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acompañando los mas <strong>de</strong> ellos aquella <strong>de</strong>sento­ i hallaban en la cárcel á disposición <strong>de</strong>l juez <strong>de</strong><br />

nada orquesta con estupendos y atronadores re­<br />

buznos, con los que anuncian su llegada á las<br />

amarteladas alcarreñas que al dia siguiente, pa­<br />

ra manifestarles el <strong>de</strong>svelo que pasan por ellos,<br />

les dan noticia <strong>de</strong> las veces que les lian oido re­<br />

buznar, á la manera que las damas <strong>de</strong> otros<br />

tiempos contaban los suspiros que al compás <strong>de</strong><br />

su laúd exhalaban los tiernos trovadores entre las<br />

amorosas y dulcísimas en<strong>de</strong>chas que al pié <strong>de</strong><br />

sus rejas entonaban; siendo lo mas particular<br />

entre estas damas <strong>de</strong> la Alcarria, que se engrían<br />

y muestren orgullo <strong>de</strong> que sus adoradores imiten<br />

con perfección en sus rebuznos al pacífico ani­<br />

mal <strong>de</strong> quien son propíos; y verda<strong>de</strong>ramente no<br />

<strong>de</strong>ja dé tener mérito esta habilidad <strong>de</strong> rebuznar;<br />

única circunstancia qoe falta á muchos que co­<br />

nozco yo, para asemejarse enteramente al cua­<br />

drúpedo en cuestión.<br />

No habíamos aun andado veinte pasos, cuando<br />

uno <strong>de</strong> los directores <strong>de</strong> la fiesta insinuó que se<br />

<strong>de</strong>bia preferir en la serenata á la sobrina déla<br />

Conejera, su adorada prenda; y así era preciso<br />

sé dirigiese la comitiva á su'casa con preferen­<br />

cia á las <strong>de</strong>mos: pero á esta petición le sucedió lo<br />

que suce<strong>de</strong> en el Congreso con la mayor parte<br />

<strong>de</strong> lasque se presentan, pues encontró una opo­<br />

sición <strong>de</strong>cidida por parte <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus com­<br />

pañeros que reclamaban para sus respectivas<br />

prógimas un privilegio igual; alegando uno <strong>de</strong><br />

ellos en abono <strong>de</strong> su <strong>de</strong>manda, haber gastado<br />

aquella noche diez cuartos para encordar una <strong>de</strong><br />

las guitarras, por lo que reclamaba la preferen­<br />

cia <strong>de</strong> lamúsica á favor <strong>de</strong> su novia, la nieta <strong>de</strong>l<br />

lio Lechuza; y entre si babia <strong>de</strong> ser la privile­<br />

giada la Conejera ó la Lechuza, pasaron <strong>de</strong> las<br />

insinuaciones á las amenazas, <strong>de</strong> las amenazas<br />

á los insultos, <strong>de</strong> los insultos á los bofetones, <strong>de</strong><br />

los bofetones á los garrotazos; y divididos los<br />

mozos en dos partidos, menu<strong>de</strong>aban los golpes<br />

<strong>de</strong> tal manera, que mis amigos y yo por pru<strong>de</strong>n­<br />

cia (a) miedo, nos retiramos con paso un tanto<br />

.apresurado huyendo do aquel encarnizado com­<br />

bate entre lechuzos y conejos. A la mañana si­<br />

guiente supimos que <strong>de</strong> la nocturna batalla ha­<br />

bían salido dos cabezas abiertas y cuatro brazos<br />

rotos, amen <strong>de</strong> algunas contusiones en las es­<br />

paldas, y que los que habían quedado sanos se<br />

primera instancia que había empezado en este<br />

asunto por la prisión <strong>de</strong> los agresores, y <strong>de</strong>l es­<br />

cribano , que había empezado por su parte por el<br />

embargo <strong>de</strong> sus bienes con la santa y caritativa<br />

i<strong>de</strong>ado asegurar las veni<strong>de</strong>ras costas: único ob-<br />

geto y fin <strong>de</strong> la justicia entre esta clase <strong>de</strong> aves<br />

<strong>de</strong> rapiña que Bufón no se acordó <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir.<br />

Haciendo reflexiones nos encontrábamos so­<br />

bre la anterior ocurrencia , cuando el tío Media-<br />

capa,en cuya casa nos hospedábamos, exigió <strong>de</strong><br />

mí le acompañase <strong>de</strong> hombre buepo á un juicio<br />

<strong>de</strong> conciliación que iba á celebrar con el tío Yi-<br />

1<br />

gomia, actual cobrador <strong>de</strong> contribuciones: no<br />

pu<strong>de</strong> menos <strong>de</strong> acompañarle, <strong>de</strong> lo cual me ale­<br />

gré <strong>de</strong>spués por la siguiente chistosa escena que<br />

tuve ocasión <strong>de</strong> presenciar.<br />

Sentado el alcal<strong>de</strong> sobre una mugrienta silla,<br />

y teniendo <strong>de</strong>lante un antiquísimo arcon que ha­<br />

cia las veces <strong>de</strong> mesa, al entrar nosotros, dijo<br />

con voz <strong>de</strong> autoridad, y sosteniendo la barba con<br />

la mano izquierda.— Se va á escomenzar el jui­<br />

cio ; el lio Mediacapa diga pues lo que le dé la<br />

gana sobre el particular. — Entonces mi cliente,<br />

metida la mano <strong>de</strong>recha en el pecho y la izquier­<br />

da en el bolsillo <strong>de</strong>l calzón «orto que usaba, se<br />

esplícó <strong>de</strong> este modo: —Bien sabe su mercé lo<br />

atrasado que me encuentro y la miseria en que<br />

viven mi muger y los nueve hijos que Dios se ha<br />

servido darme y que creo llegarán muy pronto á<br />

diez según be sabido esta mañana. Pues ha <strong>de</strong><br />

saher su mercé que el lio Yigornia, que está<br />

presente, me buscó hace medio año para que<br />

condujese á Madrid á un comandante con su mu­<br />

ger y dos ca<strong>de</strong>tes, diciéndome que él me paga­<br />

ría el importe <strong>de</strong> los bagages <strong>de</strong> los fondos <strong>de</strong><br />

propios <strong>de</strong>l Ayuntamiento que, con perdón sea<br />

dicho, por lo que voy viendo, solo son propios<br />

<strong>de</strong>l lio Yigornia. Y así, señor alcal<strong>de</strong>, quiero<br />

que su mercé le man<strong>de</strong> satisfacerme osa canti­<br />

dad, que ya podia haberlo hecho con lo que se<br />

está gastando con la muger <strong>de</strong>l Chato que según<br />

malas lenguas... —Señor alcal<strong>de</strong>, interrumpió el<br />

lio Yigornia enseñando los puños, no permita<br />

su mercé que me insulten; porque si no se me<br />

alministra justicio, yo me la tomaré por mis<br />

manos; <strong>de</strong>jemos en paz al Chalo y á su muger,<br />

porque si no, yo también diré lo que el tío Me-

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