15.05.2013 Views

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPITULO XIII<br />

EL PODER SOCIAL DEL CLERO<br />

<strong>La</strong> vida íntima de la iglesia alto-peruana.- Clérigos, monjas y frailes.- <strong>La</strong>s costumbres r<strong>el</strong>igiosas.-<br />

Pompa y circunstancia de las fiestas r<strong>el</strong>igiosas <strong>en</strong> las ciudades y <strong>en</strong> los pueblos.<br />

<strong>La</strong> importancia social y <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> clero alto-peruano <strong>en</strong> las diversas fases d<strong>el</strong> <strong>Coloniaje</strong><br />

puede establecerse a través de las cifras estadísticas incompletas y que han sido divulgadas<br />

ampliam<strong>en</strong>te. En la ciudad de Chuquisaca, sede d<strong>el</strong> Arzobispado de <strong>La</strong> Plata, <strong>en</strong> 1.804 habían<br />

catorce vicarios, 18 canónigos d<strong>el</strong> coro metropolitano, 88 frailes de los diversos conv<strong>en</strong>tos, 239<br />

monjas, 155 <strong>en</strong>tre beatas, recogidas y seglares. En 1.777 <strong>en</strong> <strong>La</strong> Paz vivían 126 clérigos su<strong>el</strong>tos,<br />

sin contar a los frailes y curas propios de las parroquias. En Cochabamba <strong>en</strong> 1.784 vivían 74<br />

frailes, 125 monjas, 80 presbíteros, aparte de los curas de las parroquias. El número de parroquias<br />

que compr<strong>en</strong>día la arquidiócesis de <strong>La</strong> Paz era de 164. Con todo las cifras anotadas resultan muy<br />

r<strong>el</strong>ativas, sobre todo si se considera que la población total d<strong>el</strong> Alto Perú fluctuó <strong>en</strong> medio millón de<br />

habitantes <strong>en</strong> sus dos tercios formados por indíg<strong>en</strong>as.<br />

En torno de los obispados, canonjías, curatos, conv<strong>en</strong>tos, giraba toda una <strong>en</strong>orme<br />

organización feudal, no obstante de las prohibiciones que existían para la acumulación de tierras<br />

<strong>en</strong> poder d<strong>el</strong> clero, asunto al que nos referimos al tratar, de las tierras de desamortización. Entre<br />

tanto anotaremos que la iglesia era rica y contaba con abundantes r<strong>en</strong>tas prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de sus<br />

propiedades campesinas. Este era uno de los tantos r<strong>en</strong>glones de ingresos d<strong>el</strong> clero, si<strong>en</strong>do muy<br />

cuantiosos los prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de las minas, fiestas r<strong>el</strong>igiosas, alferazgos, bautizos, <strong>en</strong>tierros,<br />

cap<strong>el</strong>lanías, her<strong>en</strong>cias, etc. Hay que agregar aquí los arbitrios proced<strong>en</strong>tes de la v<strong>en</strong>ta de bulas,<br />

que no obstante de que estos ingresos no eran exclusivos para <strong>el</strong> clero altoperuano, dejaban<br />

pequeñas tasas que servían para acrec<strong>en</strong>tar <strong>el</strong> tesoro eclesiástico.<br />

<strong>La</strong> clerecía altoperuana, al operar <strong>en</strong> un pueblo ignorante y fanatizado, alim<strong>en</strong>taba sus<br />

finanzas, viéndolas progresar incesantem<strong>en</strong>te a exp<strong>en</strong>sas de los cholos y de los indios. Así la<br />

r<strong>el</strong>igión de Cristo era una industria de las más saneadas, después de la minería. Los clérigos altoperuanos<br />

torturaron su imaginación para <strong>en</strong>riquecerse rápidam<strong>en</strong>te, a tal punto que la Corona de<br />

España dictó una resolución real prohibi<strong>en</strong>do que los curas recibieran her<strong>en</strong>cias de los indios,<br />

porque éstas se conseguían por medio de la coacción <strong>en</strong> vista de la am<strong>en</strong>aza de las p<strong>en</strong>as eternas<br />

más terribles. El folklore conserva anécdotas r<strong>el</strong>ativas a los procedimi<strong>en</strong>tos de que se sirvieron los<br />

curas para explotar a los indios y a los mestizos, sin librarse los propios hispano-criollos.<br />

En este ambi<strong>en</strong>te, los obispos, canónigos y curas de las ciudades, llevaban una vida<br />

sibarítica, amable, tranquila, rodeada de comodidades. Sus casas eran bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>joyadas, no sólo<br />

lucían b<strong>el</strong>los muebles de talla, sino también alfombras de magnífico punto árabe tejidas por los<br />

indios. También ost<strong>en</strong>taban cuadros r<strong>el</strong>igiosos y profanos, santos y niños dioses ornam<strong>en</strong>tados de<br />

hermosa platería, ejecutadas por artífices de Potosí o d<strong>el</strong> Cuzco. Su misma indum<strong>en</strong>taria era<br />

costosa, a base de panas, lustrines de seda, hebillas de plata <strong>en</strong> los zapatos y llevaban tejas de<br />

terciop<strong>el</strong>o. Muchos usaban perfumes y afeites, dándoles <strong>el</strong> aspecto de muy mundanos. Los<br />

canónigos de <strong>La</strong> Paz concurrían al coro montados <strong>en</strong> mulas, magníficam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>silladas con<br />

ri<strong>en</strong>das de plata y estribos d<strong>el</strong> mismo metal, igualm<strong>en</strong>te que los adornos de sus monturas. Los<br />

escoltaban dos negros que iban a paso l<strong>en</strong>to o llamado <strong>en</strong> la época “paso de canónigo”.<br />

<strong>La</strong> devoción externa no respondía a la profundidad de una emoción r<strong>el</strong>igiosa auténtica y<br />

así como los clérigos no eran ascéticos ni <strong>en</strong> <strong>el</strong> vestir, ni <strong>en</strong> las comodidades d<strong>el</strong> hogar, ni <strong>en</strong> la<br />

ost<strong>en</strong>tación de su riqueza, tampoco eran sobrios ni <strong>en</strong> <strong>el</strong> comer ni <strong>en</strong> <strong>el</strong> beber. No ha sido un<br />

misterio <strong>en</strong> la vida colonial <strong>el</strong> libertinaje de los clérigos, que ya sea <strong>en</strong> forma <strong>en</strong>cubierta o cínica,<br />

daban ri<strong>en</strong>da su<strong>el</strong>ta a su lujuria. Al hablar d<strong>el</strong> mestizaje anotamos que su génesis principalm<strong>en</strong>te<br />

obedeció a la interv<strong>en</strong>ción de los clérigos. Los procesos de la inquisición d<strong>el</strong> Arzobispado de <strong>La</strong><br />

70

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!