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resto <strong>de</strong>l cuerpo tiene una temperatura <strong>de</strong> 20<br />

grados sobre 0, sobre el cráneo señalaría muy<br />

bien el <strong>de</strong> Reamur sus 33. Agregúese á esto que<br />

las moscas, amigas <strong>de</strong> las superficies tersas y<br />

resplan<strong>de</strong>cientes, y que al revés <strong>de</strong> las hormigas<br />

aborrecen los lugares subterráneos y gustan <strong>de</strong><br />

maniobrar á campo raso como las tropas <strong>de</strong> ca­<br />

ballería, escogen siempre las calvas para teatro<br />

<strong>de</strong> sus paseos, <strong>de</strong> sus juegos, y <strong>de</strong> todas sus ac­<br />

ciones naturales. Perseguirlas en tan escampado<br />

terreno es castigarse á sí mismo, es cachetearse<br />

sin piedad.<br />

La calva por otra parte es un ramo <strong>de</strong> econo­<br />

mía doméstica. Para un calvo son cscusados los<br />

peluqueros: los aceites, pomadas y <strong>de</strong>más cos­<br />

méticos sobran; los peines y cepillos están <strong>de</strong>-<br />

mas. Tres presupuestos no <strong>de</strong>spreciables que <strong>de</strong>s­<br />

<strong>de</strong> luego dá por suprimidos en su sistema admi­<br />

nistrativo interior.<br />

Vengamos á las pelucas.<br />

Las pelucas, aunque menos antiguas que las<br />

calvas, no se crea por esto que han sido inven­<br />

ción <strong>de</strong> ayer. Y por mas que. digan que el primero<br />

que gastó peluca fué un abate <strong>de</strong>l siglo XVII lla­<br />

mado la ¡tifiare, hay quien hace subir su anti­<br />

güedad al tiempo <strong>de</strong> David, suponiendo que se<br />

hace mención <strong>de</strong> ellas en el capítulo 19 <strong>de</strong>l li­<br />

bro I <strong>de</strong> los reyes; y hay quien la remonta al<br />

tiempo <strong>de</strong> Isaías, fundando su opinión en el ca­<br />

pítulo 111 <strong>de</strong> sus profecías. Muchos son <strong>de</strong> sentir<br />

que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy antiguo estaban en uso entre los<br />

griegos y los romanos. Mas lo que no pue<strong>de</strong> du­<br />

darse es,.que en el principio <strong>de</strong> la era cristiana<br />

<strong>de</strong>berían ser las pelucas mueble usual y corrien­<br />

te, puesto que San Pedro se tomó la libertad <strong>de</strong><br />

pedir pelo á Cristo, y este le respondió que no<br />

era peluquero: respuesta bien merecida á peti­<br />

ción tan indiscreta. Respuesta como <strong>de</strong> quien la<br />

dio.<br />

Dice Manilio en su Astronomicon que los que<br />

han nacido en el signo <strong>de</strong> Tauro bajo la influen­<br />

cia <strong>de</strong> las pleyadas, están <strong>de</strong>stinados á llevar pe­<br />

luca. Si es cierto, bien pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>cir los tales que<br />

el foro y las cabrillas son para ellos doblemente<br />

malum signum.<br />

Las pelucas tienen también sus ventajas y sus<br />

<strong>de</strong>sventajas, su moralidad y su inmoralidad. Una<br />

<strong>de</strong> las ventajas principales, a<strong>de</strong>mas <strong>de</strong>l abri­<br />

go, que por conocida se calla, es sin disputa la<br />

<strong>de</strong> rejuvenecer el rostro y cabeza <strong>de</strong>l que la usa.<br />

Don Frutos, hombre <strong>de</strong> So cumplidos, que visto<br />

en su estado natural y al <strong>de</strong>scubierto supondrá<br />

cualquiera que tiene á su hijo asegurado <strong>de</strong> quin­<br />

tas por padre sexagenario, se planta la peluca,<br />

se presenta y nadie se atrevería á darle su voto<br />

para senador suponiendoque seria nulo por no<br />

llegar á los 40 que la ley exige en los que han <strong>de</strong><br />

pertenecer á la alta cámara. Cinco ó seis lustros<br />

retrocedió en la carrera <strong>de</strong> la vida con solo plan­<br />

tarse la peluca.<br />

Don Nemesio el calvo, es hombre que gusta <strong>de</strong><br />

aventuras, y á quien conviene muchas veces ha­<br />

cer el incógnito. Si don Nemesio no gastara pe­<br />

luca seria siempre don Nemesio el calvo. Pero<br />

tiene un repuesto <strong>de</strong> pelucas,.unas rubias y clá­<br />

sicas, otras románticas y negras, y otras en fin<br />

color castaño oscuro, y alternando don Nemesio<br />

<strong>de</strong> cabelleras, como diz que hacia Annibal para<br />

no ser conocido <strong>de</strong> los galos y po<strong>de</strong>rlos sorpren­<br />

<strong>de</strong>r, hace mil diabluras el tal don Nemesio, siem­<br />

pre otro y siempre el mismo. Para él la calva es<br />

un recurso, la peluca un comodín, y bé aquí<br />

otra <strong>de</strong> las ventajas <strong>de</strong> las pelucas, la <strong>de</strong>l fácil y<br />

variado disfraz.<br />

Don Atilano viaja con su pasaporte en regla.<br />

«Señas <strong>de</strong>l portador. — Edad 3S. — Pelo negro<br />

etc.» Hace don Atilano una fechoría... requisito-<br />

río... un hombre <strong>de</strong> estas señas... pren<strong>de</strong>n á don<br />

Atilano pero don Atilano ha tenido buen cuidado<br />

<strong>de</strong> arrojar la peluca en el camino, ó <strong>de</strong> guardár­<br />

sela en el bolsillo <strong>de</strong>l sur-teut. «Señas <strong>de</strong>l preso:<br />

edad unos 60 poco mas ó menos, calvo... etc.» no<br />

es el que se buscaba. Don Atilano es puesto en<br />

libertad. Así las pelucas son muchas veces causa<br />

<strong>de</strong> la impunidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>litos.<br />

En cambio las pelucas tienen también sus <strong>de</strong>s­<br />

ventajas. Un <strong>de</strong>scuido pue<strong>de</strong> producir fácilmente<br />

una seria ruptura en las relaciones mejor enta­<br />

bladas y sostenidas, especialmente en negocia­<br />

ciones amorosas. Tres años llevaba mi amigo don<br />

Dieguito <strong>de</strong> <strong>de</strong>rretido galanteo y estrecha intimi­<br />

dad con Tomasita, la here<strong>de</strong>ra presunta <strong>de</strong>l con­<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong> Camposeco. Las negociaciones iban tocan­<br />

do á un <strong>de</strong>senlace feliz. Pero una mañana <strong>de</strong> ve­<br />

rano, hallándose en sabroso coloquio los dos<br />

amantes, antojósele á una atrevida pulga intro

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