La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero
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Lo que no parecen percibir es que, en la práctica, lo que proponen como salida<br />
sólo contribuirá a acentuar los males ya presentes con intensidad dentro de la<br />
democracia populista, empujándonos más aún en la dirección <strong>del</strong> estatismo<br />
colectivista.<br />
Y es en ese terreno concreto donde hay que poner mayor énfasis, pues<br />
si bien creo que es posible demostrar, teóricamente, que el sistema de mercado<br />
es preferible en lo político y económico al socialismo, “lo que está a nuestro<br />
alcance es reconocer empíricamente cuál sistema ha sido en la práctica<br />
beneficioso para la sociedad humana, y cuál ha sido en la práctica perverso y<br />
destructivo”. (17), En tal sentido, enfrentados a la, en muchos aspectos, patética<br />
ilustración <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o que ofrece el socialismo real, los socialistas democráticos<br />
venezolanos dicen -cito a Petkoff- que su mo<strong>del</strong>o “No existe en ninguna parte,<br />
como antes de 1917 tampoco hubo ninguna revolución socialista y no era su<br />
inexistencia la demostración de su imposibilidad. <strong>La</strong> historia demostró otra<br />
cosa... Hoy, tampoco es su inexistencia lo que negaría la posibilidad de un<br />
socialismo en democracia y libertad. Ya la historia hablará!’. (18) Sin embargo,<br />
ésta es -una salida demasiado fácil, pues cabe preguntarse, ¿cuales son las<br />
razones objetivas que le permiten a Petkoff -y otros socialistas en nuestro<br />
medio- sostener con tanta seguridad semejantes afirmaciones? 0, para ponerlo<br />
en otros términos, ¿se nos está pidiendo simplemente un acto de fe cuasireligiosa<br />
en tomo a un problema que es en esencia político? Lo cierto es que los<br />
socialistas democráticos jamás han explicado de qué manera en concreto, y en<br />
ausencia de una economía de mercado, van a preservar la libertad dentro de su<br />
mo<strong>del</strong>o. <strong>La</strong> realidad, cruda y sin disfraces, es que los socialismos existentes han<br />
abolido toda traza de verdadera democracia; más aún, con su interferencia para<br />
asfixiar el mercado económico han creado serios problemas de ineficiencia y<br />
escasez que no encuentran solución en el marco de un sistema colectivista. <strong>La</strong>s<br />
preguntas que deben responder los socialistas democráticos son: ¿quiénes, en<br />
su mo<strong>del</strong>o, controlarán qué y de qué manera? En vista de que el mercado es la<br />
única institución humana colectivamente controlada por sus participantes,<br />
¿cómo se va a reconciliar la inevitable supresión socialista <strong>del</strong> sistema de<br />
mercado con un gobierno sobre el cual, presuntamente, todos los ciudadanos<br />
ejercerán influencia y poder participativo? Y si se piensa, dentro <strong>del</strong> mo<strong>del</strong>o<br />
propuesto, retener el mercado económico, ¿qué va a ocurrir con la propiedad<br />
privada de los medios de producción, que está integralmente conectada al<br />
sistema? <strong>La</strong> ausencia de respuestas claras a estas interrogantes es un indicio<br />
inequívoco <strong>del</strong> enmarañamiento ideológico que acosa a los socialistas<br />
democráticos, y que les lleva constantemente a sustituir las ideas por la<br />
retórica.<br />
__________________<br />
(17) Hayek, entrevista citada en Nota No 1 (Enfasis A. R)<br />
(18) Petkoff, “Venezuela en el Mundo”..., p. 123