albii de

ien mojado de aguardiente.
Que el burlarse uno del frió
con sus lluvias y sus truenos ,
todo es obra, amigo mió,
de dos tragos mas o menos.
Y á falla del vaso ó bota
y de otras varias razones,
hay corridas, apretones,
baile, y... juego de pelota.
Pero el calor... ¡ Dios eterno!
/ Dominus Deus Subaóth !!
I calor con trage de invierno!!
¡ y quien lo pide es Ribot!!!!!!
¿Qué gordo defender pudo,
á no encontrarse hecho un mosto,
la ley del saco y embudo ,
estando en el mes de agosto?
¡ Españoles 1 y esto veis,
cuando por vuestros pecados
llega el calor á los grados
; treinta y cinco ú treinta y seis! !
¡ Maldición contra la musa
de mi redondo adversario,
que tales blasfemias usa
sin respeto al... calendario!
¡ Maldición contra el talego
de catorce ó quince arrobas,
que aconseja con sus trobas
posponer el aire al fuego!
¡ Maldición una y mil veces
al poeta, que hoy arrogante ,
prefiere un horno ambulante
á la mansión de los peces I
Y en fin... | maldición y horror
contra ese vate inhumano,
que asegura ser mejor —
«ir de invierno con calor,
que con frió, de verano.»
El. Sl'F.CO.
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EL ESTUDIANTE ü. PEDRO
( Gu-eulev)
Cuidado no se dispare.
PARTE PRIMERA.
Hay lances de amor menguados
que en su peregrino curso,
sus matices y contrastes,
sus pretensiones y gustos,
por lo muy estravagantes,
por lo necios y difusos,
por lo tiernos y sensibles,
por lo pedantes y absurdos,
hicieran reirá las piedras
y alegrarse á los difuntos.
Escuchen, pues, mis lectores
de un diálogo nocturno,
que en cierto soirée brillante
escuché con disimulo,
las dos estupendas partes
que en estos versos apunto.
Era doña Celia bella ,
pero de muy necio orgullo,
y don Pedro muy galante,
aunque original y adusto,
y asi fué que su coloquio,
después de varios dibujos ,
vino á tener estos trámites
entre tiernos y entre bruscos.
Doña Celia.
Ya os lo he dicho, señor mió ,
que fácil no corresponde
á vuestro amor tierno y pió
la dama que en su albedrio
mayor altivez esconde;
y es ya muy necia porfia
y repugnante querella,
venir un dia y otro dia
lamentando vuestra estrella
y mi condición impia.
De mi clase aristocrática
es tan grave la exigencia ,
que la llama mas simpática,