Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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comunista debe luchar duro y servir al pueblo de<br />
todo corazón, y no con la mitad o dos tercios del<br />
corazón. Aquellos cuya voluntad revolucionaria haya<br />
decaído, deben rehacerse a través de la campaña de<br />
rectificación.<br />
II<br />
Debemos mantener aquel ímpetu, aquel ardor<br />
revolucionario y aquel espíritu de reto a la muerte<br />
que nos animaron en los años de las guerras<br />
revolucionarias, y llevar hasta el fin el trabajo<br />
revolucionario. ¿Qué significa el reto a la muerte?<br />
En la novela A la orilla del agua, hay un personaje<br />
que se llama Shi Siu el Retador de la Muerte. Un<br />
espíritu como el suyo es el que tenemos en mientes.<br />
Fue con ese espíritu con el que hicimos la revolución<br />
en el pasado. Cada uno tiene una vida, que puede<br />
durar sesenta, setenta, ochenta o noventa años.<br />
Mientras tenga capacidad para trabajar, debe hacer<br />
todo el trabajo que le sea posible. Y en el trabajo,<br />
mantener el ardor revolucionario y el espíritu de reto<br />
a la muerte de que hemos hablado. Algunos<br />
camaradas han perdido ese ardor y ese espíritu y se<br />
hallan estancados. Eso no es bueno; hay que<br />
impartirles educación.<br />
Todo el Partido debe fortalecer el trabajo político<br />
e ideológico. Muchos de los camaradas presentes en<br />
la reunión de hoy son del Ejército. ¿Cómo andan las<br />
cosas en el Ejército? ¿Se diferencia en algo el trabajo<br />
político en tiempos de paz del trabajo político en<br />
tiempos de guerra? En los tiempos de guerra, era<br />
preciso mantener una estrecha ligazón con las masas,<br />
era necesario que los oficiales se fundieran con los<br />
soldados y el ejército con el pueblo. Por ese<br />
entonces, el pueblo se mostraba comprensivo ante tal<br />
o cual defecto nuestro. Ahora, cuando nos<br />
encontramos en tiempos de paz, cuando no hay<br />
batallas y nos dedicamos al entrenamiento, será<br />
difícil, lógicamente, que las masas perdonen nuestros<br />
defectos si no persistimos en mantener una estrecha<br />
ligazón con ellas. Aunque ahora rigen en el Ejército<br />
el sistema de grados militares 2 y algunos otros<br />
sistemas, los oficiales de rango superior deben seguir<br />
fundiéndose con los de rango inferior y los oficiales<br />
con los soldados. Al igual que antes, se debe permitir<br />
que los de rango inferior critiquen a sus superiores y<br />
los soldados, a los oficiales. Hacerlo, por ejemplo,<br />
celebrando conferencias de representantes del<br />
Partido para brindar a los camaradas esa<br />
oportunidad. En el curso de la campaña contra los<br />
"tres males", el camarada Chen Yi dijo, con toda<br />
razón: "Si estuvo bien que dictáramos órdenes<br />
durante tantos años, ¿será justo o no dejar ahora que<br />
los subordinados nos critiquen por un tiempo,<br />
digamos por una semana?" Con estas palabras él<br />
quería decir que era justo. Yo comparto su idea, es<br />
decir, estoy de acuerdo con que los subordinados nos<br />
critiquen durante esa semana. Antes de que comience<br />
Mao Tse-tung<br />
la crítica masiva, hay que hacer ciertos preparativos<br />
y dar un informe en que se examine los defectos<br />
propios, que seguramente no pasarán de uno, dos,<br />
tres o cuatro. Luego, que hablen los camaradas para<br />
señalar algunos más y hacer críticas. Las masas son<br />
justas y no olvidarán nuestra trayectoria. Los jefes de<br />
compañía y de pelotón también deben ofrecer a los<br />
soldados la oportunidad de criticarlos, celebrando<br />
reuniones con ese propósito, preferentemente una<br />
vez al año y cada vez durante varios días. Esta forma<br />
de democracia ya la practicamos antes en el ejército,<br />
y resultó provechosa. No debemos permitir que el<br />
sistema de grados militares y algunos otros sistemas<br />
perjudiquen la estrecha ligazón entre superiores y<br />
subordinados, oficiales y soldados, ejército y pueblo,<br />
así como entre las tropas y las autoridades civiles<br />
locales. No cabe ninguna duda de que las relaciones<br />
entre superiores y subordinados deben ser estrechas<br />
y de camaradería. Los oficiales deben estrechar sus<br />
relaciones con los soldados y hacerse uno con ellos.<br />
Asimismo, deben ser estrechos los vínculos del<br />
ejército con el pueblo y con los organismos locales<br />
del Partido y el gobierno.<br />
Nuestros camaradas deben tener presente que no<br />
es bueno vivir a costa de su calidad de funcionarios,<br />
de su jerarquía oficial, de la antigüedad de sus hojas<br />
de servicios. En cuanto a la antigüedad, los largos<br />
años que hemos dedicado a la revolución son,<br />
ciertamente, algo que inspira confianza, pero no está<br />
bien que vivamos a costa de ella. Tú tienes, es<br />
verdad, una hoja de servicios de varios decenios. No<br />
obstante, el pueblo no te perdonará si alguna vez<br />
haces tonterías o profieres absurdos. Por muchos que<br />
sean los servicios que prestaste y muy alta tu<br />
posición, el pueblo no te perdonará si en el presente<br />
perjudicas sus intereses al no trabajar bien o tratar<br />
desacertadamente los problemas. Por eso, nuestros<br />
camaradas no deben vivir a expensas de la<br />
antigüedad de sus hojas de servicios, sino, más bien,<br />
preocuparse de resolver correctamente los<br />
problemas. En lo que uno debe sustentarse es en la<br />
solución correcta de los problemas y no en la<br />
antigüedad. Siendo imposible vivir a costa de la<br />
antigüedad, es mejor que te desprendas lisa y<br />
llanamente de ella, como si nunca hubieras sido<br />
funcionario; en otras palabras, que dejes de darte<br />
aires de señor, de burócrata, que te guardes todos<br />
esos aires y vayas a verte con el pueblo y con tus<br />
subordinados. Este punto merece la atención de<br />
nuestros cuadros y, en especial, de los veteranos. Los<br />
cuadros nuevos generalmente no cargan con tales<br />
lastres y por eso se comportan con más libertad. Es<br />
preciso que los cuadros veteranos traten en pie de<br />
igualdad a los nuevos cuadros. En muchos aspectos,<br />
los primeros no pueden equipararse con los últimos,<br />
razón por la cual deben aprender de ellos.