Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
la España filip<strong>en</strong>se perseguía <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong> manto, por considerarlo <strong>en</strong>cubridor de pecados y falso<br />
escudo de honestidades.<br />
Si <strong>el</strong> manto, como se lo llama <strong>en</strong> España, o mantón, verónica y manta, como se le designa<br />
<strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú, fue objeto de tan variada literatura <strong>en</strong>tre poetas, moralistas y satíricos d<strong>el</strong> siglo de<br />
oro, también fue copiosa fu<strong>en</strong>te de motivos literarios <strong>en</strong> <strong>el</strong> Perú. <strong>La</strong>s famosas tapadas limeñas, que<br />
descubrían de su rostro <strong>el</strong> ojo izquierdo, fueron nada más que una copia de las tapadas madrileñas<br />
a qui<strong>en</strong>es Lope de Vega y Fray Gabri<strong>el</strong> Téllez dedican algunos pareados. Estas mismas tapadas<br />
más o m<strong>en</strong>os honestas y más o m<strong>en</strong>os literaturizadas existieron <strong>en</strong> Santiago de Chile y también <strong>en</strong><br />
<strong>La</strong> Paz, Cochabamba, Potosí o Chuquisaca.<br />
El mantón se introdujo <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú <strong>en</strong> <strong>el</strong> seteci<strong>en</strong>tos; era casi siempre negro, su t<strong>el</strong>a era<br />
de gorguesón, anascote, paño, cachimira, murato, seda, tafetán y estambre. También se usaba <strong>el</strong><br />
mantón de espumilla de seda o lana y de una gasa llamada humo. El uso de los mantones no fue<br />
cosa frívola como pudiera suponerse, sino motivo de preocupaciones de los gobernantes, concilios<br />
y escritores eruditos. Así <strong>el</strong> célebre Antonio León Pin<strong>el</strong>o escribió <strong>el</strong> libro titulado "V<strong>el</strong>os antiguos y<br />
modernos <strong>en</strong> los rostros de las mujeres y su conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cia y daño".<br />
El mantón altoperuano se llevaba de dos modos, uno con <strong>el</strong> rostro tapado casi al modo<br />
musulmán, que caía desde la cabeza hasta los pies, y <strong>el</strong> otro que se plegaba de tal suerte que se<br />
desnudaba <strong>el</strong> ojo izquierdo. Había otra forma que era llevarlo con <strong>el</strong> rostro completam<strong>en</strong>te<br />
descubierto, la cabeza def<strong>en</strong>dida y las puntas embozadas <strong>en</strong> los hombros, su<strong>el</strong>to o sujetado con<br />
alfileres. <strong>La</strong>s cholas usaban <strong>el</strong> mantón para <strong>el</strong> luto riguroso; pasado éste, lo embozaban sobre los<br />
hombros o lo llevaban <strong>en</strong> forma de chalina. Estuvo tan arraigado <strong>el</strong> mantón <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú, que<br />
aún hoy, a la distancia de casi siglo y medio de la Colonia, perdura la usanza de esta pr<strong>en</strong>da <strong>en</strong><br />
todas las ciudades y aldeas de Bolivia.<br />
El mantón tuvo algunas variedades: <strong>el</strong> de t<strong>el</strong>as d<strong>el</strong>icadas para las españolas y criollas, <strong>el</strong><br />
de lana para las mestizas, llamado "manta" y <strong>el</strong> de castilla o bayeta para las indíg<strong>en</strong>as, llamado<br />
"rebozo".<br />
Un vestido que alcanzó gran predicam<strong>en</strong>to y popularidad unido a las prácticas r<strong>el</strong>igiosas de<br />
la época, cuya moda y uso no se eclipsó <strong>en</strong> la Colonia, prolongándose hasta <strong>el</strong> siglo XIX, fue <strong>el</strong><br />
hábito de tipo monjil de las seglares. Este traje devoto al propio tiempo que cumplía las funciones<br />
de carácter r<strong>el</strong>igioso de promesas y votos, era un vestido económico. Se usaba <strong>en</strong>tre las<br />
españolas, criollas y mestizas. <strong>La</strong> imposición de este hábito era determinada por una decisión<br />
voluntaria, motivada por un ex-voto o promesa dirigida a conseguir una gracia d<strong>el</strong> santo o santa,<br />
mediante su uso por meses o años, con r<strong>en</strong>uncia irrevocable de otro vestido. Los hábitos eran<br />
carm<strong>el</strong>itas de color caté, blancos los mercedarios y los nazar<strong>en</strong>os negros con insignias. Estos<br />
hábitos consistían <strong>en</strong> una saya, estrechada <strong>en</strong> la cintura por un tahalí de charol y un escapulario<br />
que cubría los hombros, cay<strong>en</strong>do <strong>en</strong>cima de la saya por d<strong>el</strong>ante y por detrás hasta llegar a sus<br />
bordes. Estos escapularios llevaban bordados los símbolos d<strong>el</strong> santo al que se dedicaba <strong>el</strong> ex voto.<br />
El mantón cubierto o tapado completaba este pintoresco uniforme de las conquistadoras de favores<br />
divinos por este procedimi<strong>en</strong>to de r<strong>en</strong>unciación d<strong>el</strong> lujo y de la coquetería fem<strong>en</strong>ina. Pero, lo más<br />
sugestivo de estas promesas era que los hábitos monjiles se seguían usando aún después de<br />
frustrado <strong>el</strong> objeto de la promesa. Así, era corri<strong>en</strong>te que jóv<strong>en</strong>es esposas utilizaran estos hábitos<br />
como procedimi<strong>en</strong>to anticoncepcional de orig<strong>en</strong> divino, y que habi<strong>en</strong>do ofrecido llevar <strong>el</strong> traje sacro<br />
por un año, dieran muestras de su embarazo <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o estado avanzado, cubierto por <strong>el</strong> vestido<br />
milagroso...<br />
Sigui<strong>en</strong>do <strong>en</strong> ord<strong>en</strong> de importancia de las pr<strong>en</strong>das usadas con carácter perman<strong>en</strong>te,<br />
citaremos la capa de orig<strong>en</strong> p<strong>en</strong>insular y uno de los trajes más castizos de España. <strong>La</strong> capa que <strong>en</strong><br />
la metrópoli con su ext<strong>en</strong>sión caracterizaba a la clase social <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú fue de un solo tamaño.<br />
Los únicos que la llevaban eran los altos funcionarios o qui<strong>en</strong>es ost<strong>en</strong>taban <strong>en</strong>cumbrada posición<br />
económica. El uso de la capa no decayó <strong>en</strong> todo <strong>el</strong> curso colonial, prolongándose la moda de dicha<br />
pr<strong>en</strong>da hasta <strong>el</strong> siglo XIX. <strong>La</strong> capa era g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te de colores obscuros, de paño, terciop<strong>el</strong>o o<br />
56