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1. El peregrino de Compostela

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XX y conceptos como infierno, pecado y demonio ya no tenían el menor

sentido para, nadie con un poco de inteligencia.

En la Tradición, cuyas enseñanzas yo había seguido durante mucho más

tiempo que el Camino de Santiago, el Mensajero —llamado simplemente

demonio, sin prejuicios— era un espíritu que dominaba las fuerzas de la

Tierra y que estaba siempre en favor del hombre. Era muy utilizado en

Obras Mágicas, pero nunca como aliado ni consejero en lo cotidiano. Petrus

había dado a entender que yo podría aprovechar la amistad del Mensajero

para mejorar en el trabajo y en el mundo. Además de profana, la idea me

parecía infantil.

Pero yo había jurado obediencia total a madame Lawrence y una vez

más tuve que clavarme una uña en el nacimiento del pulgar, en carne viva.

—No debí haberme exaltado —dijo Petrus después de salir—. Al final

de cuentas, él no tiró la taza sobre mí, sino sobre el mundo que odia. Sabe

que existe un mundo gigantesco, más allá de las fronteras de su propia

imaginación y su participación en este mundo se limita a despertarse

temprano, ir a la panadería, servir a quien pase y masturbarse por las

noches, soñando con mujeres que nunca conocerá.

Era hora de hacer un alto para la siesta, pero Petrus decidió seguir

caminando. Dijo que era una manera de hacer penitencia por su

intolerancia. Yo, que nada había hecho, debí acompañarlo bajo aquel sol

fuerte. Pensaba en el Buen Combate y en los millones de personas dispersas

por el mundo que, en ese instante, estaban haciendo cosas que no querían

hacer. El Ejercicio de la Crueldad, a pesar de estarme dejando el dedo en

carne viva, me hacía mucho bien. Me hizo darme cuenta de lo traicionera

que podía ser mi mente al empujarme a hacer cosas que no quería y al

hacerme abrigar sentimientos que no me ayudaban. En ese momento quise

que Petrus tuviera razón: que existiera realmente el Mensajero, con quien

podría hablar de cosas prácticas y pedirle ayuda en los asuntos del mundo.

Esperé con ansia que llegara la noche.

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