Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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PERSEVERAR E EL ESTILO DE VIDA SECILLA Y LUCHA DURA Y MATEER<br />
ESTRECHA LIGAZÓ CO LAS MASAS.<br />
Marzo de 1957.<br />
La primera parte de este trabajo es un fragmento del discurso pronunciado por el camarada Mao Tse-tung el<br />
18 de marzo de 1957 en una reunión de cuadros del Partido en Chinán; la segunda parte, un fragmento de otro<br />
discurso, que pronunció el 19 de marzo de 1957 en una reunión de cuadros del Partido en Nankín.<br />
I<br />
Ahora nuestro Partido se prepara para abrir una<br />
campaña de rectificación. La rectificación es un<br />
método para resolver las contradicciones dentro del<br />
Partido a través de la crítica y autocrítica y es,<br />
asimismo, un método para resolver las<br />
contradicciones entre el Partido y el pueblo. La<br />
campaña que vamos a realizar se dirigirá contra tres<br />
lacras: el burocratismo, el sectarismo y el<br />
subjetivismo. Por medio de la rectificación debemos<br />
poner en pleno juego la tradición de vida sencilla y<br />
lucha dura de nuestro Partido. Con el triunfo de la<br />
revolución, la voluntad revolucionaria de una parte<br />
de nuestros camaradas se ha aflojado, su ardor<br />
revolucionario se ha entibiado, ha decaído su<br />
disposición de servir al pueblo de todo corazón y ha<br />
flaqueado el espíritu de reto a la muerte mostrado<br />
durante la guerra contra el enemigo. En cambio, van<br />
en aumento cosas como la búsqueda de posiciones y<br />
fama, la excesiva preocupación por el comer y el<br />
vestir, la confrontación de la categoría salarial propia<br />
con la de otros y la disputa por honores y beneficios.<br />
He oído decir que el año pasado, cuando se procedió<br />
a la recategorización, algunas personas no tuvieron<br />
inconveniente en armar un gran jaleo, llorando a<br />
moco tendido. El hombre tiene dos ojos, ¿verdad? En<br />
los ojos hay un agua que se llama lágrimas. Cuando<br />
esa gente vio que la recategorización no colmaba sus<br />
deseos, dos corrientes de lágrimas rodaron por sus<br />
mejillas. No les salió una sola lágrima en la guerra<br />
contra Chiang Kai-shek, ni en la Guerra de<br />
Resistencia a la Agresión Norteamericana y en<br />
Ayuda a Corea, ni en la reforma agraria, ni en el<br />
movimiento de represión a los<br />
contrarrevolucionarios, ni cuando emprendimos la<br />
construcción del socialismo. No obstante, una vez<br />
que vieron afectados sus intereses personales, se<br />
desataron en llanto. Me he enterado de que alguien<br />
incluso se negó a comer durante tres días. Pienso que<br />
a uno no le pasa nada si deja de comer tres días, pero<br />
sería un poco peligroso si esto se dilatara por una<br />
semana. En Fin de cuentas, se ha presentado una<br />
tendencia, la de procurar fama y posiciones y<br />
disputar por sueldos más altos, mejor comida, mejor<br />
ropa y mayores comodidades. Declararse en huelga<br />
de hambre y derramar lágrimas por intereses<br />
personales podría contarse como una contradicción<br />
en el seno del pueblo. Hay una pieza de ópera<br />
titulada Lin Chung huye en la noche 1 , en que se<br />
canta: "Los varones no vierten lágrimas por naderías,<br />
y sólo lo hacen cuando la tristeza les traspasa el<br />
corazón." Varones son también estos camaradas<br />
nuestros (quizá haya damas), que, sin haber nunca<br />
vertido lágrimas por naderías, sólo vinieron a hacerlo<br />
en el momento de la recategorización. ¿No es acaso<br />
necesario rectificar esta tendencia? Está bien que<br />
uno no vierta lágrimas por naderías. Pero, ¿cuándo es<br />
que la tristeza traspasa el corazón? Cuando la clase<br />
obrera y las amplias masas trabajadoras se hallan en<br />
una situación peligrosa, una situación de vida o<br />
muerte. Entonces sí se justifica derramar unas<br />
cuantas lágrimas. Suponiendo que contigo se haya<br />
cometido una injusticia en la recategorización, debes<br />
tragarte esa injusticia y, en vez de dejar que las<br />
lágrimas salgan al exterior, retenerlas en su fuente.<br />
En el mundo hay muchas cosas que son injustas.<br />
Puede ser que a ti se te haya fijado incorrectamente<br />
la categoría salarial; pero, aun así, no hay razón para<br />
que armes alborotos, pues eso no traerá graves<br />
consecuencias. Basta con que tengas qué comer.<br />
Somos revolucionarios y, por tanto, lo único que<br />
necesitamos es tener lo suficiente para no morir de<br />
hambre. Mientras uno no muera de hambre, debe<br />
proseguir el trabajo revolucionario y la lucha<br />
esforzada. Luchar esforzadamente seguirá siendo<br />
imprescindible incluso al cabo de diez mil años. Un