29.04.2013 Views

albii de

albii de

albii de

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

en clase <strong>de</strong> criado; cualidad que no quita que yo<br />

le quiera, como se merece , por lo bien que me<br />

sirve; lo que no se opone tampoco á que sea un<br />

bárbaro <strong>de</strong> pies á cabeza , como uste<strong>de</strong>s verán<br />

bien pronto. Cuando yo no era autor, ni me ha­<br />

bía pasado por las mientes ponerme á escribir,<br />

teníale en casa para que me limpiase las botas,<br />

y para otros usos igualmente humil<strong>de</strong>s; pero<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> que me dio por hacer versos y por espli-<br />

carme en prosa, y por otras cosas, que, con li­<br />

cencia <strong>de</strong>l gran Moliere, no son prosa ni verso,<br />

hubo una variación total en mi casa. Mi muger<br />

se echó á literata, mi suegra se hizo marisabi­<br />

dilla, el abuelo <strong>de</strong> mi suegro, que aun vive, co­<br />

menzó á apren<strong>de</strong>r el francés; el marido déla<br />

madre <strong>de</strong> mi esposa, se <strong>de</strong>dicó á representar co­<br />

medias; mis cinco hermanas pusieron sus vein­<br />

ticinco sentidos en leer folletines <strong>de</strong> periódicos;<br />

mi sesto sobrino se metió á corrector <strong>de</strong> prue­<br />

bas, y <strong>de</strong> los nueve hijos que tengo, cuatro se<br />

hicieron editores responsales <strong>de</strong> otras cuatro pu­<br />

blicaciones periodísticas; y los cinco restantes,<br />

con los otros cinco sobrinos que se me quedaban<br />

en el tintero, resolvieron tomar la única y esclu-<br />

siva ocupación <strong>de</strong> leerme á mí, proporcionán­<br />

dome <strong>de</strong> ese modo un pequeño público , com -<br />

puesto <strong>de</strong> diez individuos; fortuna que no tie­<br />

nen acaso todos los autores <strong>de</strong> la época. Mi pa­<br />

dre y mi madre habían muerto ya por aquel<br />

entonces; pérdida irreparable para mí, y so­<br />

bre todo para la literatura contemporánea, la<br />

cual, á haber ellos vivido, hubiera contado con<br />

dos notablida<strong>de</strong>s, ó por lo menos con dos apasio­<br />

nados mas, según la comezón literaria que se<br />

apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong> mi familia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que,<br />

como digo arriba, me dio la humorada <strong>de</strong> echar­<br />

me á escritor.<br />

Natural era, señores lectores, que en seme­<br />

jante metamorfosis doméstica le cupiese también<br />

su correspondiente mutación <strong>de</strong> vida á mi cria­<br />

do Juan ; y así fué en efecto, perteneciendo co­<br />

mo perteneció <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel dia al círculo litera­<br />

rio, si bien siempre en sentido humil<strong>de</strong>, dado<br />

que su ocupación única y esclusiva fué ir y ve­<br />

nir á la imprenta diariamente llevando original<br />

y trayendo pruebas; tarea que en sus dolencias<br />

ha compartido mas <strong>de</strong> una vez con la criada,<br />

permitiéndolo asi el cielo, sin duda alguna, para<br />

327<br />

que no quedase ningún ser racional, entre to­<br />

dos los que me ro<strong>de</strong>an, que <strong>de</strong>jase <strong>de</strong> pertene­<br />

cer á la noble aristocracia <strong>de</strong>l talento. Mi criado<br />

se mostró altamente satisfecho Gon su nuevo<br />

oficio, y comenzó á armar tan terribles pelote­<br />

ras con los cajistas, que me rio <strong>de</strong> las discusio­<br />

nes <strong>de</strong> tantos literatos <strong>de</strong> café como brillan en<br />

todas partes. La fortuna fué que por aquellos<br />

dias no sabia el buen Juan ni leer ni escribir,<br />

que á no ser eso se echa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego á literato<br />

lo mismo que yo, y no me <strong>de</strong>ja tiempo para lu­<br />

cirme solo. Pero el diablo que todo lo enreda,<br />

quiso mas a<strong>de</strong>lante criarmeun ríva!, y el bri­<br />

bón <strong>de</strong> mi criado comenzó poco á poco á hacer­<br />

se hombre <strong>de</strong> provecho, acabando por saber es­<br />

cribir una carta en menos <strong>de</strong> seis años. Yo no<br />

babia notado su afición á las letras, ni podía<br />

pasarme por la imaginación que pudiera remon­<br />

tarse tan alto. ¿ Cuál no seria mi sorpresa pol­<br />

lo mismo , cuando le vi en estado <strong>de</strong> corregirme<br />

las pruebas y <strong>de</strong> corregírmelas bien? Yo <strong>de</strong>bía<br />

alegrarme <strong>de</strong> sus a<strong>de</strong>lantos, pero la ruin envi-<br />

dilla y un vago temor <strong>de</strong>que con el tiempo pu­<br />

diera subírseme á las barbas, pudieron mas en<br />

mí corazón, que el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> fomentar sus pro­<br />

gresos, y le <strong>de</strong>jé abandonado á sí mismo. Con<br />

esto y con llamarle zopenco con mas frecuencia<br />

que antes, creí evitado el peligro, y mi susto se<br />

calmó poco á poco. El ba aprendido á leer y á es­<br />

cribir, me <strong>de</strong>cia yo en mis a<strong>de</strong>ntros; pero <strong>de</strong> eso<br />

á bambalearse como hombre <strong>de</strong> letras, va un pa­<br />

so <strong>de</strong> jigante. Y cuando quisiera echarla <strong>de</strong> es­<br />

critor, qué daño podría hacerme á mí ? Él no me<br />

ha <strong>de</strong> lanzar <strong>de</strong> la altura en que me veo, ni ha<br />

<strong>de</strong> ser un genio como yo. Todo ¡o mas que el po-<br />

brecillo podrá hacer, será escribir una mala car­<br />

ta á su muchacha, ó suponiendo cuanto hay que<br />

suponer, <strong>de</strong>sempeñar alguna que otra chispilla<br />

en este ó en el otro periódico, para tener la sa-<br />

tisfacion <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir una <strong>de</strong>svergüenza á todos los<br />

que valgan mas que él.<br />

Así <strong>de</strong>cia yo para mi capote, pero mi criado<br />

pensaba <strong>de</strong> un modo mas avanzado que yo, y<br />

todos mis cálculos vinieron á tierra. Ojeando pe­<br />

riódicos por aquí, leyendo poesías por allá, y<br />

llevando y trayendo pruebas por acullá, ha ido<br />

poco á poco adquiriendo tan notable <strong>de</strong>sarrollo<br />

en su genio, que aun cuando es un bárbaro co-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!