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EL LOCO<br />

angustia en el ambiente. Era manifiesto que las almas de<br />

los taciturnos se habían recogido preocupadas en el silencio,<br />

de manera que en el medio desalojado, el clamor de<br />

las campanas, el canto de los gallos y el aullido de los perros,<br />

tenían un extraño timbre de soledad.<br />

*<br />

Horas más tarde, en un fulgor de luz canicular la<br />

multitud está asombrada, oyendo boquiabierta los discursos<br />

de la élite batóloga que en una especie de éxtasis patriótico,<br />

nombrando y renombrando gongorinamente el<br />

sacrificio, el honor, la caridad, la patria y la gloria,<br />

incita al pueblo a que perezca en las hecatombes. Cada<br />

oración de los oradores es una centella; fascinan como con<br />

el deslumbrante lujo de un cortejo imperial. Por tal<br />

manera cada orador adquiere en el concepto plebeyo el<br />

valor de Sócrates o un Cicerón si no de un Jesús o de un<br />

Sidharta o César. Su arrogancia es de conquistadores que<br />

reparten mercedes a manera de harpagones en el alma de<br />

los hastiales.<br />

En eso, de la multitud salta un pordiosero; y encarándose<br />

en la tribuna, ante el azoramiento general, dice:<br />

— ¡Oh!, señores intelectuales; señores<br />

mentores acaudalados; señores patriotas en sumo grado<br />

por las remuneraciones: nosotros haremos lo que<br />

gustéis, iremos a la muerte, mas dadnos el dinero que os<br />

sobra insuflando vuestra vanidad, para que comamos<br />

hoy: somos el ejército de la patria grande.<br />

Y mientras hablaba, los oradores excitadores, los<br />

hidalgos y mentores intelectuales, sin excepción, al oír<br />

que se les pedía sus monedas superfluas, huyen como si<br />

hubiese pisado áspides o cobras, si no como perros apaleados:<br />

las orejas gachas y el rabo entre piernas. Entre tanto,<br />

el pueblo, incrédulo ya, estalla en la más sonora carcajada,<br />

repitiendo:<br />

—Hechos son amores y no buenas razones. ¡Avaros!<br />

¡Cobardes! Intelectuales y patriotas hipócritas! Huid, la<br />

drones!<br />

— 1543 —

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