29.04.2013 Views

albii de

albii de

albii de

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

lid (lia en que nací poniéndomele por nombre , y<br />

como era san Lorenzo...<br />

Soltaron una tremenda risotada la mayor par­<br />

te <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l círculo ; pero duró un momento.<br />

Don Casimiro, joven almivarado, dándose con<br />

el bastoncito en la punta <strong>de</strong> la charolada ,bota,<br />

habló en voz meliflua.<br />

Cierto es cuanto <strong>de</strong>cís, caballerito: pero he­<br />

mos <strong>de</strong>squiciado la cuestión. La influencia,social<br />

<strong>de</strong> un nombre bonito está reconocida. Yo me<br />

acuerdo que el nombre <strong>de</strong> ílolofemes me locaba<br />

á los nervios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> chiquitín, y que me electri­<br />

zaba el <strong>de</strong> Tancredo , y en el dia me suce<strong>de</strong> lo<br />

mismo. Me dá dolor <strong>de</strong> estómago el tener que<br />

saludar á un vecino, y evito casi siempre el lla­<br />

marle Señor don Homohono ; y en cambio la bo­<br />

ca se me hace agua cuando pronuncio el nombre<br />

<strong>de</strong> Carolina, <strong>de</strong> mi planchadora <strong>de</strong> las boardillas.<br />

En fin, señoritos , será una <strong>de</strong>bilidad, un ana­<br />

cronismo, pero yo no conocía á la que á estas<br />

horas es mi dulce esposa y solo la fui á ver, por<br />

que oí á un amigo mió hablar <strong>de</strong> Armida. Yo que<br />

habia soñado tanto con encantadoras: en fin,<br />

aquella lo fué para mí y la entregué mi blanca<br />

mano; cosa que no hubiera concedido á no tener<br />

el nombre <strong>de</strong> la heroína <strong>de</strong>lla Jerusalemme <strong>de</strong>l<br />

Tasso. Y que un nombre es una <strong>de</strong> las cosas<br />

que mas Ocupan <strong>de</strong>spués á los casados, por su<br />

puesto, <strong>de</strong>spués que se ocupan <strong>de</strong> otras varías,<br />

aunque no faltan sus aburrimientos. Porque,<br />

se casa usted; á los seis meses, ya tiene usted<br />

la preguntita <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nanza, y ¿no hay novedad<br />

en la parienta?— ¿Qué noveda<strong>de</strong>s ha <strong>de</strong> tener? —<br />

Hombre, es tan soso un matrimonio sin chiqui­<br />

llos.— Ya, pero aun no es tiempo. —Pero, hom­<br />

bre ¿en qué lo pasan uste<strong>de</strong>s? — Estas y otras<br />

preguntas han avergonzado tantas veces á mi<br />

Armidal... Por fortuna, ya... ya esotra cosa...<br />

Y ahora es cuando digo yo que es una dulzura el<br />

ocuparse <strong>de</strong> los nombres que se pondrán á los ni­<br />

ños: y que hay que tener <strong>de</strong> prevención para<br />

entrambos sexos, pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se van genera­<br />

lizando los partos dobles, es <strong>de</strong>cir, en que nacen<br />

gemelitos!... En fin, señores, bajo este punto<br />

se ha <strong>de</strong> presentar la cuestión. No estamos en el<br />

caso <strong>de</strong> disputar sobre una cosa <strong>de</strong> importancia<br />

reconocida, sino únicamente en el <strong>de</strong> buscar<br />

nombres que puedan ser Gomo una cartita <strong>de</strong> re-<br />

15<br />

comendacion para los que los lleven. Me alegra­<br />

ré oir las opiniones <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s , para ver sí hay<br />

alguno que convenga para mi futuro here<strong>de</strong>ro.<br />

Doña Cristina, yo suplicaría á usted que fuese la<br />

primera en darnos su parecer, pues <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego<br />

será acertadísimo cuanto se ocurra á un florido<br />

ingenio en esta cuestión tan palpitante.<br />

Doña Cristina respondió. — Yo creo que el<br />

nombre no <strong>de</strong>bia ponerse á nadie sino cuando ya<br />

por sus acciones se hubiese merecido alguno y<br />

en ese caso que hubiese aplicación filosófica,<br />

<strong>de</strong>biéndose llamar á los valientes, Alejandros; y<br />

Didos á los enamorados sin fortuna.<br />

— Pensamiento filosófico , esclamó el poeta.<br />

— Discreta ocurrencia, dijo el pelrimetrc.<br />

— iNecia reflexión I murmuró el crítico.<br />

Juan no dijo nada, pero en cambio abrió los<br />

ojos como un energúmeno, y rascándose la fren­<br />

te procuraba <strong>de</strong>scifrarse á sí mismo en qué con­<br />

sistiría el gran talento <strong>de</strong> su muger. Yo no qui­<br />

se aclararle entonces el misterio: pero ano que­<br />

darme duda ninguna lo que todos admiraban en<br />

doña Cristina era su hermosura, aunque por<br />

pretesto se hubiesen empeñado en <strong>de</strong>cir que era<br />

su filosofía. Don Lino volvió A anudar la inter­<br />

rumpida plática :— Yo creo que si es niño se le<br />

podría llamar Pedro, que es un nombre sen­<br />

cillo.<br />

— Qué estravagancia, le interrumpió el ele­<br />

gante, yo no podria figurarme ningún Pedro,<br />

sin su calva <strong>de</strong> cerquillo correspondiente y su<br />

llavon en la mano como el Apóstol.<br />

— Es, que poco importaba que á usted se<br />

le figurase así, sí no era.<br />

tar I<br />

— Siempre es un escollo que era preciso evi­<br />

bres.<br />

— Aquí no se trata <strong>de</strong> escollos sino <strong>de</strong> nom­<br />

— A mí me parece, para niño mas propio<br />

Constantino.<br />

— Amigo mió, dijo el crítico entonces : yo no<br />

llamaría á ningún hijo <strong>de</strong> mi muger por ese<br />

nombre. Constantino fué hijo <strong>de</strong> una esclava,<br />

— Y luego un hereje como una loma, añadió<br />

don Lino.<br />

— Pero en cambio, interrumpióla señora <strong>de</strong><br />

la casa, también se convirtió 4 la fé, y protegió<br />

la religión.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!