MEMORIAS DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A AMÉRICA | [ 1 ]
MEMORIAS DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A AMÉRICA | [ 1 ]
MEMORIAS DE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA A AMÉRICA | [ 1 ]
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
VenezuelA<br />
Pero una vez adaptado a la cultura venezolana, y a pesar de tener algunas<br />
pertenencias en Tenerife, supo que ya no podría abandonar su nuevo hogar.<br />
En una de sus vistas a Tenerife, Tomas conoció a una joven nacida en Venezuela<br />
pero hija de retornados canarios. Fue un amor a primera vista cuando se miraron en<br />
la salida de misa, y después de tres años de correspondencia él se desplazó de nuevo a<br />
Canarias para contraer matrimonio y devolverla a su país de nacimiento.<br />
Durante nueve años fue propietario, junto a su hermano, de una tienda de abastos<br />
en San Agustín:<br />
(...) Llegamos a San Agustín imagínate, fue impactante, cuando llegamos al abasto en la<br />
pata del cerro de San Agustín, entre el pasaje 11 y 12. Veías familias, puro rancho. Yo me pongo<br />
en la puerta del abasto y viene un negro, con la cara cortada y yo me lo quedo viendo, porque<br />
nunca los había visto tan de cerca, y llega y me dice tremenda grosería tú nunca me has visto, yo<br />
le iba a decir: no nunca te he visto, pero me quedé callado, todo asustado; y después yo le echaba<br />
broma al negro ese, le decía, mira tú me pegaste un susto cuando yo llegué aquí a Venezuela<br />
En ella trabajaban, como muchos otros inmigrantes, de lunes a lunes, sin descanso,<br />
sin ver el sol, salvo el jueves santo y el 1 de mayo. Cansado de este pequeño y trabajoso<br />
negocio, decidió montar con dos socios una empresa de reparto de agua que ha sido un<br />
próspero medio de vida hasta la fecha.<br />
Yo compró camiones y comienzo a repartir agua como reparto y después hay un señor<br />
que inventa el aparatico de cuatro patas con su llavecita, que tú sabes, volteas la botella, y yo le<br />
compraba bastante aparatos a él, porque yo en Santa Paula, San Luís todas esas urbanizaciones<br />
nuevas, yo me quedaba los sábados ahí, todo eso era mío, ahí no se metía nadie, yo le regalaba el<br />
agua a las conserjes, para que cada vez que llegara un cliente dijera mira ahí hay uno, y yo le ofrecía<br />
el servicio. Eso fui agarrándolo todo y después el señor me dice te vendo la compañía, imagínate<br />
tú 150.000 bolívares, te la compró yo tenía ya los camiones de agua. Entonces éramos tres socios<br />
en el agua y compramos la compañía. Vamos a dar 50.000 bolívares cada uno y compramos esa<br />
broma para ver. Bueno al primer socio que se fue, después se la vendimos en 600.000 mil bolos, es<br />
decir que compramos la parte de él. Nos quedamos Juan Yánez y yo que era el socio mío, después<br />
Juan Yánez se fue, se la compró un cuñado y después el cuñado se tuvo que ir de aquí también y<br />
la tengo con otro socio ahorita, ese negocito ha tenido socios.<br />
Para detentar la propiedad de la compañía necesitaba la nacionalidad venezolana<br />
que no tenía. Tomás no quiso renunciar a su nacionalidad española y optó por una cédula<br />
de inversionista extranjero como opción administrativa.<br />
Yo era transeúnte, yo vine por turista y estuvimos casi tres años pidiendo la residencia y<br />
no, no las daban, entonces un amigo del tío de ella (señala a su esposa) dice: yo les voy a hacer<br />
una carta y van ir, que yo tengo un amigo allá y nos hizo residente y hasta hoy, yo soy residente<br />
todavía, no me he hecho venezolano. Mi hermano sí, mi hermano se hizo venezolano. Cuando<br />
compré la compañía me exigían ser venezolano para tener la compañía, pero también tenía otra<br />
<strong>MEMORIAS</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>EMIGRACIÓN</strong> ESPAÑO<strong>LA</strong> A <strong>AMÉRICA</strong> | [ 217 ]