Obras escogidas [tomo 5] - Stolpkin
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Prefacios a El auge socialista en el campo chino<br />
dar origen al caos. Tan pronto como se hace presente<br />
esa dirección, el caos desaparece. Este material<br />
plantea, además, la pregunta de si se puede o no<br />
establecer cooperativas en las aldeas atrasadas. La<br />
respuesta que da es afirmativa. La cooperativa a que<br />
se refiere el autor se halla precisamente en una aldea<br />
de ese tipo. Existen en todo el país más o menos un 5<br />
por ciento de aldeas atrasadas; debemos establecer<br />
cooperativas en todas ellas, acabando con su atraso<br />
en el mismo curso de la lucha por la<br />
cooperativización.<br />
(Nota a "Se ha puesto en orden una cooperativa<br />
donde reinaba el caos")<br />
13<br />
Se trata de un problema grave y de carácter<br />
general, al que deben prestar gran atención los<br />
comités del Partido a todos los niveles y los<br />
camaradas enviados al campo para orientar el trabajo<br />
de cooperativización. Es preciso implantar, en los<br />
cuerpos dirigentes de las cooperativas, el predominio<br />
de los actuales campesinos pobres y nuevos<br />
campesinos medios inferiores, tomando como fuerza<br />
auxiliar a los antiguos campesinos medios inferiores<br />
y a los nuevos y antiguos campesinos medios<br />
superiores. Sólo así se podrá, en conformidad con la<br />
política del Partido, alcanzar la unidad entre los<br />
campesinos pobres y los campesinos medios,<br />
consolidar las cooperativas, desarrollar la producción<br />
y realizar correctamente la transformación socialista<br />
en todo el campo. En ausencia de esta condición,<br />
será imposible alcanzar la unidad entra los<br />
campesinos medios y los pobres, consolidar las<br />
cooperativas, desarrollar la producción y realizar la<br />
transformación socialista en todo el campo. Muchos<br />
camaradas todavía no comprenden esto. Según ellos,<br />
durante la reforma agraria fue imperativo asegurar el<br />
predominio de los campesinos pobres, porque éstos,<br />
que representaban el 50, el 60 e incluso el 70 por<br />
ciento de la población rural, todavía no habían<br />
ascendido a la condición de campesinos medios,<br />
mientras que los campesinos medios vacilaban<br />
Frente a la reforma agraria, de donde se desprendía<br />
la necesidad real de establecer dicho predominio.<br />
Pero ahora, dicen, nos hallamos en el período de la<br />
transformación socialista de la agricultura y la<br />
mayoría de los antiguos campesinos pobres ya se han<br />
convertido en nuevos campesinos medios; además,<br />
los antiguos campesinos medios poseen mayor<br />
cantidad de medios de producción, de suerte que la<br />
escasez de éstos en las cooperativas resultaría<br />
imposible de superar sin la participación de ellos.<br />
Por lo tanto, concluyen, no conviene lanzar ahora la<br />
consigna de cimentarse en los campesinos pobres, de<br />
implantar su predominio, pues tal consigna<br />
redundaría en perjuicio de la cooperativización.<br />
Nosotros creemos que esta opinión es errónea. Si la<br />
clase obrera y el Partido Comunista se proponen<br />
transformar completamente, dentro del espíritu del<br />
socialismo y conforme al sistema socialista, la<br />
propiedad privada pequeño-campesina de los medios<br />
de producción en todo el campo, únicamente podrán<br />
lograrlo con relativa facilidad cimentándose en las<br />
grandes masas de campesinos pobres, que antes eran<br />
semiproletarios; de lo contrario, será muy difícil.<br />
Esto se explica porque los semiproletarios del campo<br />
son menos apegados a la propiedad privada pequeñocampesina<br />
de los medios de producción y más<br />
receptivos a la transformación socialista. La mayoría<br />
de ellos se han convertido en nuevos campesinos<br />
medios, pero los más de éstos -excepto los<br />
acomodados- tienen una conciencia política más alta<br />
que los antiguos campesinos medios y guardan<br />
frescas en la memoria las penurias del pasado. En<br />
cuanto a los antiguos campesinos medios inferiores,<br />
su posición económica y su actitud política son más<br />
o menos cercanas a las de los nuevos campesinos<br />
medios inferiores, pero diferentes de las de los<br />
nuevos y antiguos campesinos medios superiores, es<br />
decir, de los campesinos medios acomodados o<br />
relativamente acomodados. Por consiguiente, en el<br />
curso de la cooperativización debemos prestar la<br />
atención debida a los tres sectores más receptivos a<br />
la transformación socialista, a saber: 1) los<br />
campesinos pobres, que se hallan aún en dificultades,<br />
2) los nuevos campesinos medios inferiores y 3) los<br />
antiguos campesinos medios inferiores; a todos ellos<br />
hay que conducirlos, antes que a otros, a ingresar en<br />
las cooperativas por grupos y etapas. Además,<br />
debemos seleccionar de entre ellos -en particular, de<br />
entre los dos primeros sectores- a cierto número de<br />
personas que tengan una conciencia política más<br />
elevada y una mayor capacidad de organización, para<br />
prepararlas como fuerza vertebral dirigente de las<br />
cooperativas. Esto no significa que haya que<br />
determinar de nuevo la pertenencia de clase en las<br />
zonas rurales; se trata de una orientación que deben<br />
observar cuidadosamente, en el curso de la<br />
cooperativización, las células del Partido y los<br />
camaradas enviados al campo para guiar el trabajo;<br />
esta orientación debe darse a conocer públicamente a<br />
las masas campesinas. No es que opinemos que los<br />
campesinos medios acomodados no puedan ingresar<br />
en las cooperativas; lo que sí sostenemos es que sólo<br />
se los admita cuando hayan elevado su conciencia<br />
socialista y estén dispuestos a ingresar en ellas y a<br />
aceptar la dirección de los campesinos pobres (de los<br />
actuales campesinos pobres y todos los nuevos<br />
campesinos medios inferiores que antes eran<br />
campesinos pobres); si no quieren ingresar, no<br />
debemos forzarlos echando el ojo únicamente a sus<br />
bestias y aperos de labranza. Los que ya ingresaron<br />
pueden quedarse si ése es su deseo. Para con los que<br />
soliciten retirarse, conviene hacer un trabajo de<br />
persuasión y, si son convencidos, mantenerlos en la<br />
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