You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
medio. <strong>La</strong> verdad es que los mismos docum<strong>en</strong>tos oficiales de la época son d<strong>en</strong>unciadores de la<br />
dolorosa y desnuda realidad de la mita.<br />
¿Cómo es posible no inclinarse ante la aut<strong>en</strong>ticidad trágica de la mita, si todavía hoy<br />
exist<strong>en</strong> residuos sociales de su exist<strong>en</strong>cia?<br />
El yanaconazgo fue también otra institución que sumía a los indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> la servidumbre, y<br />
que llegaba a los límites de la esclavitud. Estos indíg<strong>en</strong>as que estaban unidos a la tierra para<br />
labrarla, cosecharla, pastar <strong>el</strong> ganado, vivían estimulados al trabajo bajo <strong>el</strong> látigo implacable d<strong>el</strong><br />
feudatario mayordomo. Los yanaconas, agregaban a su drama <strong>el</strong> t<strong>en</strong>er que pagar tributos (un peso<br />
<strong>en</strong>sayado) y someterse a las impresiones comerciales de los repartimi<strong>en</strong>tos efectuados por los<br />
corregidores.<br />
Fr<strong>en</strong>te a esta lucha <strong>en</strong>tre los indíg<strong>en</strong>as víctimas, sometidos y reducidos a la impot<strong>en</strong>cia, y<br />
los españoles orgullosos y dispuestos a imponer su señorío y vasallaje económico los aboríg<strong>en</strong>as<br />
cuya única liberación era la muerte, se alzaba <strong>el</strong> fantasma protector d<strong>el</strong> Rey, de sus d<strong>el</strong>egados los<br />
virreyes y <strong>el</strong> presid<strong>en</strong>te de la Audi<strong>en</strong>cia, que actuaban a través de los protectores de indíg<strong>en</strong>as.<br />
El testam<strong>en</strong>to de Isab<strong>el</strong> la Católica se cumplió, es cierto, por la int<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia y g<strong>en</strong>io jurídico<br />
español, pero se olvidó por la avidez, <strong>el</strong> s<strong>en</strong>sualismo y las pasiones de los conquistadores, que<br />
actuaban armados bajo <strong>el</strong> signo de la riqueza, y que mi<strong>en</strong>tras azotaban o mataban, t<strong>en</strong>ían la m<strong>en</strong>te<br />
lejos, soñando <strong>en</strong> <strong>el</strong> cortijo sevillano o <strong>en</strong> la calesa que los pasearía por <strong>La</strong> Cast<strong>el</strong>lana.<br />
Entre las muchas disposiciones de carácter sanitario que se contemplan <strong>en</strong> la Colonia, los<br />
españoles se olvidaron legislar sobre la coca, y al contrario, le prestaron esmerada at<strong>en</strong>ción por<br />
tratarse de una substancia que estaba vinculada íntimam<strong>en</strong>te a la explotación minera. <strong>La</strong>s dudas<br />
que se plantearon sobre <strong>el</strong> valor nocivo de la coca para <strong>el</strong> consumo de los indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong> concilios<br />
r<strong>el</strong>igiosos, <strong>en</strong> sus estudios sapi<strong>en</strong>tes y <strong>en</strong> trabajos acuciosos de los cronistas coloniales, se<br />
impusieron al doble interés creado por los plantadores de coca <strong>en</strong> los Yungas y <strong>el</strong> exist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los<br />
mineros, para servir <strong>el</strong> hábito de los indios que buscaban la yerba mágica como un estimulante<br />
para <strong>el</strong> trabajo p<strong>en</strong>oso y duro de las minas. De aquí que hubo de establecerse la mita de la coca<br />
con las sigui<strong>en</strong>tes limitaciones reglam<strong>en</strong>tarias. <strong>La</strong>s jornadas de la mita de la coca se preveía que<br />
fues<strong>en</strong> cortas, con descanso los domingos, fiestas y días de lluvia. Debían "corar" y labrar la tierra<br />
no <strong>en</strong> <strong>el</strong> recio d<strong>el</strong> sol; se preveía de darse por terminada la mita y haberse de abonar los jornales<br />
íntegros de <strong>el</strong>la a la primera infracción, y luego debía "quinchir" una tarea fija de hojas que no<br />
alcanzara a no más de 50 tambores. <strong>La</strong>s otras prescripciones se referían a que si algunos días por<br />
<strong>el</strong> mal tiempo o no estar <strong>en</strong> sazón la cosecha no se trabajase cuando no pasar<strong>en</strong> diez días, cumple<br />
<strong>el</strong> cocalero con dar comida sola y si pasan esas jornadas habría de abonar los jornales de 24 días.<br />
Se prohibía también que los indios que salieran de los valles después de cumplida su mita se re<br />
alquilaran inmediatam<strong>en</strong>te. Se disponían normas fijas para su alim<strong>en</strong>tación que se llevaran curas<br />
para la doctrina, medicinas para sus <strong>en</strong>fermedades y especialm<strong>en</strong>te para la terciana y <strong>el</strong> "casahui"<br />
(consunción y tuberculosis). También se preveía para asegurar la salud de los mitayos de la coca,<br />
la organización de tambos aislados sobre <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o, se ord<strong>en</strong>aba que los indios mitayos de<br />
la coca llev<strong>en</strong> vestidos de repuesto para remudarse cuando se moj<strong>en</strong> y por último que se sost<strong>en</strong>ga<br />
un hospital con la suscripción de 50 tambores de Coca.<br />
También existió la mita de los obrajes, Pequeños establecimi<strong>en</strong>tos de industrias diversas<br />
principalm<strong>en</strong>te de tejidos <strong>en</strong> los que trabajaban los indíg<strong>en</strong>as <strong>en</strong>com<strong>en</strong>dados. El trabajo de los<br />
obrajes no solo se realizaba <strong>en</strong> las fincas civiles, sino también <strong>en</strong> los repartimi<strong>en</strong>tos de los<br />
r<strong>el</strong>igiosos, como los sost<strong>en</strong>idos por los jesuítas, de tal modo que también <strong>en</strong> estos<br />
establecimi<strong>en</strong>tos industriales <strong>el</strong> trabajo tuvo carácter obligatorio, recibi<strong>en</strong>do allí los indios como<br />
comp<strong>en</strong>sación alim<strong>en</strong>tos. <strong>La</strong>s Leyes de Indias, después de un lapso prolongado de abusos,<br />
legislaron sobre <strong>el</strong> trabajo de los obrajes, determinando que a los indios se les pague al año a<br />
razón de 35 pesos, además de la comida, y que se les dé asist<strong>en</strong>cia espiritual y sanitaria. Se<br />
determinó también que <strong>el</strong> trabajo de los obrajes, estuviera librado a la voluntad de los indios y que<br />
<strong>en</strong> caso contrario, quedaría la fábrica clausurada. Los obrajes subsistieron hasta fines d<strong>el</strong> siglo<br />
112