La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero
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Fue sólo bajo la influencia de las fuertes corrientes democráticas que<br />
precedieron las revoluciones europeas de 1848 cuando sectores socialistas<br />
adoptaron consignas libertarias. No obstante, ese mismo año un analista de la<br />
agudeza de Alexis de Tocqueville ya apuntaba hacia la incompatibilidad <strong>del</strong><br />
mensaje socialista y su novedosa adopción de metas de libertad: ‘<strong>La</strong><br />
Democracia’ -decía de Tocqueville- “extiende la esfera de la libertad individual,<br />
el socialismo la restringe. <strong>La</strong> Democracia le atribuye todo su valor a cada ser<br />
humano; el socialismo, en cambio, hace de cada hombre un mero agente, un<br />
simple número. <strong>La</strong> Democracia y el socialismo no tienen nada en común,<br />
excepto una palabra: igualdad. Pero nótese la diferencia: mientras que la<br />
Democracia busca la igualdad en libertad, el socialismo la busca en la<br />
restricción y la servidumbre”. (9) Los socialistas, sin embargo, dieron al concepto<br />
de libertad en su mensaje un contenido diferente: la nueva libertad sería<br />
económica y social, el paso <strong>del</strong> reino de la necesidad al reino de la libertad; sin<br />
estas nuevas libertades la libertad política (burguesa) era una farsa (algo<br />
puramente formal). Los grandes defensores de la libertad en la tradición <strong>del</strong><br />
liberalismo la habían entendido como libertad ante la coerción y el poder<br />
arbitrario <strong>del</strong> Estado. Ahora, la nueva libertad se plasmaría frente a la<br />
necesidad económica, y par a lograr este reino los pasos indispensables serían<br />
la colectivización de los medios de producción y la planificación centralizada <strong>del</strong><br />
uso de los recursos en la sociedad. (10)<br />
En nuestros días los socialistas democráticos prefieren hablar de<br />
socialización y no de colectivización de la economía, pero el resultado es el<br />
mismo. Se trata, nos dice Petkoff en otro de sus trabajos, de con un poder<br />
político que esté “orientado a la socialización de los resultados de la producción,<br />
de acuerdo a criterios y prioridades racionalmente establecidos y cuyo<br />
desiderátum no es únicamente el de la estatización de todo el aparato<br />
productivo y distributivo, sino. el de ir avanzando en la socialización mediante la<br />
creación y expansión de sectores autogestionarios de la economía, en los cuales<br />
los productores directos asuman su control y dirección. Todo esto dentro de los<br />
marcos de un plan nacional, flexible y descentralizado, que no rehúya la<br />
utilización controlada de determinados mecanismos de mercado, compatibles<br />
con los intereses sociales generales” .(11) El mo<strong>del</strong>o que proponen, nos explica<br />
otro ideólogo socialista venezolano, es el de “una sociedad económicamente<br />
pluralista, basada en una variedad de formas económicas -cooperativas,<br />
autogestionarias, privadas clásicas, estatales- cuyo conjunto lleve al máximo<br />
posible la democracia en la propiedad y en la gestión económica!’ .(12) Todo esto,<br />
por supuesto, existirá bajo un sistema político que encarnará una forma<br />
superior de la libertad y la democracia.<br />
___________________<br />
(9) Citado por Hayek, Ihe Road to Serfidom, p. 18<br />
(10) Ibid., pp. 18-19<br />
(11)Teodoro Petkoff, “Hacia un Nuevo Socialismo”, Nueva Sociedad, Caracas, W 56-57, 1981,<br />
p. 49 (Enfasis A. R)<br />
(12)Diego Urbaneja, “El Socialismo <strong>del</strong> Vecino: Solidaridad en la Crítica o Crítica en la<br />
Solidaridad”, Nueva Sociedad, Caracas, N‘ 67,1983,p.2