07.05.2013 Views

La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero

La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero

La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

que la libertad ciudadana y la democracia, aunque compatibles, no son lo<br />

mismo, pues si un sistema democrático otorga poderes ¡limitados a la mayoría,<br />

el resultado sería la opresión totalitaria de los demás, y por lo tanto el fin de la<br />

libertad. En consecuencia, los resultados electorales no deben interpretarse en<br />

ninguna circunstancia como una certificación autoritaria a favor <strong>del</strong> partido<br />

victorioso y sus programas, pues ello implicaría el riesgo de que ese partido<br />

adoptase medidas exclusivistas para beneficiar a los sectores que lo apoyan o<br />

tratase de imponer por la fuerza sus preferencias al resto de la sociedad. <strong>La</strong><br />

noción liberal de la democracia exige que el gobierno actúe de acuerdo a<br />

principios generales, y no para beneficio exclusivo de un grupo o sector en<br />

particular. Por lo tanto, una sociedad libre no es aquélla que carece de leyes, o<br />

reglas, o poderes gubernamentales, sino aquélla en la cual el gobierno mismo<br />

está limitado por leyes que se encuentran por encima de su potestad. Si bien la<br />

institución de la voluntad mayoritaria en lo que respecta a un país es altamente<br />

laudable, no hay que perder de vista que debe ser controlada para que no<br />

degenere en tiranía. En síntesis, en una sociedad democrática y libre las<br />

funciones coercitivas <strong>del</strong> gobierno deben limitarse a hacer cumplir leyes y<br />

normas de comportamiento justo entre los ciudadanos.<br />

Como lo plantea Hayek, el “concepto central” de la perspectiva liberal sobre la<br />

sociedad sostiene que bajo un marco de leyes y reglas generales que protejan<br />

una reconocible esfera privada para la actividad de los individuos, se<br />

desarrollará un “orden espontáneo” de actividades humanas mucho más<br />

complejo y dinámico <strong>del</strong> que podría crearse <strong>del</strong>iberadamente, y en<br />

consecuencia la acción coactiva <strong>del</strong> gobierno debe concentrarse en hacer<br />

cumplir esas reglas, sin perjuicio de otros servicios que pueda al mismo tiempo<br />

realizar con los recursos que hayan sido puestos a su disposición para tales<br />

propósitos. (9) Este tipo de orden espontáneo (como, por ejemplo, el mercado<br />

económico) puede ser usado para muy diversos fines individuales, a veces<br />

divergentes y hasta conflictivos. En contraste con lo que Hayek denomina una<br />

organización (por ejemplo, los partidos políticos o la institución militar), que es<br />

creada <strong>del</strong>iberadamente, con jerarquías y fines prefijados, un orden espontáneo<br />

no requiere sustentarse sobre un acuerdo acerca de los resultados concretos<br />

que debe producir; no obstante, tal tipo de orden, que no descansa en<br />

objetivos comunes sino en la noción de reciprocidad, es capaz de reconciliar los<br />

distintos fines de los participantes para su beneficio mutuo. <strong>La</strong> importancia de<br />

este tipo de orden y de la libertad que proporciona reside en el hecho de que -<br />

como ocurre en la economía de mercado y al contrario de las economías<br />

centralizadas-, extiende la posibilidad de la coexistencia pacífica de los<br />

individuos para su mutuo beneficio mucho más allá de los pequeños grupos<br />

cuyos miembros tienen propósitos comunes concretos, o están sujetos a una<br />

voluntad superior que les dirige. <strong>La</strong> idea de una sociedad abierta y libre es<br />

inconcebible sin la existencia de estos órdenes espontáneos en economía y en<br />

política donde es la base de la libertad de crítica.<br />

__________________<br />

(9)F. A. Hayek, “The Principles of Liberal Social Order’, en Studies in Philosophy, Politics and<br />

Economics, Routledge & Kegan Paul, London, 1967, pp. 162-163

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!