15.05.2013 Views

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

nupcial de la pareja. Producida la unión matrimonial sea <strong>en</strong> forma de amancebami<strong>en</strong>to o de<br />

matrimonio canónico, éste se manti<strong>en</strong>e indestructible y sólo es disu<strong>el</strong>to por la muerte. El varón<br />

ti<strong>en</strong>e <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la patria potestad y cumple su función <strong>en</strong> forma despótica, tiránica y egocéntrica.<br />

Repres<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> la familia al Inca, al señor, mi<strong>en</strong>tras que la mujer y los hijos son <strong>el</strong> pueblo; <strong>el</strong> padre<br />

es <strong>el</strong> explotador y los otros son los explotados. <strong>La</strong> mujer cumple su doble función económica <strong>en</strong> la<br />

familia al reproducirse <strong>en</strong> los hijos y producir para la sust<strong>en</strong>tación. Los hijos son los colaboradores<br />

inmediatos d<strong>el</strong> trabajo maternal, de aquí la importancia económica de la prole, que constituye tanto<br />

o más riqueza que <strong>el</strong> ganado. Es tal la valorización económica de los hijos, que <strong>el</strong> indio sólo llega a<br />

separarse de <strong>el</strong>los <strong>en</strong> caso de que no los pueda mant<strong>en</strong>er, cuando <strong>el</strong> campo es asolado por la<br />

hambruna. <strong>La</strong> familia indíg<strong>en</strong>a responde al tipo primitivo feudal, si<strong>en</strong>do <strong>el</strong> autoritarismo d<strong>el</strong> padre y<br />

la producción lo que le imprime <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lo propio e inconfundible. El indio adoptó <strong>el</strong> matrimonio<br />

católico que no le significó otra cosa que un cambio <strong>en</strong> <strong>el</strong> dedo de una liturgia sobre la estructura<br />

secular de su habitus.<br />

<strong>La</strong> familia hispano-criolla, es una institución que fué trasplantada de las formas de vida de<br />

la metrópoli y de sus formas sociales d<strong>el</strong> siglo XVI. Se trata de una expresión humana de tipo<br />

medioeval. <strong>La</strong> luz de la Colonia que se esparce <strong>en</strong> una tonalidad crepuscular, imprime a todas las<br />

manifestaciones de su cultura y de su exist<strong>en</strong>cia un matiz de dolor de vivir, de tristeza y de<br />

aus<strong>en</strong>cia de pl<strong>en</strong>itud dionisiaca. El tono vital es deprimido, opaco y sin euforia. Pero, donde esta<br />

atmósfera se hace más s<strong>en</strong>sible es <strong>en</strong> la vida d<strong>el</strong> hogar y <strong>en</strong> <strong>el</strong> matrimonio. Esta institución<br />

constituye una forma de vivir simplem<strong>en</strong>te sombría y ti<strong>en</strong>e esta característica es<strong>en</strong>cial, porque <strong>el</strong><br />

formalismo r<strong>el</strong>igioso, la red de las disposiciones jurídico-económicas y las costumbres,<br />

consiguieron sepultar <strong>el</strong> amor. Se ati<strong>en</strong>de a todo, al color y a la limpieza de sangre de los<br />

contray<strong>en</strong>tes, a la honorabilidad de la pareja, a la posición social y económica, m<strong>en</strong>os a la<br />

conci<strong>en</strong>cia y a la emoción amorosa. Este era un negocio de carácter económico-social <strong>en</strong> <strong>el</strong> que se<br />

consultaban los tratantes, pero, que están aus<strong>en</strong>tes los propios interesados y protagonistas.<br />

Así <strong>el</strong> que manda <strong>en</strong> <strong>el</strong> matrimonio hispano-criollo es <strong>el</strong> guerrero, que asume la forma d<strong>el</strong><br />

marido y la mujer es <strong>el</strong> instrum<strong>en</strong>to realizador de su solaz. El marido es <strong>el</strong> jefe, la imag<strong>en</strong> d<strong>el</strong> Rey-<br />

Dios y la autoridad, que ti<strong>en</strong>e autoridad civil y r<strong>el</strong>igiosa, de tal modo que todos los actos familiares<br />

no giran sino <strong>en</strong> torno de estas funciones de tiranía y de estrecha fiscalización, que comi<strong>en</strong>zan <strong>en</strong><br />

la mujer y sigu<strong>en</strong> prolongándose <strong>en</strong> los hijos, esclavos "pongos", "mitanis" y pari<strong>en</strong>tes. El padre es<br />

<strong>el</strong> hombre que carece de simpatía social, no trata de inspirar cariño, sino respeto, marchando por<br />

<strong>el</strong> camino de la c<strong>en</strong>sura y d<strong>el</strong> temor, a qui<strong>en</strong> deb<strong>en</strong> dirigirse de usted o de vuestra merced. El<br />

egoc<strong>en</strong>trismo d<strong>el</strong> padre de familia se debate <strong>en</strong> fórmulas, exigi<strong>en</strong>do obedi<strong>en</strong>cia, jerarquía y férrea<br />

disciplina, no basada <strong>en</strong> la compr<strong>en</strong>sión, sino <strong>en</strong> <strong>el</strong> mando incontrastable, si<strong>en</strong>do la secreción<br />

perman<strong>en</strong>te de este módulo psicológico, la severidad. Si un hijo falta levem<strong>en</strong>te, se le azota; si se<br />

agrava <strong>el</strong> desvío, se le expulsa d<strong>el</strong> hogar y, si <strong>el</strong> error consumado se reputa grave, se le declara<br />

muerto y se le deshereda. Los hijos desesperados d<strong>el</strong> trato de sus padres se hac<strong>en</strong> soldados, o se<br />

met<strong>en</strong> de frailes o profesan de av<strong>en</strong>tureros como sus prog<strong>en</strong>itores.<br />

Los padres hispano-criollos d<strong>el</strong> coloniaje son una voluntad que actúa sost<strong>en</strong>ida por la<br />

soberbia aus<strong>en</strong>te de toda int<strong>el</strong>ig<strong>en</strong>cia, compr<strong>en</strong>sión y cultura. El hijo y la mujer son una<br />

prolongación de la personalidad d<strong>el</strong> padre, no como expresiones psicológicas humanas, sino como<br />

objeto de servidumbre, acaso, tristem<strong>en</strong>te de esclavitud. Anotemos aquí un hecho sugestivo. Los<br />

hijos de las casas hispano-criollas, fueron los gr<strong>andes</strong> reb<strong>el</strong>des, cruzados de la campaña heroica<br />

de la indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia. <strong>La</strong> reb<strong>el</strong>ión de los hijos, fruto de su condición moral y d<strong>el</strong> antagonismo de las<br />

g<strong>en</strong>eraciones, fue la que gestó <strong>en</strong> <strong>el</strong> hogar la revolución emancipadora.<br />

El matrimonio era, pues, un acto de carácter económico, t<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te a la creación de la<br />

familia, consagrado por la iglesia, sujeto a la inviolabilidad canónica, pero sobre todo y ante todo,<br />

sujeto a las conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>cias d<strong>el</strong> cálculo de las fortunas o simplem<strong>en</strong>te de las <strong>en</strong>comi<strong>en</strong>das o de las<br />

minas, puestas <strong>en</strong> juego. El ejercicio de las virtudes cristianas y la ejecución de los prejuicios se<br />

hace <strong>en</strong> forma tan especial, que la tradición pintoresca arrastra normas como la costumbre de<br />

exhibir las sábanas resplandeci<strong>en</strong>tes con la mancha de sangre d<strong>el</strong> holocausto virginal, y que la<br />

22

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!