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A nuestro turno decimos que la Colonia con la explotación de los minerales no hizo sino<br />
empobrecernos <strong>en</strong> tal forma que los españoles se llevaron <strong>el</strong> caudal de nuestras riquezas y <strong>en</strong><br />
cambio nos dejaron los agujeros de las bocaminas <strong>en</strong> nuestras cordilleras. Es que ocurrió <strong>el</strong><br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o extraordinario d<strong>el</strong> que no se daban cu<strong>en</strong>ta los españoles y d<strong>el</strong> que tampoco se<br />
ori<strong>en</strong>taron los hombres d<strong>el</strong> Alto Perú, que la riqueza minera que salía de nuestras montañas no<br />
volvía más y que su caudal iba a nutrir a los comerciantes y agiotistas no españoles. Otro habría<br />
sido <strong>el</strong> paisaje económico de la Colonia, tanto para los altoperuanos, como para los españoles si <strong>el</strong><br />
oro y la plata hubies<strong>en</strong> sido instrum<strong>en</strong>tos creadores de la auténtica riqueza, es decir, hubies<strong>en</strong><br />
empleado <strong>el</strong> producto extractivo dando vida a otras industrias sin recurrir al arbitrismo y a otros<br />
recursos económicos exóticos. El liberalismo económico d<strong>el</strong> siglo XIX, agravó la obra secante de la<br />
Colonia prosigui<strong>en</strong>do sus hu<strong>el</strong>las, at<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do sólo al p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y a la acción d<strong>el</strong> <strong>en</strong>riquecimi<strong>en</strong>to<br />
y de la seguridad privada. Por esto es que al establecerse Bolivia como país indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te se dio<br />
la paradoja de que los pueblos pobres <strong>en</strong> materias minerales y que nada habían r<strong>en</strong>dido a la<br />
"madre patria", eran los que habían llegado a organizar una clase conservadora poderosa<br />
económicam<strong>en</strong>te a base de la ganadería y de la agricultura, y <strong>en</strong> cambio <strong>el</strong> Alto Perú, dueño de<br />
fabulosas riquezas,. <strong>el</strong> año 1825, contaba con un presupuesto misérrimo, con muy pocas fortunas<br />
privadas, dando la s<strong>en</strong>sación de que la guerra larga de quince años hubiese devastado <strong>el</strong> país,<br />
dejándolo <strong>en</strong> un empobrecimi<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eral tanto pública como privadam<strong>en</strong>te.<br />
He ahí la demostración de una paradoja económica de que la riqueza empobrece.<br />
CAPITULO XXll<br />
EL COMERCIO<br />
El intercambio hispano-colonial.- <strong>La</strong> Casa de Contratación de Sevilla.- Monopolio y contrabando.-<br />
Comercio de exportación e importación.- Comercio intercolonial.- Comercio municipal <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto<br />
Perú.- Costumbres comerciales.- Los precios.- Alhondigas, los repartimi<strong>en</strong>tos, las ferias, las<br />
pulperías, la recoba y las regatonas.- El alquiler d<strong>el</strong> dinero.-Moneda, pesas y medidas.<br />
<strong>La</strong> conquista y la colonización de las Indias, fueron una empresa de carácter económico <strong>en</strong><br />
sus diversos aspectos d<strong>el</strong> intercambio primero y d<strong>el</strong> comercio propiam<strong>en</strong>te dicho después.<br />
En <strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> pres<strong>en</strong>te capítulo nos cumple examinar la técnica, <strong>el</strong> des<strong>en</strong>volvimi<strong>en</strong>to y la<br />
evolución de las diversas fases d<strong>el</strong> comercio <strong>en</strong>tre España y sus colonias de Indias <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú.<br />
El comercio español <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú abarca tres gr<strong>andes</strong> etapas, claram<strong>en</strong>te distinguibles,<br />
la primera que corresponde al simple trueque primitivo, la segunda al régim<strong>en</strong> de monopolio de<br />
Sevilla (1503-1768) y la tercera d<strong>el</strong> libre comercio español con las colonias y <strong>el</strong> contrabando (1768-<br />
1825).<br />
<strong>La</strong>s primeras manifestaciones d<strong>el</strong> comercio se pres<strong>en</strong>taron al posar su planta los<br />
españoles <strong>en</strong> las nuevas tierras altoperuanas, iniciándose <strong>el</strong> intercambio rudim<strong>en</strong>tario <strong>en</strong>tre los<br />
conquistadores y los indíg<strong>en</strong>as. El trueque de objetos, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te alucinantes y de escaso valor<br />
por piezas de oro y plata y por géneros valiosos o plumajes, repres<strong>en</strong>tó la primitiva empresa<br />
mercantil que inició la vida económica <strong>en</strong> los territorios que habrían de ser los vastos mercados d<strong>el</strong><br />
Nuevo Mundo.<br />
El f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o d<strong>el</strong> trueque pronto desapareció convirtiéndose <strong>en</strong> obsequios de los naturales<br />
que a fuerza de pres<strong>en</strong>tes cuantiosos de oro y plata querían sobornar la implacable voluntad de<br />
dominio de los españoles, para inclinarlos a que abandonaran sus afanes de conquista, dejándoles<br />
<strong>en</strong> su vieja libertad. <strong>La</strong> política de estas dádivas, abrió pronto <strong>el</strong> camino d<strong>el</strong> despojo, desde la<br />
destrucción y <strong>el</strong> secuestro de ídolos valiosos hasta <strong>el</strong> pago de rescates por los prisioneros.<br />
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