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Contribuciones a la Historia del Arte en Ecuador. Volumen I<br />
Juan Herrera, alumno de Juan Bautista de Toledo, educado en Flandes y en Italia, marcó en España<br />
aquel estilo sobrio y severo que en el tardío cinquecento y como reacción contra los secuaces de<br />
Miguel Ángel, quiso conducir a la arquitectura hacía una justa compostura de formas. No se pueden<br />
por tanto mirar las obras de Juan Herrera sin recordar las obras de Sanmicheli, Vignola, Maderno,<br />
Guarino y es oportuno recordar que este arte impidió el primer estilo característico de la Compañía<br />
de Jesús, la fachada de los jesuitas de Anvers (Pedro Huiysfens y Francisco de Aguillon), la fachada<br />
de Val-de-Grace en París (Francisco Mansart).<br />
Las columnas de las dos galerías del claustro de San Francisco tienen el mismo carácter de las<br />
dóricas de la fachada que no han sido fajadas con orden rústico, y si no se puede suponer, que aún<br />
el claustro haya sido dibujado por Herrera, ese claustro es obra nobilísima debida en parte a un<br />
franciscano, el mismo que diseñó y construyó el claustro de Santo Domingo. Es sencillo, sin adorno<br />
alguno y de sus dos galerías, la inferior tiene el arco peraltado a la manera morisca y la superior, el<br />
arco escarzano. A la altura de la cornisa del coronamiento, los arcos tienen su extradós acusado por<br />
el ladrillo saliente; la galería alta tiene una hilera de columnitas de piedra.<br />
Lo notable es que en este claustro nace una columna panzuda, que vemos desarrollarse en los<br />
claustros de San Agustín y de la Merced, para llegar a ser característica de toda la arquitectura colonial.<br />
Las iglesias de San Agustín y del Sagrario son dos imitaciones claras de la fachada de San Francisco.<br />
La de San Agustín conserva el dórico del prototipo y las ménsulas sobre la moldura que está encima del<br />
arco, no repudia la gran moldura que anotamos arriba y desarrolla con invención cueva la ventana, el<br />
nicho y el coronamiento del orden jónico superpuesto. En cambio, la fachada del Sagrario, degenerada,<br />
suprime el orden dórico, adopta el jónico y el corintio, lleva a tres en lugar de dos el grupo de<br />
las columnas laterales e inicia una manera provincial en la arquitectura que, desvinculándose de la<br />
euritmia tradicional, exagera la importancia del coronamiento y divide el frontón.<br />
Entre tanto, los claustros de Santo Domingo, de la Merced, del Tejar, desarrollaban con menor<br />
libertad la ordenación de las galerías, y adoptan el perfil de las columnas franciscanas, pero en la de<br />
San Agustín provocaban por la primera vez en América, un movimiento arquitectónico nuevo. Me<br />
refiero al intercolumnio alternado con arcos de mayor y menor tensión a la manera árabe, movimiento<br />
tan marcado en el palacio del marqués de Torre Tagle y en el claustro de la Merced de Lima,<br />
movimiento que dará color a estos edificios, a semejanza de las últimas residencias musulmanas de<br />
la India, levantadas precisamente, a fines del siglo XVII, en Agra y Nueva Delhy.<br />
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