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que por burlarle le halagan. Y que si rendido adora de amor las sencillas pláticas, huye por escarmentado lo que la virtud rechaza. JOSÉ DE GRLTALBA. EL BARATERO. Al que me gruña le mato que yo compré la baraja : ¿Está osté? Ya desnudé mi navaja. Largue el coscón y el novato Su parné , Porque yo cobro el barato En las chapas y el cañé. Tiemblan sargentos y eabos Cuando me pongo furioso : ¿ Está osté? Donde yo campo y yo toso No hay ternejales, no hay bravos 1 Chachipé! Porque yo cobro los chavos En las chapas y el cañé. A naide temo ni envidio; Soy mu feroz y mu crudo: ¿Está osté? Y si la ley del embudo Me echa mañana á presidio, Yo sabré Cobrar en Geuta el susidio De las chapas y el cañé. Rico trujan y buen trago... ¡ Tengo una vida de obispo I ¿Está osté? Mi voluntad satisfago Y ú costa agena me achispo ; ¿ Y por qué ? Porque yo cobro y no pago En las chapas y el cañé. Así camelo y recluto El corazón de mi moza : ¿ Está osté ? Y aunque ha peinado coroza , Seré su rey ausoluto; iLo serél Mientras me paguen tributo En las chapas y el cañé. M. BRETÓN DE LOS HERREROS. ESTREMA CONDESCENDENCIA!!! ESPANTOSO FATALISMO!!! Hallábame en Barcelona tomando café en el del Espejo con un amigo mió que tuvo la bon dad de convidarme, y que por esta razón le lla mo amigo mió, cuando entró y se sentó á una mesa inmediata, al lado de dos compañeros que al parecer le estaban aguardando, uno de esos hombres gacetas que recogen, Dios sabe cómo, cuantos sucesos políticos y domésticos tienen lugar diariameute en la población en que habi tan, y luego los refieren de pe á pa en todos los puntos donde concurren curiosos que no hayan quedado satisfechos con haber aprendido de me moria desde el título hasta el nombre del editor responsable, todos los periódicos del día. El hombre gaceta que entró en el café en que yo me encontraba, es en su género una verdadera no tabilidad. Sabe todas las noticias mucho antes que las autoridades que las reciben por estraor- dinario , de suerte que parece tener á su dispo sición un telégrafo invisible, por cuyo medio se le
comunican cuantos sucesos ocurren en la Penín sula, Sabe al mismo tiempo dar á las noticias tan rápida circulación, que 61 solo vale mas pa ra el caso que todo el enjambre de ciegos que se destaca de la imprenta nacional apenas ha hecho provisión de gacetas estraordinarias. Con mas razón que el Historiador podría titularse todos los periódicos en uno; y en verdad, no podemos esplicarnos cómo á un hombre de esta naturale za se le permite salir sin hacer depósito, y sin sujetarse á todos los demás requisitos de la ley de imprenta. Y no se crea que se ocupe solamen te en noticias que tengan alguna relación con la política. Conoce todo el vecindario y las extra vagancias de cada vecino, y se complace en dar las á conocer á todos los demás, imporlándole un pepino de las reputaciones que su lengua sa crifica á la curiosidad de su auditorio. Este es siempre numeroso; los hombres en general de sean reírse á costa de sus semejantes, y de con siguiente no es estraño que los cafés, á que ha- bitualmente concurre nuestro hombre gaceta, estén llenos de gente que le aguarda con an siedad. Entre varios sucesos y ocurrencias pertene cientes á la crónica local, refirió una anécdota que prueba hasta donde puede llegar la condes cendencia de un buen marido. Pancracio Morón, joven aragonés, hijo de una casa pobre pero honrada, dejó su familia en Bal- hastro para emprender en Barcelona la carrera de cirujano sangrador. Su buena madre le adi cionó la chaqueta con un par de faldones para elevarla 4 la categoría de casaca; le hizo poner medías suelas en los sapatos: le equipó con seis pares de calcetines; le entregó dos pares de pantalones de mahon con trabillas de lo mismo que no tenían de ancho un través de dedo ; tres camisas de hamburgo; el sombrero menos viejo del padre de su padre, ribeteado de mugre, de anchas alas y de voluminosas dimensiones, co mo acostumbran usarlo los barberos para meter en él el jabón, las navajas y demás accesorios del arte, completó su estuche con las únicas tijeras que ella tenia para sus labores domésticas, y con lágrimas en los ojos le díó un adiós, un abrazo y su bendición. Pancracio, apena3 llegó á Barcelona , se matriculó, sufrió el examen de 471 reglamento y entró de mancebo en una barbería de la calle del Conde del Asalto. Debiendo solo ala navaja sus medios de subsistencia, no go zaba en verdad de comodidades que hiciesen en vidiable su suerte; pero tocaba la guitarra como pocos, y esta habilidad le abrió las puertas de un porvenir mas lisonjero que el que tenia de recho á prometerse... En el primer piso de la casa de enfrente vivía una soltera con mas años de los que ella quería y con mas gana de casarse que de rejuvenecerse. Habia visto una tras otra pasar del hogar pater no al tálamo nupcial siete hermanas , y se moria de calor y de envidia viéndose condenada á que dar en el mundo para vestir imágenes. Ella era la, mayor de la familia, y esta circunstancia la hacía rica, por lo que la hubiera complacido so bremanera si al mismo tiempo no la hubiese he cho vieja. Cuantos polvos se han inventado para limpiarla dentadura, cuantas pomadas se han encomiado para conservar el pelo, cuantos cos méticos se han preconizado para desarrugar el cutis, figuraban en el tocador de la solterona, que muy emperejilada y cubierta de perifollos, horas y horas se ponia de cimbel en el balcón, manifestando con los ojos á cuantos pasaban por la calle con sombrero, que allí habia una ha bitación desocupada. Nuestro novel barbero fué el único que se dejó seducir por las insinuacio nes de Enriqueta. Este era el nombre de la sol terona. Notó Pancracio que cuantas veces tocaba la guitarra, Enriqueta alargaba el cuello, como el cisne que busca un caracol en el fondo de un estanque, ansiosa de salvar la distancia que de él la separaba. Supo que era rica y no tuvo nece sidad de mas para enamorarse como un Torcua- to Tasso. Hubo trueque de miradas, gestos mu tuos y señas recíprocas; por espacio de dos me ses el telégrafo de los dos amantes estuvo tra bajando todas las horas de sol que tiene el dia. Pancracio no pensaba mas que en Enriqueta, y de tal modo tenia ocupada la imaginación , que cuando afeitaba á algún parroquiano, fijaba la atención tan poco en la operación que estaba practicando, que á menudo le hundía hasta los huesos la terrible navaja. El amor no es una ciencia especulativa, y to - das las teorías le cansan si no puede reducirlas
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I *^OBRA DONADA POR:
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4 producen infaliblemente la risa.
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16 El poeta, que encontró coyuntur
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UN GEÓMETRA, i. No he visto un pue
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— ¿Por qué en el cielo no piens
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26 mocitas de la reunión hablando
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que el amor que es verdader todo lo
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30 Pido pues que declare el buen ju
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44 no habia contestado con insultos
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46 una letra en la pared, sin el vi
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48 Tú que hazañas cantastes de lo
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50 y sus requiebros y sus coqueter
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54 ¿Ni cual es la GOLada, en que n
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56 resto del cuerpo tiene una tempe
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58 presentan á no dudar la trasmig
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62 A LA RISA (1). Salve, oh risueñ
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64 le construyen para comodidad del
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La vestimenta da al hombre lo que n
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68 Estaba, coitiu digo , diluviando
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70 otros de tan buen oído que á s
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72 Alaejos. Aquí tiró el higo que
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74 —Calle la hez, la podredumbre
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76 tenido un calzado infinitamente
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78 y en tales versos que aplaudirte
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82 ¡Que tempestad!... ¡Chis! ¡ch
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84 habilidades ventajosas, rompen u
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86 esplicó prudente y cuerdo, cual
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88 al verle tan fatuo y necio hacer
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90 Madres! contemplad el cuadro con
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92 nos damos; mas dígalo pronto.
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98 don Félix, yo tampoco he tenido
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100 con él; pero don Agapito que h
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Seguiré tu plan diabólico: desde
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104 No me hiciste, traidor, formal
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clon Agapilo viendo una sombra en e
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lloro; y lo de aquellos versos del
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lea? pues ¿no concibe usted que en
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esolví tocar tabletas, pasando de
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consagraron tañidos á dos frutos
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ROMANCE ESDRÚJULO LAMENTOS DE UN M
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Pasa la voz á la boca desde la hue
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su salchichón circula, y es su sab
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mueran las insensatas, alimento de
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Las primeras las mamas que son quis
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•? tengo por un solemnísimo zope
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No son solo los caballeros los que
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¿Qué puedo ver en él que me cont
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Siga adelante, pues, tu ingenio agu
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y una vara de medir por bastón. Un
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a las casadas te acoges, por no est
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su pericia guisatorial; y así es q
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quedaban mustias y secas, ¡as rele
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Es risa que causa llanto, risa que
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Me alegraré que esla esquela con c
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sombrero. Cansado ya de hacer calav
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KrcnikiCia Bpi3tílicfl-analr!3-ms
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¡ Ah ladrón! no hay compasión !.
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tasen mas las hermosas que las feas
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crepúsculos del dia descubrí las
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MODAS. Trage de baile. La sencillez
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Una melonera maja me teme como un a
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fin pos de la comilona recibe la la
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Nos enseñan que el infierno está
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UN PLEITO. Tiempo hace que el sexo
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la que á la Hacienda subió. I.a d
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¿Qué jardín ostenta flores de ta
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«El que espera desespera I y el qu
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que le dejaron por muerto. Cesaron
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y este chico es susceptible de algu
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justamente dirigida; como con comp
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Un tifus le va á invadir si se atr
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dola muger propone algo, no dice co
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en mi concepto, es tirarse de la to
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que si algo tardas en premiar mi an
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de una insoportable suegra. Que ent
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Ayguals de Izco... bien... veamos,
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v-elador,no tuvieron un San Vicente
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y de LA RISA amigos, reverso de ped
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oye, pues, mi taravilla, que yo esc
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cuyo prodigio ha dado margen á inl
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» Aquellas, que si preguntas »por
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Irocando en lobas altivas á las ni
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y con tan poco alimento rema y rema
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por que ambos nos referimos á un r
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sobre muelle otomana se siente desl
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Aquel les apuntaba con desprecio de
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PERCANCES NOCTURNOS. Trastornado y
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y muy puesto de gava». Era don Jud
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con fus trancas de arroba los cabos
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tuérceles á las manos, por cuanto
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ROMANCE ESDRÚJULO. UN LANCE DE AMO
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á doña Sabina su ídolo, dijo con
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porque me pele!» Al corregidor (qu
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Á MI AMIGO DON JOSÉ BERNAT BALDOV
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¡pues se elaboran tomo antes para
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al punto por.... la central. Yámi
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prorompió á la sazón el callado
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pensaran al construirnos «n algún
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que os dijera, ¡voto al chápiro!
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de muelas con que manduques no pued
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mas que una naranja; ha de ser una
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que la fácil fregona tributa algun
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Qué tal sarcasmo se escriba! Qué
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Mas si dices pecho á lo heehtt y e
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ai son de! re, mi, la , sol, que ac
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¡feliz quien todo lo advierte ! ¡
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trepemos por estas breñas como car
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que los pueda destruir, ni nube, qu
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ien (aunque también menos inocente
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Quien HUEVOS frie entiende el GRAN
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y... una idea espantosa vnc estreme
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Y así sin sustos iré también don
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UN BAILE DE MÁSCARAS. En un salón
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de torpe antipatía. Cede á la sa
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eon que la bruja algún día remend
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entrañas!... Sí!... no lo dudéis
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que emborronara de ese álbum con m
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y acababa de almorzar, cuando se si
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con sandunga, ya lo ves. ios jamone
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horroroso cuadro que presentó el c
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El éiitode la lid no era dudoso: l
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zarrón, y diré en medio de un inm
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que la cigüeña bien haya de mas a
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se un programa, y se trató do llev
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Ayguals yFiorez. Damos un voto de g
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(rápalas tramo, y tragón i analiz
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sus fuerzas todas agrupan, y bayone
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Mártir desde pequeño, ó te se en
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está muy en uso entre los que quie
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pa repicar castañetes. Tampoc res
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A donde estaba el mancebo llegó un
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—Ozté? -¡Yo! vá un mandria! 1
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gue jugando hasta poder plantarse e
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CORO. ¡Jolgorio! ¡Jolgorio! Muert
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gurí hedor indomable rjue trasuda
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esplica el orbe; ¡nfúndeme tu cie
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golpe de vista. Cuando las catarata
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en clase de criado; cualidad que no
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terquedad maldita en mostrarte ingr
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ojos tuyos nunca se han de volver
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que haga páralos exámenes a la vi
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LA INVENCIÓN DE LAS TRABILLAS. TRA
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EL PETIM. EL DIAB. EL PETIM, EL SAS
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las correspondientes espuelas, Y LA
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¿Hastacuando, señor, hasta cuando
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Pasta brillante, salud ! Con sus mo
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de dgente estudiantina, gente sin m
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El amigo que oyó tales indirectas
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MI PEREZA. Me cansa la vida á fé;
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quejido.) Cosa mas original!... Y n
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citar la ira del Cielo. (Al Esposo.
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Negro, como el Brasil lo fabricaba
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trago es judío, y el que lo lleva.
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Los hombres popa-moscas usan sombre
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o había anacronismos y contrastes
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y así ataca el bocado con estopa.
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CARTA DIRIGIDA AL ESPATIUADO JUAN M
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en la frente las narices; y pues to
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que compre yo una bestia que recula
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una cruel irrisión, una ironía. T
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en aquel dia no podría verificarse
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A DON ANTONIO fiíBÓT Y FONTSERE.
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pasemos á otras no menos estrafala
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hueso con piernas de palo, cuyas in
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Veo, en fin , un hondo túmulo que
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qué importa? ¿Dejará por esto de
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azón el uno al otro la muerte: y n
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¡Vive Cristo que ambas cosas fuera
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dieras Un banquete opíparo al auto
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plural se cayó de cabeza. Sigue la
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señalando á lo de encima. El por
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A D. JOSÉ BERNAT .BAIMl (el Sueco)
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VERDADES D1PL0MÁTIC0-P0TÍTICAS Á
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y aun en la mar caudalosa sirviera
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ien mojado de aguardiente. Que el b
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quién no graduará, quién, de inm
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ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO. Hace ocho
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en fin, señara, mi máquina es un
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te ofrecí; y como es razón , voy
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que me contaron aquí, y según te
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el PlLLÜELO su consuelo cifra en t
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o o o o o o c o 557 íooooooodoodoo
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que tal elaritat respira, á voites
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y otros me dicen «va mal!!» Este
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sa ponen colgaduras de jamones; con
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.•ffl.'Slbwntito fetofaír*) no c
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quiero que asistan de gala y armas
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de nuestro amor huyendo, convertirt
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con lágrimas de duelo tus despojos
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ABENAMAR. (D. Santos López Pelegri
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MASSA. (I). Carlos.) Pronunciamient
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albii de

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