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Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin

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256<br />

próxima etapa y deberá efectuarse entonces con la<br />

suavidad de una brisa. La rectificación del estilo de<br />

trabajo en el Partido Comunista y en la Liga de la<br />

Juventud es una lucha ideológica. Es preciso, pues,<br />

elevar nuestro nivel asimilando efectivamente algo<br />

de marxismo. Es preciso también que haya una<br />

ayuda mutua genuina. ¿Qué defectos tenernos?<br />

¿Estamos acaso limpios de todo subjetivismo y de<br />

todo burocratismo? Debemos ponernos a reflexionar<br />

de veras con nuestra propia cabeza y tomar algunas<br />

notas y, procediendo así durante varios meses, elevar<br />

nuestro nivel marxista, nuestro nivel político e<br />

ideológico.<br />

El contraataque a los derechistas proseguirá tal<br />

vez unas decenas de días, algo más de un mes. No<br />

sería conducente seguir publicando en la prensa<br />

indefinidamente, este año, el año entrante y otro más,<br />

las opiniones de los derechistas. Estos no son más<br />

que unos pocos y sus opiniones ya han salido casi<br />

totalmente a la luz, de modo que no quedan muchas<br />

por publicar. De aquí en adelante, publicaremos<br />

algunas de estas, unas veces así y otras asá, pero sólo<br />

cuando valgan la pena. Pienso que julio será todavía<br />

un mes de intenso contraataque a los derechistas. Lo<br />

que más ansiaban ellos era la violencia de una<br />

tempestad, y lo que menos les atraía, la suavidad de<br />

la brisa y la llovizna. ¿No dijimos que estábamos por<br />

esa suavidad? Pero ellos comentaron que con una<br />

brisa y llovizna tan suaves, ocurriría lo que durante<br />

la temporada de las lloviznas continuas, que echan a<br />

perder los retoños de arroz, dando lugar a una<br />

hambruna, y que por eso era preferible una violenta<br />

tempestad. ¿No hay aquí en Shanghái cierto sujeto<br />

que escribió un artículo titulado "Un cuervo que<br />

grazna `en pleno día' "? Fue este "cuervo" el que<br />

reclamó una tempestad violenta. Los derechistas<br />

decían además: "Ustedes los comunistas no actúan<br />

con equidad; en otros tiempos, cuando ustedes nos<br />

tomaban a nosotros como blanco de sus campañas de<br />

crítica, preferían la tempestad violenta, pero ahora, al<br />

tocarles a ustedes el turno, se pronuncian por la<br />

suavidad de la brisa y la llovizna." En realidad, al<br />

efectuar las anteriores campañas de remodelación<br />

ideológica, incluidas las de crítica a Ju Shi y a Liang<br />

Shu-ming, señalamos siempre en las instrucciones<br />

internas del Partido la necesidad de proceder con la<br />

suavidad de la brisa y la llovizna. En el mundo, las<br />

cosas siguen invariablemente un curso sinuoso. Por<br />

ejemplo, cuando se anda un camino, siempre es<br />

sinuoso el recorrido. ¿Estuvieron ustedes alguna vez<br />

en la montaña Mokan? Allí, tanto para ascender<br />

como para descender, uno tiene que dar dieciocho<br />

vueltas. La sociedad avanza siempre en forma de<br />

espiral. La actual tarea de sacar a la luz a los<br />

derechistas debe proseguir sin desmayo y con el<br />

mismo rigor de la violenta tempestad de hoy. Como<br />

fueron ellos los que desataron la tempestad violenta,<br />

Mao Tse-tung<br />

se da la impresión de que ahora estamos tornando<br />

represalias. Sólo en este momento los derechistas<br />

vienen a comprender las ventajas que supondría la<br />

suavidad. Se desesperan por agarrarse aunque sea de<br />

una brizna de hierba, pues están que se hunden. Es<br />

como si alguien estuviera a punto de ahogarse en el<br />

río Juangpu y se agarrara de lo primero que<br />

encontrase, así fuera una paja de arroz. Me imagino<br />

el agrado con que aquel "cuervo" recibiría hoy la<br />

suavidad de la brisa y la llovizna. La presente época<br />

es de tempestades. Pasado julio y comenzando<br />

agosto, se podrá proceder con suavidad, pues<br />

entonces ya no quedarán muchas cosas por sacar a la<br />

luz.<br />

Los derechistas son excelentes maestros por lo<br />

negativo. Así ha ocurrido siempre en China: Ha<br />

habido maestros por lo positivo y también maestros<br />

por lo negativo. El hombre necesita ser educado con<br />

ejemplos tanto positivos como negativos. Los<br />

imperialistas japoneses fueron para nosotros los<br />

primeros magníficos maestros por lo negativo. Con<br />

anterioridad a ellos, tuvimos otros excelentes<br />

maestros de ese tipo, como el Gobierno de la dinastía<br />

Ching, como Yuan Shi-kai y los caudillos militares<br />

del Norte y, más tarde, Chiang Kai-shek. Sin ellos,<br />

no habría sido posible educar al pueblo chino como<br />

se lo educó, pues no bastaba con el Partido<br />

Comunista en su papel de maestro por lo positivo.<br />

Ahora ha sucedido lo mismo. Hubo gente que puso<br />

oídos sordos a muchas de las cosas que dijimos.<br />

¿Quiénes fueron? Gran cantidad de elementos de<br />

centro y, particularmente, los derechistas. Los de<br />

centro nos creyeron a medias, mientras que los<br />

derechistas no escucharon nada. Muchas fueron las<br />

cosas que les dimos a conocer, pero éstos hicieron<br />

caso omiso de todo y persistieron en seguir un rumbo<br />

aparte. Por ejemplo, cuando nosotros preconizamos<br />

el principio de "unidad-crítica-unidad", ellos lo<br />

desatendieron. Cuando señalamos que en el trabajo<br />

de represión a los contrarrevolucionarios los éxitos<br />

constituyen el aspecto principal, también nos<br />

desoyeron. Cuando hablamos de la necesidad del<br />

centralismo democrático y de la dictadura<br />

democrática popular dirigida por el proletariado,<br />

igualmente nos desoyeron. Y otro tanto sucedió<br />

cuando subrayamos el deber de unirnos con los<br />

países socialistas y los pueblos del mundo entero<br />

amantes de la paz. En fin, todas estas cosas ya<br />

estaban dichas, pero ellos no escucharon nada. Otro<br />

punto, el que menos quisieron escuchar, fue nuestra<br />

afirmación de que es preciso extirpar las hierbas<br />

venenosas. Hay que dejar que salgan los monstruos y<br />

demonios y exhibirlos para que después todos digan<br />

que son malos y que deben ser eliminados.<br />

Permitimos que las hierbas venenosas hagan su<br />

aparición, luego de lo cual las extirpamos y entonces<br />

pueden servir de abono. ¿Esto lo habíamos dicho o

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