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vacíos que minan el lenguaje, y <strong>de</strong>struye los enunciados que preten<strong>de</strong>n<br />
llenarlos. El análisis trabaja con lo que muestra (zeigen) sin po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>cirlo<br />
(sagen). Wittgenstein examina un juego <strong>de</strong> sintaxis regionales y combinadas<br />
cuyos fundamentos, coherencia y significación global son signo <strong>de</strong><br />
cuestiones pertinentes, hasta esenciales, pero que no son tratables en un<br />
lugar "propio" porque el lenguaje no sabría convertirse en el objeto <strong>de</strong> un<br />
discurso. "Nodominamos con la mirada el uso <strong>de</strong> nuestras palabras".19 Muy<br />
rara vez la realidad <strong>de</strong>l lenguaje ha sido tan rigurosamente tomada en<br />
serio, es <strong>de</strong>cir, el hecho <strong>de</strong> que ésta <strong>de</strong>fine nuestra historicidad, que nos<br />
domina y envuelve bajo el modo <strong>de</strong> lo ordinario, que ningún discurso<br />
pue<strong>de</strong> entonces "salirse" y colocarse a distancia para observarlo y expresar<br />
su sentido.<br />
Con esto, Wittgenstein permanece en el presente <strong>de</strong> su historicidad<br />
sin tener que recurrir al "pasado" <strong>de</strong>l historiador. Rechazaría hasta<br />
la historiografía porque al separar <strong>de</strong>l presente el pasado, ésta privilegia<br />
en realidad un lugar propio y productor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> preten<strong>de</strong> "dominar"los<br />
actos <strong>de</strong> lengua (o "documentos") y se distingue <strong>de</strong>l dato, productosupuestamente<br />
sólo sujeto a las reglas comunes. Se reconoce "tomado"<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la historicidad lingüística común. Así no acepta localizar esta<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia en el objeto (<strong>de</strong>nominado "pasado") cuya operación historiográfica<br />
se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> ficticiamente (<strong>de</strong> unaficción que es, por otro lado,<br />
el espacio don<strong>de</strong>se produceel <strong>de</strong>safío científico <strong>de</strong> dominar la historia).2O<br />
En realidad allí no se pone en juego su posición, sino en un doble combate<br />
cuya articulación nos proporciona una marca formal para el estudio <strong>de</strong><br />
la cultura. Por una parte, combate la profesionelízación <strong>de</strong> la filosofía, es<br />
<strong>de</strong>cir, su reducción al discurso técnico (positivista) <strong>de</strong> una especialidad.<br />
Más ampliamente, rechaza la <strong>de</strong>sinfección que, al eliminar el uso ordinario<br />
(el everyday language), y por tanto lo fundamental, sólo hace posibles<br />
por una ciencia la producción y el dominio <strong>de</strong> una lengua artificial. Por<br />
otra, combate la avi<strong>de</strong>z metafísica o la impaciencia <strong>de</strong> la ética, siempre<br />
inclinadas a subsumir las reglas <strong>de</strong> la corrección y a pagarpor el disparate<br />
<strong>de</strong> sus enunciados la autoridad <strong>de</strong> sus discursos sobre el lenguaje <strong>de</strong> la<br />
experiencia común. Echa la culpa a la presunción que lleva a la filosofía a<br />
19 Philosophiall InvestigatioM, párr. 122, p. 49. Ver [acquee Bocveresee, <strong>La</strong> parole malheunuse,<br />
París, Minuit, 1971: "<strong>La</strong>ngage ordinaire el philosophie". pp. 299-348.<br />
111 Sobre este aspecto <strong>de</strong> la historia, ver Míchel <strong>de</strong> Certeec, L'Écriture<strong>de</strong> l'histoire, pp. 63-122,<br />
Yut::critureer hístoíre", en Politiqu~aujourd'huj, nov-dic. <strong>de</strong> 1975, pp. 65-77.<strong>De</strong>jo <strong>de</strong> lado los<br />
<strong>de</strong>bates filosóficos a propósito <strong>de</strong> Marx y Wittgenstein (este último quiso, por otra parte, ir<br />
a trabajar a la URSS). Ver los estudios <strong>de</strong> F.Rossi-<strong>La</strong>ndí ("Per un uso marxiano di Wittgenstein"),<br />
Tony Manser ("The End of Philosophy: Marx and Wittgenstein", University of<br />
Southampton, 1973)o red Benton ("Wmch, Wittgenstein and Marxism", enRadical Philosophy,<br />
núm. 13, 1976, pp. 1-6). Se pue<strong>de</strong> reconocer en Wittgenstein un materialismo histórico<br />
que seria propio <strong>de</strong> este "burgués", pero ninguna "ciencia" (en el sentido marxista) <strong>de</strong> la<br />
historia.<br />
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