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EL LOCO<br />

o para lo que fuese. Mas, una parte de ese público contribuyente<br />

está perfectamente seguro de que esos dineros,<br />

así recolectados, los dan en concepto de caridad<br />

personal a la persona recolectora, porque hasta ahora<br />

nadie ha podido ver realizarse el fin con que piden esas<br />

contribuciones; de manera que el contribuyente se dice al<br />

dar el óbolo: —Esto que te doy es para que te diviertas<br />

mofándote de mi aparente estupidez; pera si supieses<br />

esa, en tu vida volverías a prestarte para tal oficia, a<br />

menos que hayas perdida totalmente la vergüenza.— Y<br />

no puede ser de otra manera, ya que nadie es capaz de<br />

dar razón de la suerte que corren esos dineros, o cuando<br />

más, y como simple táctica burda de jugadores, se echan<br />

la culpa unos a otros, hasta que el público se contenta con<br />

decir: —Oh, que se lo traguen esos pillos.—<br />

No obstante todo ello hasta podría ser disculpable<br />

por muchas razones, pero lo notable es que como no teniendo<br />

aun ni un monumento mediano a sus héroes de la<br />

emancipación y de la República y de sus hombres y mujeres<br />

más notables, se den el tono de gastarse sendos pesos<br />

para un tal N. N., Delegado Apostólico de S. S. el Papa, cuyo<br />

único mérito ha sido llegar, tener el placer de efectuar<br />

un paseo en toda la República a cuerpo de rey y morirse<br />

sin más provecho ni para él ni para nosotros.<br />

decir.<br />

EMILIO (alarmado)<br />

Bueno. Bueno, Lucho, atraca y di lo que tenías que<br />

LUIS<br />

A eso voy. Una obrerita, por ejemplo, que da su<br />

óbolo de cincuenta centavos, siendo que gana diario un<br />

peso de a cien centavos, da el 50%. Es de advertir que por<br />

ese hecho tiene que privarse de lo más necesario, la mitad<br />

del sustento diario. Además, y esto es lo capital, esa muchacha<br />

trabajando rudamente toda su vida no ha podido<br />

hacer ni un céntimo de ahorro.<br />

Un profesor nacional, —que los extranjeros están<br />

siempre más remunerados,— con un sueldo miserable de<br />

— 1193 —

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