La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero
La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero
La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
exagerada, con resultados altamente perjudiciales a nivel político e ideológico, y<br />
es hora de que concentremos la atención en los obstáculos internos,<br />
especialmente en nuestras ideas e instituciones, como primer paso en el<br />
sendero de introducir las rectificaciones requeridas.<br />
De todo lo dicho hasta ahora en esta sección es fácil deducir que en términos<br />
económicos, lo importante para las posibilidades de desarrollo futuro de<br />
Venezuela es la creación de un contexto de políticas e instituciones adecuadas<br />
para el despliegue de actitudes y aptitudes favorables al progreso material norentista<br />
por parte de nuestra población. Es bueno remarcar que no nos<br />
encontramos en la situación -en su caso mucho más desfavorable- de otros<br />
países <strong>del</strong> área <strong>La</strong>tinoamericana y <strong>del</strong> Tercer Mundo en cuanto a los<br />
determinantes básicos <strong>del</strong> desarrollo se refiere. A pesar de la terriblemente<br />
negativa influencia <strong>del</strong> <strong>populismo</strong> sobre la mentalidad de gran parte de nuestra<br />
ciudadanía, no existen en Venezuela los gigantescos obstáculos conectados a,<br />
por ejemplo, prácticas discriminatorias de tipo racial, perjuicios religiosos, y<br />
menosprecio al progreso material que entorpecen seriamente las posibilidades<br />
de avance económico en otras regiones <strong>del</strong> globo. En otras palabras, en<br />
nuestras actuales y previsibles circunstancias se plantea al menos la posibilidad<br />
de dar un viraje al timón de las políticas públicas en dirección opuesta al<br />
estatismo, al paternalismo y a la mitología dependentista, y a favor de la<br />
gradual creación de un contexto que estimule concepciones y actitudes que<br />
acrecienten la productividad de nuestra gente.<br />
Me parece obvio que tales políticas deben alentar los mecanismos de<br />
mercado en nuestra economía, reducir el poder <strong>del</strong> Estado y abrir el mayor<br />
espacio posible para el despliegue creador en el terreno económico de<br />
individuos y empresas. Una sociedad compleja como la nuestra está constituida<br />
por millones de personas que poseen conocimiento y percepciones insustituibles<br />
acerca de sus propias circunstancias, aspiraciones, preferencias, actitudes,<br />
metas, oportunidades y perspectivas en la vida. Ellos mismos -y no el gobierno<br />
o cualquier otro agente abstracto y centralizado- son los más llamados y<br />
mejores calificados para juzgar sus posibles respuestas a los cambios en el<br />
marco económico que les rodea, y sólo un sistema de mercado puede difundir y<br />
procesar las señales económicas que estos millones de centros de decisión<br />
individual transmiten, y extraer de las mismas el potencial de innovación y<br />
productividad que contiene. Este tipo de sistema contrasta radicalmente con el<br />
de una economía estatizada; y si bien el gobierno tiene funciones claves que<br />
cumplir, y, de hecho, todas las economías <strong>del</strong> mundo son en algún punto<br />
mixtas, las diferencias entre un sistema orientado hacia el mercado y una<br />
economía centralmente planificada son sustanciales e inconfundibles. Como ya<br />
tuve ocasión de aclarar, un sistema de mercado es una condición necesaria<br />
para la libertad personal; no es una condición suficiente, pero en la práctica el<br />
funcionamiento <strong>del</strong> mercado tiende a erosionar otro tipo de restricciones a la<br />
libertad personal. (29)<br />
____________<br />
(29) Hayek, The Road to Setfdoni, p. 78