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dónde estaba mi amigo. El espíritu de los Antiguos respondió que estaba
muy bien, rodeado de luz. Sin haber tenido fe durante su vida, su obra —
que apenas consistía en las tres oraciones rezadas por obligación y
automáticamente— lo había salvado.
»Dios ya estuvo presente en las cavernas y en los truenos de nuestros
antepasados; después de que el hombre descubrió que se trataba de
fenómenos naturales, pasó a habitar en algunos animales y bosques
sagrados. Hubo una época en que Dios sólo existía en las catacumbas de las
grandes ciudades de la historia antigua, pero durante todos este tiempo no
dejó de fluir en el corazón del hombre en forma de amor.
»Hoy en día, Dios es sólo un concepto, casi probado científicamente,
pero cuando llega a este punto, la historia da un vuelco y comienza todo de
nuevo. La Ley del Retorno. Cuando el padre Jorge citó la frase de Cristo,
diciendo que donde estuviera su tesoro también estaría su corazón, se
refería exactamente a eso. Donde desees ver la faz de Dios, la verás; y si no
quisieras verla, esto no cambia nada, siempre que obres bien.
Cuando Felicia de Aquitania construyó la ermita y comenzó a ayudar a
los pobres, se olvidó del Dios del Vaticano y Él se manifestó a través suyo
en su forma más primitiva y sabia: el Amor. En este punto, el campesino
tiene toda la razón cuando dice que el Amor fue asesinado.
Por lo demás, el campesino se sentía a disgusto, incapaz de seguir
nuestra conversación.
—La Ley del Retorno funcionó cuando su hermano fue forzado a
continuar la obra que había interrumpido. Todo está permitido, menos
interrumpir una manifestación de amor. Cuando esto sucede, quien intentó
destruir está obligado a volver a construir.
Expliqué que en mi país la Ley del Retorno decía que las deformaciones
y enfermedades de los hombres eran castigos por errores cometidos en
reencarnaciones pasadas.
—Es una tontería, —dijo Petrus—. Dios no es venganza, Dios es amor.
Su único castigo consiste en obligar a alguien que interrumpió una obra de
amor a continuarla.