Advertencia
Advertencia
Advertencia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Contribuciones a la Historia del Arte en Ecuador. Volumen I<br />
conservación de tanta obra artística que hoy constituye legítimamente, un orgullo nacional. Y en esto<br />
de la conservación no exageramos. Nos consta por los documentos que hemos revisado con solícito<br />
cuidado, el especial empeño que en toda época tuvieron aquellos frailes por la integridad de toda lo<br />
que pertenecía a su convento. Las disposiciones de los guardianes eran fiscalizadas severamente por<br />
los capítulos provinciales, y los inventarios, no menos severamente cotejados, y tanto, que en veces<br />
se mandó a enjuiciar a los culpables por faltas que se notaban o denunciaban. Lo que se ha perdido se<br />
debe, ya a la acción del tiempo que ha destruido algunas rosas, ya a la ignorancia de algunos religiosos<br />
que mandaban a dañar rana cosa para hacer otra, ya a robos y descuidos en las calamitosas épocas de<br />
la relajación religiosa, ya, en fin, a abusos de las autoridades civiles de la época colonial o a nuestras<br />
revueltas políticas. El, así como, por ejemplo, el presidente Mourgeon entró al convento en varias<br />
ocasiones y se llevó una vez cuatro arrobas y libras en alhajas de plata; otra vez seis mariolas de<br />
plata dejando el recibo al guardián; y otra, tres lámparas de plata, según corista del certificado de los<br />
Oficiales, Reales 118 .<br />
118 Archivo franciscano, leg. 7, N°. 1, C. 2.°. Otra prueba de la solicitud de los religiosos en el<br />
cuidado de las especies alhaja que pertenecían a los conventos, es esta curiosa nota que hallamos en<br />
los inventarios de Cantuña, cuando la revisión que de ellos hizo Fr. Vicente Cuesta, capellán de la<br />
iglesia, el 28 de agosto de 1835: «El Paulino sacristán de la Compañía tiene que entregar a esta capilla<br />
8 niños de bulto Napolitanos que se les prestó el P. Torres cuando fue Capellán, y generosamente les<br />
ha regalado a la Iglesia que él sirve. Este no merece consideración alguna, sino pagar pronto o quitarle<br />
la capa aunque sea en la calle» (Archivo franciscano, leg. 7, N°. 4.). ( N. del A. )<br />
180