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Contribuciones a la Historia del Arte en Ecuador. Volumen I<br />
con que hoy en la plástica incaica, hallamos documentos patentes del origen mongol, encontramos<br />
también en las iglesias de Quito, de Lima, de La Paz, molduras arquitectónicas, cátedras, púlpitos,<br />
absolutamente de estilo asiático venidos del lejano oriente. De tal manera que si a las figuras de San<br />
Antonio, San Francisco, Santo Domingo, Santa Rosa, San Francisco Solano se sustituyeran las figuras<br />
de Brahma, Siva, Amitábha, Budha, estas se encontrarían en un ambiente perfectamente familiar.<br />
Desflorado este importantísimo argumento de la escultura, vengamos al nervio del arte desarrollado<br />
en la América Española, la arquitectura.<br />
La arquitectura en la América Latina se puede dividir en cinco fases: 1.ª El período italianizarte de<br />
los conventos de San Francisco, Santo Domingo y de los edificios civiles del Cuzco; 2.ª El período<br />
Herreriano de San Francisco de Quito y de sus copias sucesivas en San Agustín y en la Capilla del<br />
Sagrario; 3.ª El período decorativo neoflamenco del interior de San Francisco de Quito y del claustro<br />
de la Merced en el Cuzco; 4.ª El período de las decoraciones interiores talladas en madera, altares<br />
monumentales, púlpitos o nichos, con elementos indios y asiáticos y la sucesiva irrupción en las<br />
fachadas del Cuzco y de Lima del estilo churrigueresco y plateresco; 5.ª Invasión del andaluz del siglo<br />
XVII en las iglesias y palacios de toda la América.<br />
La Iglesia de San Francisco de Quito está ligada, si bien indirectamente, con el renacimiento<br />
italiano; se la comenzó en 1535, pero se la concluyó en el pleno desarrollo de la arquitectura neoclásica<br />
que limitó el barroco, y la impresión que produce a la mirada de un italiano es la de un edificio de la<br />
Italia central, impresión idéntica a la que me produjo el palacio del Escorial levantado por Felipe II.<br />
El atrio de la iglesia con su gradería en semicírculo alternado, es común a los edificios italianos de<br />
la misma época y las habitaciones abiertas en el estilobato mismo, a los lados de aquella gradería, se<br />
rematan en un frontón de tímpano muy semejante a las hornacinas laterales diseñadas por Sanmicheli<br />
para la puerta Stuppa de Verona. Delante de la puerta Stuppa hay una disposición dórica<br />
severísima, que debió encantar a Herrera, porque en las dos fachadas de Escorial y en la cúpula de<br />
San Lorenzo parece que la recuerda.<br />
Y ya que he pronunciado el nombre de Herrera debo confesar que la fachada del templo de San<br />
Francisco de Quito se impone a primera vista como creada por el arquitecto de Felipe II. Hay que<br />
notar que el dibujo de la catedral de Puebla, en México, se debe igualmente a Herrera. Bastaría a<br />
indicarlo el modelo de aquella gran moldura de la cornisa sencilla, que encuadra el arco de entrada<br />
y los perfiles de los capiteles, los perfiles de las bases con profundos claroscuros, las estelas de las<br />
columnas abultadas a dos tercios del gálibo.<br />
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