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á propósito para sor estudiado por un cursante<br />

<strong>de</strong> anatomía, el tigre <strong>de</strong> Bengala es un cachorro<br />

<strong>de</strong> Leopardo, y el gran combate consiste en co­<br />

ger las manos ó patas <strong>de</strong>lanteras <strong>de</strong>l animal,<br />

ocharle, ponerle el pié en los hijares y volverle<br />

á la jaula, antes <strong>de</strong> que se acuer<strong>de</strong> <strong>de</strong> que es una<br />

fiera y tenga á bien <strong>de</strong>spellejar al gladiador fo­<br />

llón con un zarpazo. Concluida la función, el<br />

Roberto Macairc, director <strong>de</strong> la compañía gim­<br />

nástica, presenta á los circunstantes una ban<strong>de</strong>­<br />

ja para consultar su generosidad y escilarles á<br />

estimular al ingenio privilegiado.<br />

¿Diriamos bien si dijéramos que la Francia es<br />

á la Europa lo que los Campos Elíseos á París?<br />

La comparación acaso no seria <strong>de</strong> todo punto<br />

exacta, porque al fin y al cabo, si hay muchos<br />

charlatanes en Francia, abundan también las<br />

notabilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> valor real en todo género.<br />

Dejemos á las notabilida<strong>de</strong>s y sigamos ocupán­<br />

donos en los farsantes. Haylos <strong>de</strong> estos do todas<br />

clases y en especial entre los literatos. En Fran­<br />

cia todo vicho viviente es escritor. Basta conce­<br />

bir una i<strong>de</strong>a para hacer un libro. La i<strong>de</strong>a no ocu­<br />

pa mas que una página y esto aun porque el<br />

autor no la sabe emitir; y el librero que ha <strong>de</strong><br />

csplotar esta i<strong>de</strong>a necesita ó quiere un volumen.<br />

El autor hace el volumen , robando <strong>de</strong>sapiadada­<br />

mente á los <strong>de</strong>más lo que ya los <strong>de</strong>más robaron<br />

á sus pre<strong>de</strong>cesores. Embadúrnanse las esquinas<br />

con anuncios colosales, llueven prospectos por<br />

todas partes, el autor se alaba así mismo en to­<br />

dos los periódicos, y á los quince días vén<strong>de</strong>se la<br />

obra á sueldo, perdida entre otras obras <strong>de</strong> igual<br />

mérito, en los puentes y bulevares.<br />

La moda, tan po<strong>de</strong>rosa en Francia, ha invadi­<br />

do también la literatura. Ningún escritor <strong>de</strong>cen­<br />

te <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> escribir viajes. Sin moverse <strong>de</strong> París,<br />

sin ir mas que á una biblioteca ó gabinete <strong>de</strong><br />

| lectura, se escriben viajes á Oriente, á la India,<br />

á Greolandia, al Perú, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo, y se<br />

<strong>de</strong>scriben las costumbres <strong>de</strong> los pueblos con una<br />

exactitud maravillosa.<br />

España es uno <strong>de</strong> los países que tienen el ho­<br />

nor <strong>de</strong> ser mas á menudo favorecidos. España<br />

es hoy en dia para los franceses un manantial<br />

fecundo <strong>de</strong> curiosidad y <strong>de</strong> interés. No hay es-<br />

critorcillo que no pague un tributo <strong>de</strong> su péndo­<br />

la á la España. Muchos no tienen <strong>de</strong> la Penínsu-<br />

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la i<strong>de</strong>a alguna; ni siquiera saben don<strong>de</strong> está,<br />

que punto geográfico ocupa; solo conjeturan que<br />

se halla mas acá <strong>de</strong> los Pirineos y aun esto lo sa­<br />

ben porque han leído en los periódicos los partes<br />

telegráficos <strong>de</strong> los prefectos <strong>de</strong> los Pirineos<br />

orientales y occi<strong>de</strong>ntales relativos á la guerra ci­<br />

vil. Esto no quita sin embargo que escriban so­<br />

bre la Península y hagan <strong>de</strong> ella <strong>de</strong>scripciones<br />

minuciosas. España es mentada en las memo­<br />

rias, en los viajes, en la historia , en los apun­<br />

tes, en los dramas, en los poemas, en las no­<br />

velas etc. etc. Todos los héroes se llaman Juan;<br />

todas las heroínas Juanita. El que <strong>de</strong> esta regla<br />

sine qua non se aparta, el que sabe mas, dan<br />

su héroe el nombre <strong>de</strong> don Suarez, don Osuna y<br />

á la protagonista el <strong>de</strong> doña Sol, ó doña Ave­<br />

llana ú otro por el estilo. Ya que tiene nombres<br />

que dar á los personages busca los <strong>de</strong> los luga­<br />

res. Madrid, Cádiz, Barcelona, Zaragoza, Va­<br />

lencia; hasta aquí llega toda su geografía. El<br />

que mejor le suena al oido, este es escogido para<br />

la novela, folletín ó comedia. Sobre estos ele­<br />

mentos se entretege el asunto , y ur<strong>de</strong> un cuento<br />

esmaltado <strong>de</strong> costumbres propias <strong>de</strong> un estu­<br />

diante <strong>de</strong> París, <strong>de</strong> un mancebo <strong>de</strong> las tiendas<br />

<strong>de</strong> los bulevares, <strong>de</strong> un comisionista viajero, <strong>de</strong><br />

una beldad fácil <strong>de</strong>l cuartel Latino ó <strong>de</strong> una<br />

griseta <strong>de</strong> la calle Yiviene, Saint Denis, Saint<br />

Martin, ó Poissoniera, creyendo candidamente<br />

el maldito autor que tendrá sabor peninsular su<br />

farsa porque los personages se llamarán Juan,<br />

Juanita, don Suarez, doña Sol, doña Avellana,<br />

y serán las escenas en Madrid, Zaragoza ó Bar­<br />

celona.,01ro se. cree mas instruido en las cos­<br />

tumbres españolas, porque ha visto en los tea­<br />

tros bailar la cachucha, en las tiendas algunas<br />

láminas <strong>de</strong> funciones <strong>de</strong> toros, y ha oido hablar<br />

<strong>de</strong> vinos y jaques <strong>de</strong>. Andalucía. Todo esto es<br />

poético para este <strong>de</strong>sdichado escritor, y hétele en<br />

marcha, digno émulo <strong>de</strong> Cervantes y <strong>de</strong>l autor<br />

<strong>de</strong> Gil Blas, y en el primer capítulo <strong>de</strong> su bárba-<br />

raViovela nos <strong>de</strong>scribe un famoso baile en los sa­<br />

lones <strong>de</strong> la Alambra, don<strong>de</strong> las hijas <strong>de</strong> los du­<br />

ques, con<strong>de</strong>s, barones y marqueses, vestidas<br />

como las bailarínas <strong>de</strong> nuestros teatros, están<br />

bailando con inimitable gracia é impon<strong>de</strong>rable<br />

lascivia las seguidillas , 1« cachucha y el bolero.<br />

I^a señorita Avellana, <strong>de</strong> ojos negros y morena<br />

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