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DESCARGAR TOMO-3.pdf - Cinosargo

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EL LOCO<br />

ba. Los frailes que se hallaban cantando la vigilia, y, entre<br />

multitud de mujeres hincadas, hincados también los<br />

representativos de los poderes públicos y los de la<br />

ciencia y el arte, de gala o luto estricto, emprender las de<br />

Villadiego. La despavorida muchedumbre se congestiona<br />

en las puertas, ocasionando la mar de contusos. El suelo se<br />

humedece, lo que provoca en mí un acceso de risa<br />

convulsiva, cuyo eco en las bóvedas sonaba a modo de<br />

una diabólica carcajada.<br />

Muchos hombres y también mujeres que de susto se<br />

escondieron en los altares, detrás de los dioses y de los santos,<br />

al oír mi carcajada centuplicada en los ecos,<br />

cayeron al suelo arrastrando las imágenes de yeso que se<br />

hicieron añicos. Los centinelas del catafalco pataleaban<br />

también presos de ataques nerviosos.<br />

En eso un alfiler del crucifijo que tenía entre manos<br />

el cadáver se me clavó en las nalgas, por lo que indignado,<br />

dando un bofetón al muerto, lo eché abajo. Al<br />

caer me dio la impresión de un trozo de madera retobada.<br />

Luego lo encajé de barriga en el tabernáculo, con los pies<br />

afuera; poniendo en cambio en el catafalco la custodia.<br />

Al día siguiente la prensa hablaba del suceso. Unos<br />

suponían milagro el hecho y otros afirmaban que el muerto<br />

estaba condenado; pues que con el miedo que llevaban<br />

nadie alcanzó a reconocerme, lo que constituye un proceso<br />

regular en todo acto de cobardía, por lo que también<br />

nadie se atrevió a confesar que por su propia cobardía no<br />

pudieron saber la verdad. ¡Aja, ja, ja! Y todos eran amigos<br />

íntimos del extinto.<br />

Al otro día se efectuó por fin el sepelio. Los amigos<br />

llevaban en hombros al féretro. A medida que<br />

avanzaba el séquito, hombres y mujeres se iban<br />

convirtiendo en chinches, escarabajos, hormigas y piojos,<br />

los que internándose en el ataúd, no dejaron ni huesos<br />

del cadáver. Pero<br />

*<br />

— 1503 —

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