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DESCARGAR TOMO-3.pdf - Cinosargo

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EL LOCO<br />

tiros de mi pistola. Ellos al oir silbar la seguidilla de balas,<br />

cada uno imaginó ser la víctima del otro, y, como en los<br />

circos, ambos cayeron al mismo tiempo. Entonces entre la<br />

risa general hubo necesidad de hacer uso del botiquín: éter,<br />

bismut y valeriana.<br />

JUAN (a carcajadas)<br />

Eso es nada. Yo tenía veinticinco años cumplidos intervine<br />

en el lance de don Eleuterio Boxhen, que en paz<br />

descance, con don Casimiro Ferrofino. El duelo debía efectuarse<br />

como de costumbre, a simple fogueo, pero uno de<br />

los padrinos, intransigente como alguien que yo se, había<br />

cargado con verdadera bala una de las pistolas, la de don<br />

Eleuterio. Dispararon y cayó Ferrofino, gravemente herido.<br />

Pues, amigos, tal fue el susto de don Eleuterio, que murió<br />

con fiebre a los dos días. En cambio salvó Ferrofino, el<br />

herido.<br />

JOSÉ (cada vez más gravemente)<br />

Pero ninguno ha visto nada más trágico que lo que<br />

yo vi. Estuve estudiando el tercer año de secundaria. Una<br />

mañana, en vez de ir al colegio me fui a correr las eras. En<br />

una de ellas vi un grupo de hombres, todos de negro. Dos<br />

de ellos sacaron a relucir las pistolas. Las rastrillaron, las<br />

cargaron... con bala, y las entregaron a dos señores que<br />

avanzaron y se acomodaron de espaldas entre sí. Luego<br />

mientras contaban los padrinos, fueron avanzando hasta<br />

quince pasos; entonces giraron sobre los talones, poniéndose<br />

frente a frente. Sonó una palmada a lo que los contrincantes<br />

elevaron los brazos, se apuntaron y simultáneamente<br />

cayeron al suelo... las pistolas, mientras que con los<br />

dedos estirados y el pulgar en la nariz uno a otro se hacían<br />

gestos. Los dos estaban locos.<br />

PEDRO (queriendo contener la risa)<br />

Es evidente que en estos casos cuando no hay un<br />

muerto se puede asegurar que el acto ha sido un simulacro.<br />

Sin embargo en una ocasión en que íbamos a la realización<br />

de un duelo Mr. Tremoler y un tal Abigail Sensiti-<br />

— 1303 —

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