albii de

Ha cinco dias
toe trasparentó,
vivo del viento
cual camaleón:
á tanto ayuno
no hay fibra fuerte,
¡comida ó muerte!
sin remisión.
Quiero atracarme,
sentirme obeso,
siquiera preso
llévenme al fin :
Por insolvente
daránme suelta,
con ida y vuelta
pago el festin.
Si la canalla
de los sirvientes,
osan calientes
leña ofrecer,
yo que en la ropa
nadando habito,
con un salino...
busca al de ayer.
¡ A y qué alegría!
¡ ay qué recreo!
harta no veo
mi hambre feroz:
Así decia
con gran contento,
el ultra-hambriento,
á media voz.
Y hasta la fonda
se comería,
según venia
de emprendedor:
mas por desgracia
su triste aspecto,
surtió un efecto
conlrariador.
Vino el fondista
y con mal físico
dijo á don Tísico,
que retembló:
«Señor gazuza,
el casca-nueces,
que ya dos veces
me la pegó :
Tome el portante
sin mas tormenta,
6 no lo cuenta
por vida de!...
Y el desdichado
dando gemidos,
entre subidos
huyendo fué!...
VICENTE ALYABEZ MIRANDA.
UN DIA EN EL PARADOR DEL SOL.
ENSAYO GASTRONÓMICO.
Desde las memorables bodas de.Canaan, cele­
bradas con aquella famosa cena en que el tle-
! dentor del género humano convirtió el agua en
vino para complacer a su Santísima Madre, nin­
gún dia como el de san Julián , 9 de enero del
M, se presenta tan en relieve en los fastos de
la historia gastronómica. Tiempo hacia que algu­
nos cofrades de la comunidad de LA IÍISA, hom­
bres de acción y positivistas por cscelcncia, de­
seaban reducir á práctica las beneficiosas teo­
rías de don Abundio Estofado; y este habilísimo
cocinero deseaba también por su parte sujetar á
un rigoroso examen á sus amados discípulos,
para convencerse de sus buenas ó malas dispo­
siciones, y escojer entre todos ó los que mas
han de acreditarle en el certamen público que
se está preparando. Al efecto, el venerable direc­
tor de la SOCIEDAD LITERARIA don Wenceslao
Ayguals de Izco señaló dia, hora y punto en que
debían reunirse los candidatos, y después de
una discusión ligera como la de las actas en un
Congreso, se resolvió por unanimidad celebrar
la sesión en el Parador del Sol, dia 9, á las nue­
ve de la mañana. Esta resolución se tomó el
dia 8, á hora bastante avanzada, y no es necesa­
rio decir mas para hacerse cargo de la actividad
que la premura del tiempo requería. Improvisó-