o seu tempo - DSpace CEU

Estados Pontificios. Yo voy con ellos y seguiré su suerte hasta morir, pues me
sacrificaré siempre por ellos y por su causa, por deber y por cariño y nadie me
hará arredar de esto.
Madrid, 14 de junio de 1833.
H.° 4 — D. Scbastiáo a D. Maria Thereza
Mi muy querida y venerada Madre. — Por mano de Don Joaquin Severino
Gómez he recibido, hace cuatro dias, la muy apreciable de V., fecha del 7 y 13 del
pasado, y visto en ella con el mayor consuelo la continuación de su preciosa salud.
Nosotros la disfrutamos igualmente á Dios gracias.
No fué efecto de poca meditación, Madre y Señora mia, la contestación que
di á V. en Villaviciosa, ni tampoco de los malos consejeros (pues el único á quien
he consultado ha sido á Dios, haciéndole humilde súplica de rodillas, y á la
Virgen su Santísima Madre, para que me iluminasen en aquello á que debía contestar
y hacer) ni mucho menos el vil interés, como V. cree, que solo pensarlo me
ruboriza, sino el convencimiento más grande de que es mi deber obedecer á mi
Rey y Señor, en todo aquello que no sea contra la Santa ley de Dios (en cuyo
caso, no dudo decir no se encuentra la disposición de que se jure á su Augusta
Hija por Princesa de Asturias), pues me lo manda Dios, y obraria contra lo que
mi conciencia me dicta, sí otra cosa hiciera, lo que no se puede moralmente
hacer.
Siento infinito no pensar en este punto como V. ni poderla complacer, pero,
ni Dios, ni mi conciencia, ni mis deberes de Vasallo para con mi Rey me lo permiten.
Por lo demás me hallará V. siempre dispuesto no solo á complacerla sino
á sacrificarme por su persona como debo, y es consiguiente al cariño, veneración
y amor que la profeso.
Amalia agradece muchísimo las memorias de V. y me encarga se las devuelva
finas y afectuosas.
Crea V., Madre mia, que solo Dios y la conciencia no le permiten complacerla
en un todo á este su más respetuoso, humilde y obediente hijo que de corazón la
ama y que respetuosamente B. S. M. «= Sebastian.
Coimbra, 22 de junio de 1833.
N.° 5 — D. Maria Thereza a D. Sebasliáo
Mi muy querido Hijo. — He recibido hoy tu carta del 14, la que me ha llenado
del mayor disgusto, y, habiéndome acabado de convencer que son inútiles
todas mis reflexiones y esfuerzos para hacerte entrar en tu deber, solo me resta
llorar tu error y pedir á Dios que me dé fuerzas para resistir á tal golpe. Si es
por interés que lo haces, me avergüenzo de que un hijo mío sea vil, y, si es por
que estás convencido de que la causa que sigues es la justa, te compadezco cuanto
es posible, pues que creyendo tu obras como Dios te manda, vas enteramente
opuesto á BU Santísima Voluntad que solo quiere lo justo y de ningún modo sigas
semejante causa que es contra su Santísima Religión é injustísima.
Sin embargo, voy á hacerte una reflexión que ahora se me ocurre: dime, Sebastian,
¿ si el Rey te quitase el Gran Priorato y se lo diese á uno de los hijos