albii de

habido reunión de médicos, y han convenido en
curarle según el método homeopático, que tan­
tos prodigios hace en los infiernos. La receta está
concebida en estos términos: «se disolverá un
cañamón en una botella de agua como de dos
azumbres: una gota de agua de esta botella se
cebará en un cántaro de agua como de dos arro­
bas y se revolverá todo lo posible; después se
sacará una gota de dieho cántaro y se echará en
una gran tinaja llena de agua, y del agua de es­
ta tinaja se le dará al enfermo una cucharadita
de cuatro gotas de dos en dos meses, cuidando
no equivocarse en el tiempo ni en la cantidad,
porque entonces corre muchísimo peligro.»
Después de esto pensamos que tome unos ba­
ños de mar en el estanque del Retiro, para cuyo
viage se lé ha señalado el siguiente itinerario:
Dia t.° Por MOndoñedo á Lérida; y dormirá en
Montevideo. Dia 2." Isla de Santa Elena, Belas-
coain, Carabanchel y Ñapóles; volverá á dormir
en Montevideo. Dia 3.° Correrá los Estados Pon­
tificios, golfo de las Yeguas, toda el Asia y par­
te de Betanzos; volverá á dormir á Montevideo.
Y 5." y último dia. Moscou, Getafe, Montevideo,
y seguirá en dirección siempre del polo Antarti­
co hasta llegar á la puerta de Atocha, desde la
cual se puede poner en pocos meses de navega­
ción aereostática en el Retiro.
Le acompañará en este viage don Antonio R¡-
bot y Fontseré.
EPIGRAMA.
Modas y tragos estraños
con insufrible imprudencia
ostentaba doña Meneia,
muger entrada ya en años.
«¡Para qué tanto te pules
(dijo su esposo con queja),
si, estando ya en Villa-vieja,
has de llegar pronto á Nulos 11! (1)»
J. B. BAI.DOVÍ.
(1) Estas dos poblaciones de la provincia do
Castellón, distan entre sí un cuarto de hora escasa.
Cámara, juya d' aquí
ó le espavilo este tedio!
—Juan , yo no le temo á tí,
que para venserme á mí
nesesito un Juan y medio.
— Caya, que de ira me frió,
y me vienen unas ganas!
— Zonichcl que ya mi brío...
no te sambuyó en el rio...
por no espantar á las ranas!
—Menos palique, güen majo,
y oiga lo que aquí me trajo :
por no faltar á la ley,
hoy mesmo á servir al rey
entre peniyas me najo.
Y es natural, pues estoy
enamorao é Pepiya,
que la iga que me voy,
pa que puéa saber huy
que su gaché se las guíya.
Juan, que sin ser caballero
de generoso se precia,
dejé paso á su rival
que se puso á hablar con Pepa.
Es Sacabuches un terne
criado en la Macarena,
que de un solo puñetazo
pone á un hombre en las estrellas.
Enamorado hace tiempo
de Pepilla Corta-lenguas,
no hay dia q"ue por su causa
veinte trifulcas no tenga.
Y es Juan un majo de aquellos
que les da por la tremenda ;
aunque algo bocón, valiente,
y valiente con prudencia.
Quiere á Pepilla, y su amor
paga con desprecios ella;
y si no por ser mal mozo,
por cansado lo desprecia;
pero él siempre erre que erre
que ha de quererla á la fuerza ,
y á bien que no es el primero
que en igual caso se encuentra.
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CASADO, VIUDO Y DONCELLO.