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Publicidad.- No existi<strong>en</strong>do <strong>en</strong> la Colonia los sistemas de publicidad actuales, las g<strong>en</strong>tes se<br />
servían de una serie de métodos para la propaganda.<br />
Entre estos sistemas publicitarios situemos <strong>en</strong> primer término a las campanas. Estas<br />
además de cumplir su pap<strong>el</strong> r<strong>el</strong>igioso de llamar a los fi<strong>el</strong>es, también desempeñaban funciones<br />
profanas, como la de tocar "a rebato" <strong>en</strong> casos de inc<strong>en</strong>dio, p<strong>el</strong>igro, conmoción popular o algún<br />
acontecimi<strong>en</strong>to grave o importante que requería <strong>el</strong> inmediato y rápido concurso d<strong>el</strong> pueblo <strong>en</strong> la<br />
plaza pública.<br />
Los pasquines contra las autoridades, contra las personas particulares o simplem<strong>en</strong>te<br />
bromas, eran de uso frecu<strong>en</strong>te aunque perseguido. Al amparo de la obscuridad nocturna se<br />
colocaban los pap<strong>el</strong>es proditorios que fueron <strong>el</strong> periódico primitivo. <strong>La</strong> redacción de estas piezas<br />
era <strong>en</strong> prosa o <strong>en</strong> verso.<br />
<strong>La</strong>s autoridades para difundir sus ord<strong>en</strong>anzas, etc., utilizaban <strong>el</strong> procedimi<strong>en</strong>to d<strong>el</strong><br />
pregonero provisto de "pututo" y tambores. Convocado <strong>el</strong> público se daba lectura por pregonero a<br />
la respectiva ord<strong>en</strong>anza. Cuando se trataba de disposiciones de mayor importancia, la lectura de<br />
Cédulas Reales, se hacía <strong>el</strong> llamado de at<strong>en</strong>ción al pueblo por medio de músicas militares, que es<br />
lo que se llamaba un bando.<br />
<strong>La</strong>s ser<strong>en</strong>atas también desempeñaban pap<strong>el</strong> publicitario, ya que éllas no sólo t<strong>en</strong>ían<br />
finalidades de halagar <strong>el</strong> oído de las damas, ni buscar <strong>el</strong> alegrar a las amistades <strong>en</strong> vísperas de<br />
sus santos, sino también hacer escuchar verdades o m<strong>en</strong>tiras <strong>en</strong> coplas a personas desafectas.<br />
Pompa d<strong>el</strong> Retrato.- <strong>La</strong> descripción sigui<strong>en</strong>te da una idea de lo que fue esta ceremonia <strong>en</strong><br />
los siglos de la dominación española <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú.<br />
“A las cuatro y media dicho señor la tomó (la efigie de Fernando VII) <strong>en</strong> las manos para<br />
pres<strong>en</strong>tarla al público. Allí es donde aparece olvidado de sí mismo; <strong>el</strong> gozo le arrebata, su<br />
semblante se descubre inflamado con vivas impresiones de ternura; sus s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos de amor al<br />
soberano le rebozan por los ojos con lágrimas al conducir la imag<strong>en</strong> de aqu<strong>el</strong> jov<strong>en</strong> Rey... Los<br />
vivas, las públicas aclamaciones, los hom<strong>en</strong>ajes de la tropa, <strong>el</strong> estru<strong>en</strong>do de las armas, los<br />
repiques g<strong>en</strong>erales, todo anuncia que la imag<strong>en</strong> de Fernando Vll sale por primera vez a derramar<br />
por calles y plazas <strong>el</strong> gozo y la alegría. <strong>La</strong>s calles tapizadas con alegre perspectiva, ap<strong>en</strong>as podían<br />
cont<strong>en</strong>er un sinnúmero de personas de ambos sexos, que <strong>en</strong>aj<strong>en</strong>ados corrían a ver la imag<strong>en</strong> d<strong>el</strong><br />
monarca. Al llegar al pórtico de la Academia esparce <strong>el</strong> señor Ministro director gran copia de<br />
monedas, dando a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der con esta acción que apetece la haci<strong>en</strong>da para prodigarla también <strong>en</strong><br />
un mom<strong>en</strong>to de gloria. Los académicos sigu<strong>en</strong> <strong>el</strong> ejemplo con liberalidad profusa. Sígu<strong>en</strong>se como<br />
remate de fiesta, <strong>el</strong> discurso de un académico, la exposición perman<strong>en</strong>te de la efigie al pueblo al<br />
son de una orquesta hasta al <strong>en</strong>trar de la noche <strong>en</strong> casa d<strong>el</strong> Director, un espléndido refresco<br />
servido por los académicos. Es así como la fiesta que llamaban <strong>en</strong>tonces "la pompa d<strong>el</strong> retrato"<br />
alcanzó gran auge <strong>en</strong> la ciudad, convirtiéndose <strong>en</strong> popular regocijo".- Últimos Días Coloniales, por<br />
G. R<strong>en</strong>é-Mor<strong>en</strong>o.<br />
Paseo d<strong>el</strong> Estandarte.- "Se paseaba -dice Aranzaes- <strong>el</strong> estandarte Real <strong>en</strong> medio de la<br />
cabalgata de los blancos, la algazara de los mestizos y <strong>el</strong> bullicio <strong>en</strong>sordecedor de los instrum<strong>en</strong>tos<br />
de los indíg<strong>en</strong>as".<br />
Queda.- El deseo de vigilar a los vecinos por parte de las autoridades, creó la costumbre<br />
de la queda. <strong>La</strong>s campanas parroquiales a las ocho de la noche <strong>en</strong> invierno y a las nueve <strong>en</strong><br />
verano, anunciaban la queda, hora después de la cual no era permitido transitar. Una medida de<br />
ord<strong>en</strong> público que influía <strong>en</strong> la vida íntima de los habitantes, a los que se obligaba a acostarse<br />
temprano.<br />
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