, y es<br />
que, una vez volteadas, pueden servir de abono.<br />
¿Cómo dices tú que no sirven para nada? Podemos<br />
convertirlas de cosas inútiles en útiles. Así como, un<br />
año tras otro, los campesinos tienen que luchar<br />
contra la cizaña que crece en los campos de cultivo,<br />
también así los escritores, artistas, críticos y<br />
profesores de nuestro Partido deben luchar todos los<br />
años contra las malas hierbas en el terreno<br />
ideológico. Cuando decimos que algo se ha forjado,<br />
estamos diciendo que se ha desarrollado en medio de<br />
luchas. Al crecer las hierbas, las escardamos. Esta<br />
lucha de contrarios se presenta continuamente.<br />
Dentro de diez mil años habrá aún malas hierbas, lo<br />
cual nos indica que debemos prepararnos para luchar<br />
diez mil años.<br />
El año pasado fue, en fin de cuentas, un año lleno<br />
de acontecimientos: En el ámbito internacional, fue<br />
un año en el cual Jruschov y Gomulka desataron<br />
tempestades y, en nuestro país, uno de enconadas<br />
luchas en el proceso de las transformaciones<br />
socialistas. Ahora nos hallamos todavía en un tiempo<br />
http://www.scribd.com/Insurgencia<br />
Mao Tse-tung<br />
lleno de acontecimientos; continuarán saliendo a la<br />
luz todo tipo de ideas. Espero que los camaradas aquí<br />
presentes permanezcan atentos.<br />
II. Discurso del 27 de enero.<br />
Quisiera ahora expresar algunas opiniones.<br />
Primero. Hay que apreciar los éxitos en todo su<br />
valor. Estos constituyen el aspecto principal de<br />
nuestra revolución y nuestra construcción, aunque en<br />
ellas también existen defectos y errores. Nuestros<br />
éxitos son tantos como son; no hay que exagerarlos,<br />
pero subestimarlos sería cometer un error, un grave<br />
error probablemente. Este problema ya quedó<br />
resuelto en la II Sesión Plenaria del VIII Comité<br />
Central; sin embargo, las repetidas referencias a él en<br />
la presente conferencia demuestran que se mantiene<br />
sin resolver en la mente de algunos camaradas. Entre<br />
las personalidades democráticas, sobre todo, circulan<br />
comentarios como éste: "Ustedes siempre andan<br />
diciendo que los éxitos constituyen lo fundamental,<br />
pero con ello no se resuelve nada. Nadie ignora que<br />
los éxitos constituyen lo fundamental, pero, defectos<br />
y errores, ¡sí que los hay!" Comoquiera que sea, la<br />
verdad es que los éxitos constituyen lo fundamental;<br />
si esto no se reafirma, la gente quedará desinflada.<br />
¡Fíjense no más en los casos de desinflamiento<br />
aparecidos en el problema de la cooperativización!<br />
Segundo. Proceder con una visión de conjunto y<br />
asegurar a cada cual lo suyo. He aquí nuestra<br />
consecuente política, la que ya aplicamos en Yenán.<br />
En agosto de 1944, Takung Pao insertó un editorial<br />
en que se decía: "No hay que montar otra cocina."<br />
Cuando se celebraban las negociaciones de<br />
Chungching, dije al responsable de ese diario:<br />
"Comparto enteramente su opinión, pero a condición<br />
de que el generalísimo Chiang se encargue de<br />
nuestra comida. Como él se niega, ¿qué podemos<br />
hacer sino montar otra cocina?" En aquella época,<br />
una de las consignas con que emplazamos a Chiang<br />
Kai-shek fue la de asegurar a cada cual lo suyo.<br />
Ahora somos nosotros los que tenemos las riendas.<br />
Nuestra política es la de proceder con una visión de<br />
conjunto y asegurar a cada cual lo suyo. En ella se<br />
enmarca nuestra absorción de todo el personal<br />
militar y político dejado por el Kuomintang. Incluso<br />
admitimos que retornen acá aquellos que huyeron a<br />
Taiwán. A todos los contrarrevolucionarios que<br />
dejamos con vida los remodelamos y les ofrecemos<br />
la posibilidad de ganarse el sustento. Conservamos<br />
los partidos democráticos con miras a una<br />
coexistencia duradera, y a sus miembros les damos<br />
ubicación. En una palabra, nos hemos hecho cargo<br />
de todos los seiscientos millones de habitantes. Cabe<br />
aquí el ejemplo del monopolio estatal de compra y<br />
venta de cereales, monopolio mediante el cual<br />
aseguramos el suministro a la población urbana en su<br />
totalidad y a todas las familias campesinas escasas de