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EL LOGO<br />

ÍNDICE<br />

Un día... ¿Cómo fue?...<br />

Yo era muchacho. La hora estaba cenicienta; el<br />

cielo fingía ser acero empavonado, en el cual serpeaban<br />

los rayos; los montes en la sombra se hallaban<br />

funeralmente índigos, mientras que los árboles se hacían<br />

venias. Entre tanto el viento gemía como nunca; tenía<br />

inquietudes y dolor; su musitar era un extraño parloteo.<br />

Esas voces no las puedo olvidar; eran tan hondas, más que<br />

el De Profundis Clamabat, girando siempre en torno mío.<br />

Sentí miedo. Y supe que aquel viento murmurador era<br />

un Alma en pena de una ronda inmemorial, y que así<br />

había pasado solitaria, cantando sus angustias, ora en la<br />

región helada, ora en las ardientes canículas del férvido<br />

ecuador como ya en la eterna inquietud de los desolados<br />

mares. Era un Alma triste, de cansancio inmortal,<br />

maldita para no reencarnarse; y en aquella tarde oscura,<br />

preñada de retumbos y rayos, mi Espíritu le dio<br />

albergue. Aquel fue un extraño maridaje. Esa Alma<br />

errante y triste que desde un principio viera las<br />

humanidades, se multiplicó infinitamente, poblando de<br />

melancolía y desesperación mis ideas y mis sentimientos,<br />

agotándome el cerebro y el corazón. Tal arrebató el<br />

señorío de mi espíritu. Es así cómo soy un colmenar de<br />

espíritus esquivos y tristes por siempre. Mi Yo desde entonces<br />

vaga alocado en mi propio mundo interior. Por tal<br />

manera en cada átomo de mi naturaleza desesperada, cada<br />

una de esas almas obra y considera por distinto modo.<br />

Esa tarde...<br />

Pero aquella Alma nonata y anónima, huye hoy,<br />

dispersando en la existencia, en forma de céfiros y huracanes,<br />

las innúmeras almas que procreara; y ellas fugan<br />

de mí, como las avispas de un colmenar incendiado.<br />

Y tú, lector, huye siempre de las tardes misteriosas,<br />

cerrando el oído al silbo de los vientos; que tu Espíritu<br />

no albergue Alma alguna en su seno.<br />

— 1649 —

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