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La miseria del populismo (1986) - Aníbal Romero

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combinar cuatro elementos en la conformación de una sociedad a la vez libre y<br />

justa; en primer lugar, un mercado descentralizado, con todo lo que ello implica<br />

en términos de espacio para el crecimiento de un sector privado empresarial<br />

poderoso y competitivo; en segundo lugar, la aceptación de una tasa de<br />

ganancia adecuada que premie el espíritu de empresa y garantice una<br />

constante inversión; en tercer lugar, el uso de un sistema libre de precios como<br />

método óptimo para determinar la utilización alternativa de sus recursos-<br />

escasos; y en cuarto lugar -pero de ninguna manera en orden de prioridad- la<br />

lucha por la justicia social <strong>del</strong> acceso de los individuos a las oportunidades y<br />

recursos de la vida civilizada. (16) Esta no ha sido, sin embargo, la visión<br />

predominante en nuestro país. En Venezuela, AD es el partido socialdemócrata<br />

por antonomasia. Por razones históricas que tienen que ver con el marco<br />

ideológico adoptado por sus fundadores, así como el impulso estatista que ha<br />

dado a nuestra economía el factor petrolero, AD se ha orientado básicamente<br />

de acuerdo ala tendencia socializante -hostil a los mecanismos de mercado,<br />

favorable a las soluciones corporativistas- de la socialdemocracia. Al contrario<br />

de lo que han sostenido algunos de sus críticos de izquierda, en AD ha<br />

dominado una concepción estatista de la misión de gobierno, fundamentada en<br />

un siempre creciente control de la economía por parte <strong>del</strong> sector público, en la<br />

convicción acerca de la bondad intrínseca de las nacionalizaciones, las<br />

empresas públicas, y, en general, <strong>del</strong> intervencionismo estatal en todos los<br />

órdenes de la existencia nacional. A esto se ha unido una visión<br />

predominantemente populista y marcadamente colectivista de la política y la<br />

sociedad, caracterizada por el intento de convertir el Estado (y el petróleo) en<br />

instrumento de salvación, en gran repartidor de riqueza y beneficios, en lugar<br />

de propender a reducir sus funciones en aras de ampliar el espacio para la<br />

iniciativa y creatividad de los individuos e instituciones independientes.<br />

En cuanto a Copei, hasta mediados de la década <strong>del</strong> 60 éste había sido un<br />

partido que ponía gran énfasis en la importancia de las definiciones ideológicas<br />

y la elaboración de un claro y sólido proyecto político no populista para<br />

Venezuela. Sin embargo, yapara el momento de la elección <strong>del</strong> Dr. Caldera en<br />

1968, buena parte de ese fermento o bien se había disipado o había sido<br />

implacablemente extirpado en función de presuntas exigencias electorales. Al<br />

igual que AD, Copei adoptó una postura de pragmatismo populista, cobijado<br />

por los ingresos petroleros y la posibilidad de gobernar sin prioridades firmes y<br />

sin tomar en cuenta criterios de austeridad. El punto culminante de esa<br />

tendencia se manifestó durante el gobierno <strong>del</strong> Dr. Herrera Campins. En ese<br />

período se agotaron casi por completo en Venezuela los mecanismos populistas<br />

como opción viable de gobierno -aunque muchos continúan viviendo de su<br />

nostalgia; no obstante, Copei demostró carecer de los recursos ideológicos para<br />

enrumbar de otra manera la nave <strong>del</strong> Estado.<br />

___________________<br />

(16) Véase: Arthur Seldon (compilador), Agenda for Social Democracy,<br />

The Institute of Economic Affairs, London, 1983, p. 6.

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