MEMORIAS DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A AMÉRICA | [ 1 ]
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VenezuelA<br />
señora esa, entraban hombres a la habitación y se lo notaba todo. Entonces yo no se lo contaba y<br />
yo llorando, entonces vino mi esposo una noche y que es lo que te pasa, ay yo no puedo estar aquí<br />
Juan, porque esta Rosalía, entra cada noche un hombre distinto y se ven los escándalos las cosas de<br />
ellos en la habitación, porque era casi unida. Esto no me gusta. Entonces él enseguida buscó y fui a<br />
Santa Rosa ahí por Chacao. Por Chacao no, por Maripérez y también fui a unas habitaciones, pero<br />
eran unas habitaciones que eran como un apartamentito, tenía su cocina fuera y dos habitaciones<br />
y era un matrimonio con un niño pequeño, pero eran maravillosos, me fue divinamente.<br />
La cordialidad de la gente y sobre todo las buenas relaciones con los vecinos<br />
hicieron que Pino no se sintiese emigrante en tierra extraña. Muy pronto se convirtió<br />
en la madrina de varios niños de su vecindario y a pesar de que otros hermanos también<br />
habían emigrado a Venezuela y estaban asentados en la misma ciudad, sus relaciones no<br />
se limitaban al círculo familiar ni al entorno canario.<br />
Pino no trabajó fuera de casa pero cumplió un papel importante en la economía<br />
familiar, no solo esforzándose por el bienestar de los suyos, sino como una excelente<br />
administradora capaz de reunir a lo largo de varios años el dinero suficiente para comprar<br />
un gran apartamento.<br />
Si, todos los compañeros de mi esposo en el banco le decían, porque todos allí se prestaban<br />
dinero al final del mes, y a mi esposo le pedían y mi esposo muchas veces, les dio y decían siempre<br />
bueno Marrero y como le haces tú, que a final de mes, no pides nunca dinero y decía él que porque<br />
administraba bien el dinero.<br />
Si en un comienzo albergaba la idea de regresar a Canarias, poco a poco fue<br />
identificándose con este país en el que vivía feliz y en el que jamás se sintió como<br />
emigrante. Sus hijos fueron al colegio de las dominicas en Caracas con la idea de que<br />
pudiesen continuar los estudios en Canarias con las mismas monjas. Pero ni ella ni sus<br />
hijos desearon abandonar el país del que ya formaban parte.<br />
Este arraigo no significó el olvido de comidas, costumbres y músicas que llevaba<br />
con ella y que constituían parte de su identidad al salir de Tenerife. Por el contrario, Pino<br />
mantuvo en el ámbito familiar vivos los recuerdos y las tradiciones sin que estas fuesen<br />
un obstáculo para encontrarse y fundirse con otros paisajes y otras culturas. Es ahora, en<br />
los años de la vejez cuando a Pino le gustaría volver a ver y sentir sus islas.<br />
<strong>MEMORIAS</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>EMIGRACIÓN</strong> ESPAÑO<strong>LA</strong> A <strong>AMÉRICA</strong> | [ 215 ]