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TORREJÓN DE ARDOZ: UNA HISTORIA VIVA - Ayto Torrejon de ...

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La estructura <strong>de</strong> lo cotidiano<br />

tañuelas convivía todo el pueblo. También se bailaba en los mesones y en las<br />

ventas, ya que cualquier excusa era buena para que surgiese espontáneamente.<br />

En el Libro <strong>de</strong> la Cofradía <strong>de</strong> Nuestra Señora <strong>de</strong> las Virtu<strong>de</strong>s y San Sebastián<br />

consta que para animar las fiestas <strong>de</strong> esta cofradía se contrató en 1630 a un grupo<br />

<strong>de</strong> danzarines <strong>de</strong> Barajas y a un tamborilero <strong>de</strong> Torrejón <strong>de</strong>l Rey.<br />

Fueron muy famosos los bailes que se celebraban en la “Venta <strong>de</strong> Viveros”<br />

cercana a Torrejón <strong>de</strong> Ardoz y sita en el camino hacia Madrid, a la que<br />

Francisco <strong>de</strong> Quevedo calificó irónicamente <strong>de</strong> “la siempre maldita” porque el<br />

ventero era moro y el vino cristiano, es <strong>de</strong>cir, “bautizado”.<br />

La afición taurina no sólo se limitaba a la propia corrida, sino que servía <strong>de</strong><br />

regocijo y diversión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> días antes. Un monje, severo <strong>de</strong> costumbre, nos lo relata<br />

<strong>de</strong>l siguiente modo:<br />

“/…/ durante toda la noche suelen salir a pasear en gran<strong>de</strong>s grupos las gentes<br />

<strong>de</strong>socupadas <strong>de</strong> ambos sexos y se divierten y recrean, tocando diversos instrumentos<br />

<strong>de</strong> cuerda, cantando, danzando y dando saltos y cabriolas; pero lo peor<br />

<strong>de</strong> todos estos festejos es que se cometen muchas cosas non sanctas” 22 .<br />

La corrida se celebraba en la Plaza Mayor ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> carros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> el<br />

público contemplaba la faena. Los mozos más atrevidos, para protegerse <strong>de</strong> las<br />

embestidas <strong>de</strong>l toro, solían acabar empapados en el pilón, situado en el centro <strong>de</strong><br />

la plaza, ante el regocijo general <strong>de</strong> los espectadores. En las fiestas <strong>de</strong> Torrejón<br />

han <strong>de</strong>stacado siempre y han sido motivo <strong>de</strong> atracción para otros lugareños los<br />

largos encierros y corridas.<br />

Los toros eran y siguen siendo una fiesta que atrae a gentes <strong>de</strong> múltiples lugares.<br />

En el año 1808, según el relato aportado por un torrejonero 23 , en Madrid<br />

se celebró una corrida, en la que el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Torrejón encontró la muerte al ser<br />

empitonado por un toro.<br />

Dada la señal por la Presi<strong>de</strong>ncia, comenzó la lidia. Pedro Romero hizo una <strong>de</strong><br />

sus tar<strong>de</strong>s memorables, ciñéndose, mandando naturales, pases <strong>de</strong> pecho, etc. En<br />

la suerte suprema dio un estoconazo a volapié, hasta la bola, recibiendo por ello<br />

dos orejas, a petición <strong>de</strong>l público asistente.<br />

A continuación, soltaron el toro que correspondía a Jerónimo José Cándido “El<br />

Chiclanero”, que, emulando a su anterior compañero <strong>de</strong> terna, hizo una gran faena,<br />

pero con tan mala fortuna que al entrar a matar, pinchó en hueso. Fue en la<br />

segunda tentativa cuando logró dar muerte al toro, consiguiendo sólo una oreja.<br />

Por la puerta <strong>de</strong> toriles salió el tercero, cár<strong>de</strong>no, astifino, corniveleto, <strong>de</strong> la gana<strong>de</strong>ría<br />

madrileña <strong>de</strong> Colmenar Viejo, <strong>de</strong> García Aleas, con divisa encarnada y<br />

caña, <strong>de</strong> unos 600 kilos, que le correspondió en sorteo a Curro Guillén. Cruzó el<br />

toro la plaza a pleno trote, haciendo caso omiso a los reclamos <strong>de</strong> los capotes,<br />

que las cuadrillas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los burla<strong>de</strong>ros movían, y saltó limpiamente la barrera,<br />

llegando hasta las gradas, don<strong>de</strong> se apiñaban los aficionados.<br />

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