15.05.2013 Views

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

La Vida Social en el Coloniaje - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

partir números quebrados, 11, proposiciones con o sin tiempo, 12, ganancias y pérdidas d<strong>el</strong> tanto<br />

por ci<strong>en</strong>to, 13, réditos, 14 reducir onzas de oro a pesos corri<strong>en</strong>tes, 15, reducir pesos fuertes a<br />

corri<strong>en</strong>tes y vice versa, 17, compañía con y sin tiempos, 18, testam<strong>en</strong>tos y particulares por partes<br />

iguales y desiguales, 19, fanegas y romanajes, 20, saber cuando un año es bisiesto.<br />

Observemos ahora lo r<strong>el</strong>ativo a las prácticas disciplinarias. <strong>La</strong> asist<strong>en</strong>cia era por la mañana<br />

<strong>en</strong> invierno de 7 a 10 y por la tarde de 12 a 4. El bed<strong>el</strong> pasaba la lista de aseo y asist<strong>en</strong>cia. A los<br />

inasist<strong>en</strong>tes se les señalaba con una cruz para sufrir su p<strong>en</strong>a r<strong>el</strong>ativa, igualm<strong>en</strong>te que a los<br />

atrasados. Pasada la lista se procedía a la ejecución de los castigos. Tres palmetazos por retraso y<br />

por faltas leves de lección o errores <strong>en</strong> las planas. Luego se procedía al castigo con látigo, ya sea<br />

sobre la ropa <strong>en</strong> casos de faltas sin lic<strong>en</strong>cia y a látigo <strong>en</strong> cueros <strong>en</strong> caso de indisciplina grave o<br />

reincid<strong>en</strong>cia de faltas o malas lecciones. Había <strong>en</strong> cada escu<strong>el</strong>a un cargador que era <strong>el</strong> que<br />

sost<strong>en</strong>ía sobre sus espaldas al azotado, mi<strong>en</strong>tras <strong>el</strong> bed<strong>el</strong> lo agarraba de los pies, durante la<br />

operación <strong>en</strong> que <strong>el</strong> maestro impartía los azotes. El azotado se refregaba la pi<strong>el</strong> con orines. Esto<br />

era lo que se llamaba "<strong>en</strong>señar a palos" o "la letra <strong>en</strong>tra con sangre". El maestro llevaba siempre<br />

su palmeta a la mano, igualm<strong>en</strong>te que <strong>el</strong> látigo <strong>en</strong>roscado <strong>en</strong> su bolsillo, listo para silbar <strong>el</strong><br />

mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que creía oportuno, aparte de la ceremonia matinal.<br />

Después de haberse ajustado las cu<strong>en</strong>tas disciplinarias se procedía a rezar la oración de la<br />

mañana <strong>en</strong> los colegios seglares y había misa <strong>en</strong> las parroquias o colegios de los conv<strong>en</strong>tos. <strong>La</strong><br />

clase de lectura se producía después <strong>en</strong> coro, mediante un compás monótono y perman<strong>en</strong>te, <strong>el</strong><br />

llamado tono escolar. Luego se procedía a las clases de catecismo, que eran también a grito<br />

p<strong>el</strong>ado. Se <strong>en</strong>señaba a contar a base d<strong>el</strong> ejercicio constante de la memoria. Los bed<strong>el</strong>es, que eran<br />

los niños más aprovechados y de más carácter, pasaban las lecciones y colaboraban al maestro.<br />

<strong>La</strong> clase de escritura se iniciaba con las planas de los palotes que eran trazados <strong>en</strong> pap<strong>el</strong> sin<br />

rayas, sigui<strong>en</strong>do la falsilla o la pauta que t<strong>en</strong>ía rayas paral<strong>el</strong>as. Los palotes articulaban las letras<br />

curvas y luego las letras redondas se combinaban con las rectas. <strong>La</strong> b<strong>el</strong>la letra era pat<strong>en</strong>te de<br />

bu<strong>en</strong>a educación y de cultura.<br />

Aparte de estos sistemas rudim<strong>en</strong>tarios de pedagogía, cifrados principalm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>el</strong> auxilio<br />

de la memoria y <strong>en</strong> la autoridad incontrastable d<strong>el</strong> maestro, que imponía su disciplina despótica a<br />

base de la palmeta y d<strong>el</strong> azote, se utilizaban también como auxiliares pedagógicos, procedimi<strong>en</strong>tos<br />

de estímulo para los niños como eran los torneos de Roma y Cartago, por los que la clase quedaba<br />

dividida <strong>en</strong> dos partidos rivales cada uno con su jefe, y que se arrebataban la supremacía por<br />

medio de correcciones <strong>en</strong> las lecciones: la distribución de la clase de puestos de honor, ord<strong>en</strong>ados<br />

d<strong>el</strong> primero al último, y finalm<strong>en</strong>te la concesión de premios y su distribución <strong>en</strong> festivales públicos<br />

con asist<strong>en</strong>cia de las autoridades y d<strong>el</strong> pueblo. Todas estas eran costumbres introducidas por los<br />

jesuítas y uso g<strong>en</strong>eral <strong>en</strong> donde tuvieron instalados sus colegios. Otra costumbre pintoresca, que<br />

halagaba la vanidad de los padres era <strong>el</strong> remate público de los puestos <strong>en</strong> pres<strong>en</strong>cia d<strong>el</strong> pueblo.<br />

En estos remates se operaba mediante desafíos de preguntas ing<strong>en</strong>iosas, conv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te<br />

preparadas por los concursantes. El exam<strong>en</strong> de etiqueta era otra forma de estimular a los niños.<br />

Estas costumbres eran g<strong>en</strong>erales y estuvieron <strong>en</strong> práctica no sólo <strong>en</strong> las escu<strong>el</strong>as, sino <strong>en</strong> los<br />

seminarios y <strong>en</strong> la Universidad. Todos los alumnos de escu<strong>el</strong>as, seminarios y Universidad, estaban<br />

obligados a confesar y comulgar un mínimum de cuatro veces al año o más si era de su agrado.<br />

Obsérvese que estas noticias se refier<strong>en</strong> a la segunda mitad d<strong>el</strong> siglo XVIII.<br />

Al tratar lo r<strong>el</strong>ativo a lo que hoy designaríamos con <strong>el</strong> nombre de educación media o<br />

secundaria, nos <strong>en</strong>contramos con la organización compleja de los colegios, seminarios y<br />

universidades. No hubo, pues, durante la Colonia <strong>en</strong> <strong>el</strong> Alto Perú la estructura educacional de la<br />

<strong>en</strong>señanza media. Existía una zona educacional superior a la instrucción primaria, y que se<br />

d<strong>en</strong>ominaba con <strong>el</strong> nombre de Artes. El estudio de las Artes correspondía, forzando los términos a<br />

la secundaria de hoy.<br />

145

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!