Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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de recursos para azuzar contra nosotros a las masas<br />
atrasadas y al ejército tibetano, y nuestra política de<br />
unirnos con la mayoría y aislar a la minoría resultará<br />
ineficaz e impracticable.<br />
De todas las opiniones contenidas en el telegrama<br />
del Buró del Suroeste fechado el 2 de abril, sólo hay<br />
un punto que merece ser reflexionado de nuevo, y es<br />
el que se refiere a la reorganización del ejército<br />
tibetano y la institución del comité militaradministrativo<br />
en un plazo corto, lo cual exige<br />
consideración en cuanto a su posibilidad y<br />
conveniencia. A nuestro juicio, actualmente no<br />
conviene reorganizar el ejército tibetano, ni<br />
establecer formalmente comandos de subzonas<br />
militares, ni instituir el comité militar-administrativo.<br />
Por el momento, podemos dejarlo todo tal como está<br />
y, dando largas al asunto, aplazar la discusión de<br />
estos problemas para uno o dos años más tarde<br />
cuando nuestro ejército efectivamente pueda<br />
autoabastecerse por medio de la producción y se<br />
haya granjeado el apoyo de las masas. Durante este<br />
lapso, podrá darse una de estas dos contingencias:<br />
una, que surta efecto nuestra política de frente único<br />
para con la capa superior, de unidad con la mayoría y<br />
aislamiento de la minoría, y que las masas tibetanas<br />
se acerquen gradualmente a nosotros, de modo que<br />
los malvados y el ejército tibetano no se atrevan a<br />
amotinarse; y la otra, que los malvados,<br />
suponiéndonos débiles y fáciles de afrentar,<br />
conduzcan al ejército tibetano a amotinarse, y que<br />
nuestro ejército lance un contraataque propinándoles<br />
golpes en una lucha de autodefensa. Cualquiera de<br />
estas dos eventualidades será favorable para<br />
nosotros. A los ojos de la camarilla gobernante del<br />
Tíbet, no existen actualmente suficientes razones<br />
para llevar a cabo todo lo establecido en el Acuerdo 1<br />
y reorganizar el ejército tibetano. Pero, dentro de<br />
unos años, las cosas serán diferentes, y entonces<br />
posiblemente se dará cuenta de que no le queda otro<br />
remedio que aceptar la ejecución de todo el Acuerdo<br />
y la reorganización del ejército tibetano. Si éste se<br />
lanza a la rebelión y, lo que es más, si se subleva no<br />
una sino varias veces siendo en cada ocasión<br />
aplastado por nuestro ejército, tendremos más<br />
razones para reorganizarlo. Por lo visto, al aceptar el<br />
Acuerdo, tanto los dos Silon 2 como Dalai y la mayor<br />
parte de su camarilla lo hicieron a regañadientes y<br />
hoy se muestran reacios a cumplirlo. En cuanto a<br />
nosotros, actualmente no sólo carecemos de una base<br />
material, sino también de una base de masas y de un<br />
punto de apoyo en la capa superior para llevar a<br />
efecto todo el Acuerdo; hacerlo a la fuerza nos<br />
traería más desventajas que ventajas. Ya que ellos no<br />
quieren que se ejecute el Acuerdo, pues bien,<br />
renunciemos a ello por ahora postergando su<br />
cumplimiento. Cuanto más tiempo transcurra, más<br />
nos asistirá la razón a nosotros y menos a ellos. La<br />
Mao Tse-tung<br />
postergación no nos causará mucho daño, sino que,<br />
por el contrario, puede traernos ventajas. Allá ellos<br />
con sus fechorías e injusticias contra el pueblo;<br />
nosotros, a nuestro turno, nos dedicamos a hacer<br />
cosas buenas tales como la producción, el comercio,<br />
la construcción de caminos, el servicio médico y el<br />
trabajo de frente único (unión con la mayoría y<br />
educación paciente) con el objeto de ganarnos a las<br />
masas, esperando a que llegue el momento maduro<br />
para tratar sobre el cumplimiento de todo el<br />
Acuerdo. Incluso podemos abstenernos de abrir<br />
escuelas primarias si ellos lo estiman inconveniente.<br />
No se debe considerar la reciente manifestación<br />
en Lhasa como un incidente fraguado<br />
exclusivamente por los dos Silon y otros malvados,<br />
sino como una señal que nos ha hecho la gran<br />
mayoría de la camarilla de Dalai. Su memorial de<br />
peticiones, muy táctico en el contenido, no declara la<br />
ruptura con nosotros, sino que se limita a exigirnos<br />
concesiones. El punto que insinúa un retorno a la<br />
práctica de la dinastía Ching y que significaría no<br />
acantonar tropas del Ejército de Liberación en el<br />
Tíbet, no interpreta su verdadera intención. Sabiendo<br />
a ciencia cierta que esto es impracticable, lo que<br />
pretenden es canjear este punto por los otros. La<br />
crítica que han hecho a Dalai XIV en su memorial<br />
tiene como propósito eximirlo de la responsabilidad<br />
política de esta manifestación. Se presentan como<br />
defensores de los intereses de la nacionalidad<br />
tibetana, conscientes de que, siendo más débiles que<br />
nosotros en fuerza militar, son más poderosos en<br />
cuanto a influencia social. Debemos aceptar de<br />
hecho (no en la forma) sus peticiones, aplazando la<br />
ejecución completa del Acuerdo. Fue premeditado el<br />
momento elegido por ellos para esta manifestación,<br />
momento anterior a la llegada de Panchen. Cuando<br />
Panchen llegue a Lhasa, probablemente invertirán<br />
grandes esfuerzos en atraerlo e incorporarlo a su<br />
camarilla. Si hacemos bien nuestro trabajo de modo<br />
que Panchen no se preste a su juego y vuelva sano y<br />
salvo a Shigatse, la situación se tornará más<br />
favorable para nosotros. Sin embargo, durante cierto<br />
tiempo no podremos poner fin a nuestra carencia de<br />
base material, ni superar su ventaja en cuanto a<br />
influencia social, y permanecerá sin cambio, por<br />
consiguiente, la renuencia de la camarilla de Dalai a<br />
cumplir cabalmente el Acuerdo. En la actualidad,<br />
debemos tomar la ofensiva en la forma, censurando<br />
como irrazonables (violatorias del Acuerdo) esta<br />
manifestación y sus peticiones; pero, en los hechos,<br />
debemos disponernos a hacer concesiones y<br />
prepararnos para emprender la ofensiva (poner en<br />
ejecución el Acuerdo) en el futuro, cuando las<br />
condiciones estén maduras.<br />
Esperamos que reflexionen sobre esto y nos<br />
comuniquen por telegrama sus opiniones.