PERSPECTIVAS 128 - International Bureau of Education - Unesco
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se encuentra ampliamente extendida la opinión de que la aplicación de esta política exige algo<br />
más que un mero cambio en las prioridades de los dirigentes. Se requiere, además, una<br />
evolución de las actitudes culturales locales, que probablemente sólo podrá producirse como<br />
resultado de una situación económica más difícil y de una labor encaminada a acabar con los<br />
prejuicios que la población en general tiene en contra del recurso a personal autóctono para<br />
desempeñar determinadas categorías de empleos. Una insistencia continua en esta labor de<br />
cara a la población local no será vana, si contribuye a largo plazo a hacerla más receptiva bajo<br />
la presión ejercida por la evolución de las condiciones del mercado de trabajo. Al decir esto,<br />
pretendo dar más consistencia a una propuesta que de otro modo sería solamente una mera<br />
fórmula propagandística. Ahora, preguntémonos cuáles serían al menos algunas de las<br />
repercusiones de semejante modo de proceder.<br />
Es evidente que seguir el derrotero trasnochado de una industrialización clásica al estilo<br />
occidental no puede representar una opción válida. Salvo raras excepciones, entre ellas la de<br />
la República Islámica del Irán, en los países de la región se da una carencia relativa de<br />
materias primas, acompañada de una limitada dotación de agua dulce y, en algunos casos, de<br />
escasez de capitales. No obstante, es necesario crear empleos. En la llamada sociedad del<br />
“conocimiento” o de la “información”, los logros económicos dependen menos de la situación<br />
geográfica y la disponibilidad de materias primas. Lo que importa es disponer de una mano de<br />
obra abundante que alcance cotas de cualificación pr<strong>of</strong>esional elevadas y posea competencias<br />
susceptibles de generar riqueza, respondiendo a las necesidades de la economía moderna. Esa<br />
mano de obra tiene que poseer capacidad de adaptación, recibir una formación pr<strong>of</strong>esional<br />
continua, actualizar sus conocimientos en el trabajo y gozar de condiciones de trabajo que le<br />
permitan utilizar sus capacidades tanto en beneficio propio como de las empresas y el Estado.<br />
Todo esto suscita cuestiones importantes con respecto a la relación entre la <strong>of</strong>erta de EPT y la<br />
promoción del desarrollo económico por los poderes públicos. Concretamente, los problemas<br />
importantes que se plantean de inmediato son dos. El primero estriba en que, si bien la<br />
educación tiene que preparar a las personas para la vida activa –porque si no cumple<br />
razonablemente este cometido perderá el apoyo de la sociedad, y sobre todo el de los padres–,<br />
no es ésta su única función, ni la más importante. Entre sus restantes funciones, figuran:<br />
contribuir a la edificación de la nación, transmitir las tradiciones culturales importantes,<br />
inculcar principios morales, crear mentalidades abiertas, etc., etc. Muchas naciones tienen que<br />
afrontar, con un éxito muy mitigado en muchos casos, la ardua cuestión de saber cómo lograr<br />
que sea compatible ese cometido social y cultural de la educación con una preparación eficaz<br />
para la vida laboral en el contexto actual. El segundo problema entraña también graves<br />
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