Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
94<br />
ayudarles a lograrlo. Todo el mundo necesita ayuda.<br />
Siendo tan bellas las flores de loto, sólo con el<br />
verdor de las hojas resalta su hermosura. Así como<br />
una cerca precisa el sostén de tres estacas, un<br />
valiente necesita la ayuda de otras tres personas. No<br />
está bien trabajar solo; la ayuda de otros siempre es<br />
necesaria, sobre todo cuando se trata de problemas<br />
como los arriba mencionados. Es menester observar,<br />
ver si la gente se enmienda o no; pero contentarse<br />
con observar es una actitud pasiva, pues es<br />
indispensable dar ayuda. Respecto a todos aquellos<br />
que fueron influenciados por Kao y Yao,<br />
independientemente del grado de esa influencia,<br />
debemos acoger sus esfuerzos por enmendarse, y<br />
ayudarles a ello, en vez de limitarnos a observar su<br />
comportamiento. Esta es la actitud dinámica que<br />
debemos adoptar para con los camaradas que han<br />
cometido errores.<br />
Los camaradas que no han caído bajo su<br />
influencia deben guardarse del engreimiento y poner<br />
mucho cuidado en evitar contraer enfermedades.<br />
Esto es sumamente importante. Algunos de los<br />
camaradas arriba mencionados probablemente fueron<br />
engañados, mientras que otros se hallan bastante<br />
comprometidos. Pero, es posible que, habiendo<br />
cometido errores, se pongan en guardia contra su<br />
reincidencia. El contraer una enfermedad puede<br />
inmunizar a uno contra ella. Vacunarse una vez<br />
contra la viruela puede surtir efectos profilácticos.<br />
Mas no constituye una garantía completa, y aún hay<br />
posibilidades de contraer esa enfermedad. Por eso, lo<br />
mejor es que, de aquí a tres o cinco años, se repita la<br />
vacunación: otra reunión de este tipo en nuestro<br />
caso. En cuanto a los demás camaradas, no deben<br />
vanagloriarse sino mantenerse en guardia contra los<br />
errores. ¿Por qué no los tocaron Kao Kang y Yao<br />
Shu-shi?. Se dan diversos casos. Primero, a unos los<br />
consideraban enemigos y, desde luego, no trataron de<br />
extenderles su influencia. Segundo, a otros los<br />
miraban por encima del hombro, considerándolos<br />
como gente insignificante, y no vieron la necesidad<br />
de influenciarlos por el momento, pensando que en<br />
el futuro, cuando "el país estuviera bajo su control",<br />
marcharían tras ellos por sí mismos. Tercero, a otros<br />
más no se atrevieron a acercárseles, quizá porque<br />
estaban más inmunizados, y de entrada advirtieron<br />
que con ellos no había caso. Aunque no los<br />
consideraban como enemigos ni como gente de poca<br />
monta, no se atrevieron a tocarlos. Cuarto, hubo<br />
todavía otros con quienes no se relacionaron por<br />
falta de tiempo. Para propagar esta peste se requería<br />
tiempo. De haber pasado un año más sin<br />
desenmascarar esta alianza, habría sido difícil<br />
garantizar que algunos permanecieran intactos. Por<br />
eso, no hay que presumir de héroe, diciendo: Fíjense,<br />
¡qué impoluto me he mantenido yo, mientras ustedes<br />
están que apestan! Un año más sin proceder al<br />
Mao Tse-tung<br />
desenmascaramiento, y sin duda otro número nada<br />
pequeño de personas habría caído bajo su influencia.<br />
A mi juicio, todo lo antes dicho debe despertar la<br />
atención tanto de los camaradas que han sido<br />
influenciados por Kao y Yao como de los que no lo<br />
han sido.<br />
3. En la relación entre camaradas, tratándose de<br />
problemas de principio, todos debemos velar<br />
constantemente por mantener una distancia frente a<br />
las palabras y acciones que vayan contra los<br />
principios del Partido. Cuando las palabras y<br />
acciones de un camarada no concuerdan con los<br />
principios del Partido y nos chocan, no debemos<br />
identificarnos con él en los problemas y en los casos<br />
de que se trate. En cambio, debemos dar, por<br />
supuesto, enérgico apoyo a un camarada e<br />
identificarnos con él cuando concuerdan con los<br />
principios del Partido sus palabras y acciones<br />
relacionadas con cualquier problema, digamos el<br />
plan quinquenal, la resolución y el informe sobre la<br />
alianza antipartido Kao-Yao, las políticas correctas<br />
del Partido y sus justas normas y disposiciones.<br />
Frente a todo lo que sea incompatible con los<br />
principios del Partido, debemos guardar distancia,<br />
valga decir, trazar una clara línea de demarcación y<br />
asumir en el acto una actitud de rechazo. No<br />
debemos borrar esa distancia porque se trate de un<br />
viejo amigo, antiguo superior, antiguo subordinado,<br />
viejo colega, condiscípulo o paisano. En el presente<br />
caso de la alianza antipartido Kao-Yao y en las<br />
luchas anteriores entre las dos líneas en el Partido,<br />
hemos vivido muchas experiencias en este sentido:<br />
Si tú consideras que tu relación con alguien es tan<br />
vieja e íntima que te dificulta manifestar tu<br />
desacuerdo, guardar una distancia, expresar tu<br />
rechazo y trazar una clara línea de demarcación, te<br />
hundirás cada vez más hondo y te verás asediado por<br />
su "espectro". Por eso, es preciso mantener una<br />
actitud clara y adherirse firmemente a los principios.<br />
4. Algunos camaradas dicen: "Sabíamos ciertas<br />
cosas sucias de Kao y Yao, pero no alcanzamos a<br />
calar su complot." Yo diría que aquí se presentan dos<br />
casos distintos: Uno es el de aquellos que oyeron de<br />
labios de Kao Kang y Yao Shu-shi muchas<br />
expresiones que no concuerdan con los principios del<br />
Partido e incluso fueron consultados por ellos sobre<br />
ciertas actividades antipartido; éstos deberían haber<br />
percibido su complot. El otro es el de los que se<br />
enteraron hasta cierto punto de algunas de sus cosas<br />
negativas, pero no se dieron cuenta de sus<br />
maquinaciones; de esto no hay por qué culparlos,<br />
pues era muy difícil discernirlas. El propio Comité<br />
Central no pudo descubrir su conspiración<br />
antipartido sino hasta el año 1953. Por lo sucedido<br />
en la Conferencia sobre el Trabajo Económicofinanciero<br />
y en la Conferencia sobre el Trabajo de<br />
Organización, así como por una serie de hechos