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La Vida Social en el Coloniaje - andes

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de Julio <strong>en</strong> <strong>La</strong> Paz <strong>el</strong> año 1809. Tarde la Corona de España niv<strong>el</strong>ó los impuestos a los nobles y<br />

artesanos, tanto para España como para las Colonias de América. El efecto fué negativo porque no<br />

contribuyó sino a echar leña a la hoguera de la revolución que fulguraba. En otros s<strong>en</strong>tidos esta<br />

manía nobiliaria de los españoles se nos ofrece como una expresión democrática. Los<br />

conquistadores y los pobladores d<strong>el</strong> Alto Perú y <strong>el</strong> Nuevo Mundo, extraídos d<strong>el</strong> fondo mismo de la<br />

<strong>en</strong>traña popular, se situaban <strong>en</strong> la cumbre de la sociedad colonial por derecho propio de su<br />

audacia o de su bravura, más con la categoría de fundadores de casas blasonadas que como<br />

herederos de títulos nobiliarios. Estos nuevos aristócratas debieron t<strong>en</strong>er más orgullo de sí mismos<br />

que de sus títulos arrancados a la Corona por la humillación de la dádiva.<br />

Por eso hoy día no son muy dignos de t<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta ni los escudos de algunas casas<br />

nobiliarias, ni tampoco los títulos que acreditan esa aristocracia, porque <strong>en</strong> la mayoría de los casos<br />

sólo fueron obra de la industria de los g<strong>en</strong>ealogistas y de los maestros de heráldica. Los escudos<br />

se otorgaban como una merced especial aparte d<strong>el</strong> título. Estos títulos nobiliarios eran simples<br />

otorgami<strong>en</strong>tos y no constaban <strong>en</strong> la asc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia histórica respectiva, ni tampoco la española,<br />

donde por lo regular todos estos títulos que son obra de los g<strong>en</strong>ealogistas aduladores y<br />

estip<strong>en</strong>diados, comi<strong>en</strong>zan con las raíces familiares <strong>en</strong> Quindasvindo, Recaredo o Ricardo Corazón<br />

de León, y a veces <strong>en</strong> Job, <strong>el</strong> profeta Dani<strong>el</strong> o los doce apóstoles.<br />

<strong>La</strong> situación económica y la prosperidad producían las trasmutaciones de los valores<br />

sociales. <strong>La</strong> industria minera improvisaba fortunas que eran derrochadas muchas veces <strong>en</strong> <strong>el</strong> lujo y<br />

<strong>en</strong> la disipación, cuando no t<strong>en</strong>taba a sus agraciados con <strong>el</strong> viaje a España. <strong>La</strong> Corona <strong>en</strong> esto fué<br />

siempre respetuosa, estimuló la iniciativa privada a condición de aprovecharse siempre d<strong>el</strong> tercio y<br />

d<strong>el</strong> quinto. Los mineros ricos, se puede decir, se <strong>en</strong>noblecían automáticam<strong>en</strong>te. <strong>La</strong> institución de la<br />

<strong>en</strong>comi<strong>en</strong>da de tierras y de indios, también daba categoría social, como consecu<strong>en</strong>cia de la<br />

riqueza. <strong>La</strong> agricultura no creó <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú las mismas fortunas que la minería. Era más bi<strong>en</strong><br />

una fu<strong>en</strong>te de riqueza de los cautos y prud<strong>en</strong>tes, para aqu<strong>el</strong>los españoles que hacían vida<br />

sed<strong>en</strong>taria, ociosa y de simple parasitismo, y desplazada por <strong>el</strong> m<strong>en</strong>or esfuerzo, ya que eran los<br />

mayordomos y los indios que pegados a la tierra, la hacían producir por sus métodos ligeram<strong>en</strong>te<br />

r<strong>en</strong>ovados de su vieja tradición. Estos terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes o <strong>en</strong>com<strong>en</strong>deros, que t<strong>en</strong>ían la categoría de<br />

verdaderos señores feudales, propietarios de gr<strong>andes</strong> ext<strong>en</strong>siones agrícolas despojadas a los<br />

indios, estaban animados de una conci<strong>en</strong>cia autoritaria. Eran vasallos, pero también se<br />

consideraban señores. <strong>La</strong> producción de la coca creó importantes fortunas. El comercio de<br />

importación y <strong>el</strong> contrabando fom<strong>en</strong>taron también la creación de riquezas que fueron paral<strong>el</strong>as a<br />

las improvisadas a la sombra d<strong>el</strong> poder de los funcionarios españoles y todo cargo les abría<br />

posibilidades de amasar fortuna ilícitam<strong>en</strong>te por medio de los remates de determinadas funciones<br />

que se cotizaban <strong>en</strong> sumas importantes, las que naturalm<strong>en</strong>te debían ser recuperadas con<br />

utilidades. Los curas, ocupaban sitio importante <strong>en</strong> la economía altoperuana. <strong>La</strong> iglesia <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral<br />

fué dueña de gr<strong>andes</strong> latifundios. <strong>La</strong> riqueza de los clérigos ocupaba <strong>el</strong> segundo sitio después de<br />

la creada por los mineros. Como se recordará, la expulsión de los jesuítas fué fundam<strong>en</strong>tada <strong>en</strong> la<br />

gran riqueza agrícola que det<strong>en</strong>taban <strong>en</strong> su poder los ignacianos.<br />

<strong>La</strong> industria pequeña y rudim<strong>en</strong>taria, que se puede considerar como casera, no fué<br />

poderoso instrum<strong>en</strong>to creador de riqueza ni pública ni privada. <strong>La</strong> artesanía tampoco pudo<br />

organizar fortunas, pues desconocía <strong>el</strong> s<strong>en</strong>tido rever<strong>en</strong>cial d<strong>el</strong> dinero y se cont<strong>en</strong>taba con <strong>el</strong> diario<br />

pasar. Estas clases trabajadoras integradas por mestizos e indios, situados al marg<strong>en</strong> de la vida<br />

política, lo estaban también como expon<strong>en</strong>tes de la vida social. Estimulados con pocas<br />

necesidades, formaban parte de las multitudes de cuyo s<strong>en</strong>o surgieron primero los descont<strong>en</strong>tos<br />

ocasionales y después la gran revolución libertadora. Los artesanos <strong>en</strong> la Colonia altoperuana<br />

estuvieron agrupados por gremios, bajo la advocación de diversos santos y ocupaban <strong>en</strong> las<br />

ciudades barrios determinados y exclusivos. Lo interesante era que los gremios sólo eran<br />

asociaciones de maestros de taller, desempeñando una situación de industriales directores, y los<br />

apr<strong>en</strong>dices eran satélites de estos círculos, desempeñando <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de protegidos y tratados como<br />

miembros de la "criazón" o de la familia .Este hecho pone <strong>en</strong> r<strong>el</strong>ieve que existía la estructura de las<br />

clases sociales, d<strong>el</strong>imitadas según su profesión y <strong>el</strong> r<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to económico. Por cierto, que estos<br />

artesanos coloniales no pued<strong>en</strong> ser estimados como proletarios, porque si los hubo fueron los<br />

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