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En aquellos años, la Colección 10-18 (Editorial UGE) no es cualquier<br />
serie <strong>de</strong> bolsillo. Posee su especificidad, su prestigio, su programa,<br />
sus ambiciones. Su director, Christian Bourgoís, editor nato si los hay,<br />
publica a gran escala y a costo reducido, en una presentación mo<strong>de</strong>sta, la<br />
producción reciente <strong>de</strong> ciencias sociales y humanas, que coloca junto a<br />
obras <strong>de</strong> literatura, con un buen número <strong>de</strong> traducciones, pues cree tanto<br />
en la importancia <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong> los textos como en una política <strong>de</strong> calidad<br />
y <strong>de</strong> diversidad <strong>de</strong> autores, géneros y estilos. En una jubilosa algarabía<br />
<strong>de</strong> nuevasi<strong>de</strong>as, <strong>de</strong> conceptos enfrentados, <strong>de</strong> anatemas en<strong>de</strong>rezados<br />
en contra <strong>de</strong> la corriente adversa y <strong>de</strong> jergas sectoriales, la Colección 10<br />
18 pone en circulación vientos <strong>de</strong> palabras e i<strong>de</strong>as y publica, confundidas<br />
todas las obediencias, textos <strong>de</strong> antropología, economía política, lingüística,<br />
filosofía, sociología, etcétera. Se discute allí con lafuriafrancese sobre<br />
marxismo, estructuralismo o etnocentrismo occi<strong>de</strong>ntal. El buen olfato<br />
ecléctico <strong>de</strong>l director, sus curiosida<strong>de</strong>s y un contexto económico favorable<br />
hacen ganar esta apuesta intelectual durante algún tiempo. <strong>La</strong> Francia<br />
posterior a 1968,próspera y vagamente inquieta, cree en la eficacia <strong>de</strong><br />
las ciencias sociales para digerir la mo<strong>de</strong>rnización <strong>de</strong> su economía, la urbanización<br />
y el flujo creciente <strong>de</strong> titulados producidos por la universidad.<br />
Miles <strong>de</strong> estudiantes y profesores disertan con pasión sobre Marx,<br />
Freud o Lévi-Strauss. Uno se coloca <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> Althusser, <strong>de</strong> Chomsky,<br />
<strong>de</strong> Foucault, <strong>de</strong> <strong>La</strong>can y <strong>de</strong> algunos otros, o contra ellos; uno los compra,<br />
lee a sus epígonos o a sus adversarios. Se ingresa todavía a la teoría como<br />
antaño a la religión o a la revolución. Ni la fatiga <strong>de</strong> los "postmo<strong>de</strong>rnos",<br />
ni tampoco la ruina <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s construcciones i<strong>de</strong>ológicas han alcanzado<br />
aún a la muchedumbre <strong>de</strong> autores y lectores. Sólo algunos vi<strong>de</strong>ntes<br />
advierten con claridad la falla, apenas visible, que pronto hará <strong>de</strong>saparecer<br />
la quietud <strong>de</strong> los "años gloriosos" y tratan <strong>de</strong> interpretar <strong>de</strong> un modo<br />
diferente a la sociedad, al sustraerse a los antagonismos <strong>de</strong>masiado simples<br />
que aún tienen mucho éxito.<br />
<strong>Michel</strong> <strong>de</strong> <strong>Certeau</strong> es uno <strong>de</strong> estos espíritus anticonfcrmistas y perspicaces.<br />
En la escena intelectual, es una persona aparte, inconforme respecto<br />
a los cánones <strong>de</strong> una disciplina bien afincada, y cuya proyección intelectual<br />
sigue caminos ajenos a la lógica <strong>de</strong> las instituciones, <strong>de</strong> las que competen<br />
a la Universidad, la Iglesia o el Estado. Historiador conocido, respetado<br />
por su docta producción sobre la mística y las corrientes religiosas<br />
en los siglos XVI Yxvn, también es <strong>de</strong> temerse por su crítica exigente<br />
y lúcida <strong>de</strong> la epistemología que gobierna en silencio el oficio <strong>de</strong>l historiador.<br />
Se le reprocha relativizar la noción <strong>de</strong> verdad, poner en duda la<br />
objetividad <strong>de</strong> las instituciones <strong>de</strong>l conocimiento, subrayar el peso <strong>de</strong> las<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias y las connivencias jerárquicas y, finalmente, dudar <strong>de</strong> los<br />
mo<strong>de</strong>los aprobados que han dado prestigio a la escuela francesa <strong>de</strong> histo-<br />
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