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¿Qué jardín ostenta flores<br />

<strong>de</strong> tan variados colores<br />

ni <strong>de</strong> tan raras semillas<br />

tomo las <strong>de</strong> mis megillas?<br />

¿Dón<strong>de</strong> hay arroyo ni fuente ,<br />

que en su límpida corriente,<br />

ó en argentina cascada<br />

no se oculte avergonzada<br />

entre malezas y abrojos<br />

al ver la luz <strong>de</strong> mis ojos?<br />

¿ Quién será el que el dote no halle<br />

en mi esbelto y lindo talle,<br />

y en el precioso tesoro<br />

<strong>de</strong> mis largas trenzas <strong>de</strong> oro ?<br />

Y en fin... ¿don<strong>de</strong> habrá camueso<br />

que no aprecie mas un beso<br />

<strong>de</strong> mis labios celestiales<br />

que las huertas y arrozales<br />

<strong>de</strong> seis leguas en contorno?...<br />

Con<strong>de</strong>so que me abochorno,<br />

y es una vergüenza y mengua<br />

el que se ocupe mi lengua<br />

en querer darle mas brillo<br />

á un asunto tan sencillo;<br />

porque apenas en el mundo<br />

habrá un Rodrigo Segundo,<br />

que <strong>de</strong>je <strong>de</strong> conocer,<br />

que al casarse una muger<br />

(y <strong>de</strong> ello garante salgo)<br />

siempre lleva en dote... algo.<br />

Mas ya que á usted le es mas grata<br />

la pecunia numerata,<br />

que la moneda corriente<br />

<strong>de</strong> mi marcial continente;<br />

ya que usted en esla andanza<br />

el amor <strong>de</strong> Sancho Panza<br />

prefiere al <strong>de</strong> Don Quijote;<br />

y que solo busca el dote,<br />

y que tras él se <strong>de</strong>sliza<br />

cual gato tras longaniza...<br />

es <strong>de</strong>cir, que al fin y al cabo<br />

se me apea por el rabo...<br />

Yaya muy enhoramala,<br />

y perciba su alcabala<br />

<strong>de</strong> otro contrato oneroso ,<br />

vendiéndose por esposo<br />

& una vieja con viruelas ,<br />

chala, sin dientes ni muelas,<br />

ni otras gracias y embelesos<br />

que arrugas, pieles y huesos,<br />

y que en su amorosa fiebre<br />

le ofrezca gato por liebre...<br />

que la trucha buena y fresca<br />

con otro anzuelo se pesca ,<br />

<strong>de</strong>l cual solo se enamora<br />

esta simple labradora...<br />

Gargoira Vientoenpopa.<br />

JOSÉ BERNAT BALEOVÍ.<br />

UNA ONZA DE ORO.<br />

18.'}<br />

En los tiempos que corremos el que tiene una<br />

onza <strong>de</strong> oro tiene diez y seis duros, que no es<br />

poco, ó trescientos veinte reales que parece nías<br />

y no lo es. A veces el que tiene una onza no tie­<br />

ne un cuarto, porque ó lo sabe un dcsollinador<br />

<strong>de</strong> cofres, vulgo ladrón, y alivia el peso á su<br />

prójimo, porque también los ladrones tienen<br />

prójimos, ó lo averigua el gobierno y por si la<br />

industria y comercio <strong>de</strong> ajos ó cebollas ó versos,<br />

que usted ejerce produce tanto mas cuanto, se<br />

queda á buenas nuches, por via <strong>de</strong> contribución<br />

ó préstamo voluntario por fuerza, que son las<br />

únicas garantías 1<br />

estables consignadas en las<br />

constituciones mo<strong>de</strong>rnas. Pero yo me rio <strong>de</strong> los<br />

gobiernos y <strong>de</strong> los ladrones en este particular.<br />

Tuviera yo muchas onzas <strong>de</strong> oro que poco cui­<br />

dado me daria <strong>de</strong>l mundo por mas enemigos<br />

<strong>de</strong>l bolsillo ageno que espiasen mis pasos.<br />

El dinero es un antídoto universal que cura<br />

todos los males como Mr. Le Roí, y mejor. Y no<br />

se crea esto una observación inútil por lo trilla­<br />

da, á pesar <strong>de</strong> cuanto dijo Quevcdo y otros que<br />

no fueron Quevedos. El dinero ha sido en todos<br />

tiempos un caballero rcspeladísinio, porque ante<br />

su dignidad el mundo entero ha humillado la<br />

frente; pero el siglo diez y nueve, investigador<br />

á toda prueba , ha hecho <strong>de</strong>scubrimientos impor­<br />

tantes en la materia. El dinero en nuestros dias<br />

es la justicia, la religión dominante es el diñe

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